El Liverpool gana con un solo tiro en Par¨ªs

Harvey Elliott, probablemente el jugador menos importante de la plantilla del Liverpool, alegre mediapunta a la vieja usanza, devoto del ¨²ltimo pase y desinteresado convicto de las labores de mantenimiento, ejecut¨® el ¨²nico remate de su equipo en el incendio de Par¨ªs. El PSG lo fre¨ªa. Le hab¨ªa arrebatado la pelota, lo hab¨ªa anulado en ataque y le hab¨ªa rematado 28 veces, seg¨²n la UEFA, cuando Elliott rompi¨® el cerco y corri¨® en una galopada aleatoria para aprovecharse del improbable saque de porter¨ªa de Alisson y del poco previsible rebote tras la pelea de Marquinhos con Darwin. Pues bien, ah¨ª fue el rebote favorable a Darwin, ah¨ª fue el pase y ah¨ª fue Elliott, autor de un 0-1 que cay¨® como el premio de la loter¨ªa. El pr¨®ximo martes en Anfield el l¨ªder de la Premier se jugar¨¢ el pase a cuartos de la Champions con la serenidad de comenzar el ¨²ltimo duelo con la ventaja que proporciona el marcador y un sentimiento inefable de que los dioses del f¨²tbol lo amparan por misteriosas razones que no se sostienen ni en la estad¨ªstica ni en la evidencia abrumadora del juego mostrado.

¡°Si hubi¨¦ramos salido con un empate habr¨ªamos tenido suerte¡±, dijo Arne Slot, el t¨¦cnico del Liverpool. ¡°Hoy no fuimos el mejor equipo, y desde luego con la pelota fuimos mucho peores que el PSG. Fue un milagro que lleg¨¢ramos al descanso con 0-0 despu¨¦s de sufrir cuatro ocasiones clamorosas. El desaf¨ªo que tenemos ante nosotros es incre¨ªble. Cada detalle que analizamos, cada registro, indica que el PSG ha sido hasta ahora el mejor equipo de lo que va de Champions¡±.

La eliminatoria emite un aroma de final anticipada. Se enfrentan el equipo que exhibe mayor madurez y regularidad con el que crece con m¨¢s fuerza en Europa. El primer acto confirm¨® los presupuestos. El PSG es un torbellino. Una orquesta del v¨¦rtigo capaz de componer las polifon¨ªas m¨¢s coloridas sin fallar una sola nota, gentileza de los tres maestros de su mediocampo. No hay un centro del campo m¨¢s vibrante y preciso que el que conforman Vitinha, Fabi¨¢n y Neves, la cadena de suministros m¨¢s ingeniosa y activa del continente, capaz de activar a defensas y delanteros hasta transportar a todo el equipo ah¨ª donde los rivales no dan abasto. La efervescencia del mediocampo parisino acab¨® por desgastar a los visitantes en su eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil: Szoboszlai y Gravenberch no aguantaron la presi¨®n. Mac Allister se qued¨® solo resolviendo problemas que superaban su competencia. A los 20 minutos de contraste, el sue?o de los fan¨¢ticos de la curva Auteuil cobraba forma: el Liverpool se encog¨ªa.

La primera parte concluy¨® con 14 tiros del PSG por ninguno de su oponente. Las famosas transiciones de Salah, Luis D¨ªaz y Jota se quedaron en fuegos artificiales. Cada vez que el Liverpool recuperaba la pelota, por casualidad o por oficio, se encontraba con la reacci¨®n instant¨¢nea, agresiva, del peque?o Vitinha moviendo las l¨ªneas en anticipaci¨®n y a los defensas que le segu¨ªan por detr¨¢s. Marquinhos, Pacho y Mendes se lucieron como unidad de cobertura. Salah jug¨® con un zincho. Mendes, tantas veces lateral de largo recorrido, se transform¨® en su carcelero mientras en el otro flanco D¨ªaz no pod¨ªa irse del puntual Marquinhos, sobrio director de los cierres en compa?¨ªa del joven Willian Pacho. El gigante de Quinind¨¦ no vacil¨® ni una sola vez. Acert¨® siempre. Solo le fall¨® el agarre de la bota en una acci¨®n que habr¨ªa dejado mano a mano a Jota con Donnarumma de no ser por la reacci¨®n veloz de Vitinha y Marquinhos.

El PSG control¨® hasta los accidentes porque sus jugadores no dejaron de maquinar, infaliblemente alertas, siempre dispuestos a hacer el trabajo del compa?ero que no pod¨ªa. Desde la generosidad defensiva que ha implantado Luis Enrique construyeron un estado de excitaci¨®n general que desemboc¨® en los dos extremos. Demb¨¦l¨¦ y Kvaratskhelia se convirtieron en un tormento para el Liverpool. Primero se destap¨® Demb¨¦l¨¦, que con uno de sus arrebatos impredecibles dej¨® solo a Neves en el punto de penalti. Solo se le interpon¨ªa Alisson, pero el portugu¨¦s lanz¨® alto. Luego Kvaratskhelia apareci¨® poco a poco hasta entrar en una especie de trance. Hizo un gol anulado por fuera de juego tras un c¨®rner y a partir de ah¨ª comenz¨® a encarar por los dos perfiles, por las dos bandas, por el medio, con la izquierda, con la derecha. No lo pod¨ªan parar. Alisson le sac¨® dos tiros con la punta de los dedos. Bien orientado por Van Dijk y Konat¨¦ que evacuaron balones y achicaron espacios, el portero no fall¨®. Le sac¨® un tiro avieso a Barcola con la punta el pie y despej¨® un remate de Dou¨¦ en la cepa del poste cuando medio estadio gritaba gol.

Luis Enrique: ¡°Ha sido el mejor partido del PSG en los ¨²ltimos a?os¡±

Alisson Becker monopoliz¨® el centro de la escena. Faltaban tres minutos para el final cuando lanz¨® en largo para que Darwin peleara por la pelota con Marquinhos. Hubo un rebote que el uruguayo punte¨® al espacio que se abr¨ªa a la derecha y por ah¨ª entr¨® Elliott. El m¨¢s diletante de los rojos entr¨® en la segunda mitad y todo lo que hizo fue golpear esa pelota con su pie izquierdo. Donnarumma la roz¨® pero sin suficiente fuerza para evitar que se colara en la red.

La victoria penaliza de manera desproporcionada a los valientes del PSG, castigados sin haber cometido un solo error despu¨¦s de someter a su rival en todos los apartados durante 87 minutos. Luis Enrique ha hecho una gran labor psicol¨®gica. Sostener la convicci¨®n despu¨¦s de un golpe que cuestiona la validez del modelo ser¨¢ su reto m¨¢s grande en los pr¨®ximos d¨ªas.

¡°Sin ninguna duda espero la clasificaci¨®n¡±, declar¨® el t¨¦cnico espa?ol, tras salir del vestuario. ¡°No tenemos nada que perder. Nada en absoluto. As¨ª es que iremos a Anfield a repetir el partido que hemos hecho aqu¨ª. Sin especular. Porque hoy el mejor jugador del Liverpool ha sido el portero. Alisson ha hecho cinco paradas incre¨ªbles. Eso indica todo. Para m¨ª ha sido el mejor partido de este PSG desde 2023. Yo creo que esta temporada el Liverpool nunca se ha ido al descanso con cero goles esperados¡±.