Suni Lee hereda el testigo de su amiga Biles
La brasile?a Rebeca Andrade, medalla de plata, primera latinoamericana que sube al podio en gimnasia en un concurso completo en el que la norteamericana es jaleada desde las gradas por la gran estrella retirada
En el parque urbano, a la izquierda de la avenida principal de Tokyo Bay, un d¨¦dalo de islas artificiales y torres de hormig¨®n, acero y cristal, Mariana Paj¨®n, paisa, arrasa, como desde hace nueve a?os en el circuito de BMX, las bicis m¨ªnimas, los saltos de motocross, rampas verticales, tan verticales como las calles verticales de las comunas de su Medell¨ªn, y crestas, y no deja de ganar ni siquiera en las series de cuartos. Campeona en Londres y en R¨ªo, es la favorita unos Juegos m¨¢s, como lo era Simone Biles para ganar en Tokio 2020 sus segundos Juegos en gimnasia, 500 metros m¨¢s all¨¢, a la izquierda de la avenida, unas horas m¨¢s tarde del mismo 29 de julio, y Biles, en efecto est¨¢ all¨ª, inquieta, incapaz de quedarse quieta, saltando pero no volando, porque est¨¢ en la grada del c¨®rner de las asim¨¦tricas, y aplaude como una loca al podio, en el que su compa?era y amiga, Sunisa Lee, solo 18 a?os, ocupa el lugar m¨¢s alto, y se pone firme, Lee, de Saint Paul, Minnesota, qu¨¦ fr¨ªo, y tambi¨¦n Biles, de Columbus, Ohio, y se llevan la mano derecha al cuore tan grande mientras suena el Star spangled banner, el himno que saluda el quinto triunfo consecutivo en unos Juegos Ol¨ªmpicos de una gimnasta norteamericana en el concurso completo. Y Lee, hija de padres camboyanos que llegaron a Estados Unidos como ni?os refugiados de la guerra de Vietnam en 1975, y convive siempre con el drama ¨Cel padre se qued¨® paral¨ªtico al caerse de un ¨¢rbol mientras socorr¨ªa a un amigo; sus t¨ªos murieron de Covid 19 en 2020-- siempre se lo dice a su jefa, Simone, eres mi hero¨ªna.
Y la que iba a ganar hasta que la cabeza le dijo que hab¨ªa en la vida algo m¨¢s importante que las medallas, y que el mundo la admiraba por eso tambi¨¦n, espectadora de s¨ª misma, aplaude a la que gan¨®. En los ¨²ltimos cinco Juegos, despu¨¦s del Sidney que coron¨® a la rumana Simona Amanar, todas las ganadoras han sido estadounidenses
Y a la derecha de Sunisa Lee, un escaloncito m¨¢s abajo, sonr¨ªe radiante Rebeca Andrade, de Sao Paulo, Brasil, poder latino que hace sonar primero a Bach al ¨®rgano de iglesia evang¨¦lica, su religi¨®n, y luego el funk del Baile de favela de su amigo m¨²sico y paulista MC Joao, su vida, memoria de sus or¨ªgenes humildes, para su ejercicio de suelo, puro fuego y energ¨ªa, tanta que se le va el pie fuera del tapiz de muelles en un par de diagonales en las que llega tan alto que quita las telara?as (que no hay, esto es Jap¨®n, higiene y limpieza al m¨¢ximo) del techo de madera del pabell¨®n. Es el ejercicio m¨¢s arriesgado (5,9 de dificultad). Ninguna de las que pelean por las medallas se atreve con tanto. Las cuatro d¨¦cimas de penalizaci¨®n por las pisadas que se aventuran hasta el marco azul oscuro del suelo, el castigo al riesgo, le cuestan la victoria a Andrade, la primera latinoamericana que sube a un podio de gimnasia en unos Juegos Ol¨ªmpicos, y no es campeona por poco m¨¢s de una d¨¦cima.
Poder latino ever. Energ¨ªa, vida, potencia para volar hasta el tejado, problemas para aterrizar sobre un suelo de varias capas de nylon pegadas con velcro sobre una plancha de 14 por 14 metros que esconde tremendos muelles. Capacidad de volver a saltar, un muelle que recupera su posici¨®n despu¨¦s de cada golpe, de una gimnasta de 22 a?os, una tauro de mayo de 1999, que se ha roto tres veces los ligamentos de una rodilla, y nueve meses de recuperaci¨®n para cada uno, y semanas de depresi¨®n y llanto. El ¨²ltimo quir¨®fano, oto?o de 1999. Biles llor¨® el d¨ªa que anunciaron que se retrasaba Tokio un a?o; Andrade bot¨® de alegr¨ªa: el retraso le permite recuperarse, ganar los Panamericanos y clasificarse para sus segundos Juegos Ol¨ªmpicos tras sufrir una mala experiencia en R¨ªo. Y llega a donde no lleg¨® la pionera Daiane Santos, campeona mundial en 2003, pero nunca medallista ol¨ªmpica.
Tercera termina la rusa Angelina Melnikova, la gimnasta que lider¨® a su equipo en la victoria del martes sobre el equipo de Estados Unidos del que se eclips¨® Biles. La espa?ola Roxana Popa ¨Cmagn¨ªfico salto, buen suelo, barras regulares y mal equilibrio, tembl¨®n e inseguro¡ªse clasifica 22?.
Andrade comienza marcando el camino con el salto m¨¢s dif¨ªcil, el Cheng que tanto ama Biles, y mejor realizado. Y nadie le pasa en las asim¨¦tricas, la especialidad de Lee. Y mientras la norteamericana, mariposas en el est¨®mago, nervios casi incontrolables, resiste en la barra de equilibrios, y en el pasillo, Andrade ensaya y memoriza todos los pasos, saltos y cabriolas, volteretas y pasos de lobo que har¨¢ m¨¢s tarde sobre una madera de 10 cent¨ªmetros de ancho. En el pasillo, perfecta, sobre la barra, no, y all¨ª se desequilibra, y no se cae, pero sale tercera, detr¨¢s de la ni?a rusa Vladislava Urazova, de 16 a?os, sorprendente primera cuando solo falta el suelo. Necesita arriesgar, y arriesga, y se le escapa el pie. Urazova falla, pero no Lee, de la etnia Hmong, pueblo que vaga errante de China a la Indochina francesa, sometido como carne de ca?¨®n del ej¨¦rcito colonial en sus guerras perdidas siempre, y luchadora por que se reconozca su identidad en Estados Unidos. Y el oro que le cuelga del cuello llevar¨¢ el mensaje a todos los rincones. Y la plata de Andrade, que recuerda que la gimnasia, poder latino tambi¨¦n, orgullo, ya no es el fort¨ªn de cuatro potencias, brilla como una peque?a luz de esperanza en todas las favelas de Sao Paulo.
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