Desplome ol¨ªmpico de Djokovic

Novak Djokovic respira a ritmo de locomotora, empapado en sudor, jadeante. Boquea el n¨²mero uno intentando coger aire y encontrar la salida del laberinto porque el enredo es superlativo y empieza a pensar que no tiene escapatoria. Efectivamente, ya no hay marcha atr¨¢s. El desplome es un hecho. Un set por encima, con 3-2 y saque a su favor en el segundo, el serbio inexplicablemente se derrumba. Colapsa. Cae. Se hunde. Y as¨ª se abren las puertas del oro para ...

Novak Djokovic respira a ritmo de locomotora, empapado en sudor, jadeante. Boquea el n¨²mero uno intentando coger aire y encontrar la salida del laberinto porque el enredo es superlativo y empieza a pensar que no tiene escapatoria. Efectivamente, ya no hay marcha atr¨¢s. El desplome es un hecho. Un set por encima, con 3-2 y saque a su favor en el segundo, el serbio inexplicablemente se derrumba. Colapsa. Cae. Se hunde. Y as¨ª se abren las puertas del oro para Alexander Zverev (1-6, 6-3 y 6-1, en 2h 05m) y salta por los aires el on¨ªrico objetivo de Nole de completar el Golden Slam; es decir, conquistar los cuatro grandes y el t¨ªtulo ol¨ªmpico en un mismo a?o. La historia dice que solo la alemana Steffi Graf (1988) lo ha conseguido. Y as¨ª se mantendr¨¢.

Encadenaba Djokovic 22 triunfos consecutivos y despachaba rivales como a moscas, con el Open de Australia, Roland Garros y Wimbledon en el zurr¨®n, pero la tarde se ha transformado en una encerrona y Zverev le endosa un sopapo tras otro, ocho juegos consecutivos y 10 de los 11 ¨²ltimos del partido. Est¨¢ grogui el de Belgrado y claudica, y aunque este s¨¢bado (8.00, TVE y Eurosport) se batir¨¢ con Pablo Carre?o por el bronce ¨Cel asturiano cedi¨® ante Karen el ruso Khachanov por un doble 6-3, en 1h 19m¨C, el desfile ol¨ªmpico se transforma en un tormento. En su caso, era el oro o la nada; el resto, migas para una de las grandes estrellas de estos Juegos extra?os y cortocircuitantes: su colega Naomi Osaka sucumbi¨® a la presi¨®n, la gimnasta Simone Biles tambi¨¦n combate contra los demonios de la ¨¦lite y ¨¦l gripa cuando lo ten¨ªa todo a su favor.

¡°Me siento fatal¡±, admite a las diez y media de la noche en Tokio, despu¨¦s de llevarse otra estocada con la derrota en el dobles mixto junto a Nina Stojanovic. Otro oro que se esfuma, m¨¢s desconsuelo. En ese segundo partido ha jugado como un zombie y la intervenci¨®n posterior ante los periodistas se reduce a un minuto y dieciocho segundos, cuatro respuestas cortantes. Est¨¢ pero no est¨¢, Djokovic. ¡°Esto es deporte, ¨¦l ha jugado mejor. Sac¨® extremadamente bien y en el segundo set el m¨ªo ¨C40% con primeros y 50% con segundos, pobr¨ªsimo registro¨C cay¨® en picado. Mi juego se ha venido abajo¡±, sintetiza antes de que un reportero italiano quiera profundizar y le plantee si el desmorone responde a un factor f¨ªsico o mental: ¡°Siguiente pregunta¡±.

Tras sopesarlo bien, y a¨²n m¨¢s cuando el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) anunci¨® que no habr¨ªa p¨²blico en las gradas y subray¨® la rigidez de las restricciones a las puertas del evento, Nole decidi¨® finalmente aterrizar en Tokio con el objetivo de seguir sac¨¢ndole brill¨® a una temporada excepcional. Merec¨ªa la pena la inversi¨®n, pens¨®, puesto que a la plenitud f¨ªsica a?ad¨ªa una din¨¢mica a prueba de bombas ¨Cno perd¨ªa desde el 16 de mayo, contra Rafael Nadal en Roma¨C y contaba con el aliciente extra de sacarse la espina ol¨ªmpica; bronce en 2008, fue cuarto en Londres 2012 y se desmoron¨® en 2016 en R¨ªo, apeado en la primera ronda por Juan Mart¨ªn del Potro. Entonces sufri¨® una de las derrotas m¨¢s duras de su carrera y la amargura no desaparece. Jap¨®n le deja otra herida.

¡°Me siento fatal, espero recuperarme¡±

Hab¨ªan sido d¨ªas felices hasta encontrarse con Zverev. Reclamado como pocos en la Villa Ol¨ªmpica, el serbio (34 a?os) ha ido fotografi¨¢ndose con otros deportistas e incluso bromeando con el equipo belga de gimnasia, comparando su elasticidad; pulgar arriba y sonrisa amable al cruzarse con ¨¦l, hab¨ªa resuelto los cuatro encuentros previos (Dellien, Struff, Davidovich y Nishikori) con holgura y en l¨ªnea ascendente; en condici¨®n de l¨ªder, llev¨® la voz cantante de los tenistas en su reivindicaci¨®n para que los organizadores retrasasen los horarios y se paliase as¨ª el castigo del calor. A diferencia de otras ¨¦pocas en las que juega con fuego en la pista, no hab¨ªa un solo indicio de que el resbal¨®n pudiera producirse. Pero el paso en falso llega en crudo.

Habr¨¢ que comprobar, por tanto, qu¨¦ consecuencias tiene el accidente. Exactamente un mes despu¨¦s, acudir¨¢ a Nueva York para litigar por primera vez en igualdad de condiciones con Nadal y Roger Federer, 20 grandes por cabeza los tres gigantes. ¡°No s¨¦ si me afectar¨¢¡±, contesta cuando se le pregunta en perspectiva por el US Open, del 30 de agosto al 12 de septiembre. ¡°Me siento fatal ahora, en todos los sentidos; afortunadamente, por suerte, ma?ana [por este s¨¢bado] empezamos de cero. Espero poder recuperarme y ganar una medalla para m¨ª pa¨ªs¡±, concluye antes de atender a los enviados serbios y retirarse luego con andares pesarosos hacia el vestuario, todav¨ªa sin digerir una derrota de las que dejan una buena cicatriz.

En direcci¨®n opuesta, Zverev se expresa feliz. Son sus primeros Juegos y ha truncado el paso de Nole cuando muy pocos apostaban un euro por ello. ¡°Al principio est¨¢bamos jugando a lo que ¨¦l quer¨ªa, as¨ª que intent¨¦ cambiar el enfoque. Al final he remontado y creo que esta es una de mis mejores victorias como profesional¡±, remarca el de Hamburgo, citado en un duelo de pegadores con Khachanov. ¡°En la red le he dicho a Novak que es el m¨¢s grande de todos los tiempos. Es el que m¨¢s Grand Slams tiene, m¨¢s Masters 1000, m¨¢s semanas como n¨²mero uno¡­¡±, recita el alem¨¢n, quien un d¨ªa antes afirmaba convencido que pod¨ªa dar la gran campanada. Pocos le cre¨ªan. Hasta que cumple con lo dicho.

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