Luis Enrique: ¡°El resultado desacredita mis decisiones¡±
El entrenador del PSG admite que su alineaci¨®n inicial con un mediocampo de apenas dos especialistas perjudic¨® a su equipo ante el Bar?a
Como los toreros, Luis Enrique se inflama ante el peligro. Este mi¨¦rcoles en Par¨ªs lo busc¨®. Lo invoc¨® desde una alineaci¨®n sin centrocampistas pr¨¢cticamente. Solo Vitinha ¡ªmediapunta de base¡ª y Fabi¨¢n ¡ªinterior de ataque¡ª compusieron la l¨ªnea de medios del PSG frente a G¨¹ndogan, Frenkie de Jong y Sergi Roberto, un tr¨ªo que re¨²ne a dos de los mejores volantes centrales de Europa.
Luis Enrique y Xavi Hern¨¢ndez se encontraron en el t¨²nel de vestuarios del Parque de los Pr¨ªncipes instantes antes del partido. El cara a cara se produjo despu¨¦s de que la v¨ªspera el entrenador asturiano proclamase que ¨¦l representaba mejor el estilo del Bar?a que su hom¨®logo. ¡°Mirad los datos de posesi¨®n, los t¨ªtulos, la presi¨®n alta. No es opinable. Son datos¡±, presumi¨® Luis Enrique. No pareci¨® el momento m¨¢s oportuno de hacer de menos a un colega que atraviesa momentos de dudosa popularidad. Al ver a Xavi, le interpel¨® en medio del pasillo por el apodo jocoso que recib¨ªa en el vestuario cuando era jugador: ¡°?Pelopo!¡±. Dos c¨¢maras les segu¨ªan. Xavi, que iba envuelto en una parka de plumas, abri¨® los brazos invit¨¢ndole al abrazo al grito de: ¡°?Qu¨¦ agresividad! ?Qu¨¦ agresividad!¡±. ¡°Ya sabes c¨®mo voy siempre¡±, le dijo el t¨¦cnico del PSG. Y a?adi¨®: ¡°?Vas a protestar hoy?¡±.
Hay partidos de entrenadores y partidos de jugadores. Este PSG-Bar?a de Par¨ªs tuvo mucho de lo primero. En el arranque, porque Luis Enrique hizo un planteamiento kamikaze: poner a Kang-in Lee, un mediapunta sin resuello, como interior derecho, fue exponer a Fabi¨¢n y a Vitinha en un mediocampo despoblado. Ninguno de los tres era mediocentro de base. Para colmo, en punta, como falso nueve, actu¨® Marco Asensio, futbolista tristemente c¨¦lebre por incurrir en profundas lagunas de inactividad, sobre todo cuando se trata de prestar apoyos a los interiores en funciones de mantenimiento. Asensio, largamente suplente bajo el mandato de Luis Enrique, vive para las grandes definiciones en el ¨¢rea rival. Fuera de eso, se convierte en un espectador. Lo pagaron Vitinha, Fabi¨¢n, Lee, Mbapp¨¦, y tambi¨¦n Demb¨¦l¨¦, que durante un rato jug¨® como si lo embargase la nostalgia del Mediterr¨¢neo. La extra?a configuraci¨®n de Luis Enrique se top¨® con un escuadr¨®n de verdaderos expertos en ordenar defensas: Araujo, Frenkie de Jong, G¨¹dogan y Sergi Roberto formaron un bloque solidario. Bajo su direcci¨®n, Cancelo, Cubars¨ª y Kound¨¦ hicieron un trabajo serio.
El 0-1 al descanso oblig¨® a Luis Enrique a tomar medidas urgentes: quit¨® a Asensio y meti¨® a Barcola. atacante por atacante. Asensio abandon¨® el medio, Barcola pas¨® a la derecha, Dembel¨¦ a la izquierda y Mbapp¨¦ a la punta que tanto le disgusta. La consecuencia fue inmediata: Vitinha se adue?¨® de un bal¨®n dividido, lo pas¨® a Mbapp¨¦, y Demb¨¦l¨¦ hizo el 1-1. Dos minutos m¨¢s tarde, el propio Vitinha, apoy¨¢ndose en Barcola y Fabi¨¢n, culmin¨® la jugada del 2-1. Entonces fue el turno de Xavi. Lo primero que hizo el t¨¦cnico del Bar?a para cerrar la v¨ªa de agua fue mandar a calentar a Christensen e introducir a Pedri por Sergi Roberto. Tard¨® un 45 segundos en hacer efecto. El primer bal¨®n que toc¨® Pedri fue para colocarlo frente a Raphinha entre Marquinhos y Beraldo. El brasile?o se gir¨®, empalm¨® y meti¨® el 2-2. Su primer doblete con el Bar?a.
¡°Creo que es evidente que el resultado desacredita mis decisiones¡±, dijo Luis Enrique, al acabar el partido, cuando le preguntaron por la conformaci¨®n del mediocampo en la alineaci¨®n inicial. ¡°Lo acepto con deportividad. Soy un deportista nato¡±.
Cada contribuci¨®n de los entrenadores al intervencionismo rend¨ªa frutos instant¨¢neos. Xavi prosigui¨® su carrusel con el mismo efecto. Quit¨® a De Jong, que jugaba su primer partido tras un mes y medio de lesi¨®n, y dio entrada a Christensen, que dos minutos despu¨¦s empuj¨® el 2-3 en un barullo en el ¨¢rea de Donnarumma. La respuesta de Luis Enrique fue tan desaforada como su alineaci¨®n inicial: meti¨® a Mbapp¨¦ por el medio en posici¨®n de nueve, el puesto que menos le agrada, donde m¨¢s inc¨®modo se siente, causa principal de un largo litigio con el t¨¦cnico. A su lado sum¨® a Gon?alo Ramos, otro punta, que ingres¨® a la refriega en lugar de Fabi¨¢n. El PSG acab¨® con cuatro delanteros y dos volantes. De nuevo, con un centro del campo exiguo contra el que probablemente sea el grupo de interiores m¨¢s dotados del continente. Ante la disyuntiva de la enfermer¨ªa o la puerta grande, el resultado fue un castigo inapelable.
¡°Ha sido un gran partido del equipo¡±, dijo Xavi despu¨¦s del pitido final; ¡°para poder decir que el Bar?a est¨¢ vivo. Hemos sido m¨¢s solidarios que nunca. Tanto en defensa como en ataque. Este trabajo colectivo es lo que me hace sentir m¨¢s orgulloso¡±.
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