Las mujeres latinoamericanas alcanzaron su r¨¦cord de medallas ol¨ªmpicas en Tokio

Las mujeres latinoamericanas han roto r¨¦cords en Tokio 2020. Con seis oros, 11 platas y siete bronces (sumando las de competiciones femeninas y mixtas), las deportistas han hecho crecer el medallero regional, en algunos casos se han puesto al frente de sus delegaciones y se llevan a casa m¨¢s metales que nunca. Han conseguido el 38,1% de las preseas ganadas por atletas de la regi¨®n, un logro importante teniendo en cuenta que representan menos de la mitad de las delegaciones ol¨ªmpicas de sus pa¨ªses.

Las zancadas enormes de la venezolana Yulimar Rojas para romper el r¨¦cord del mundo en triple salto, la velocidad de la puertorrique?a Jasmine Camacho Quinn para saltar las vallas y proclamarse vencedora en los 100 metros, la fortaleza de la ecuatoriana Neisi Dajomes al levantar 263 kilos sombre sus hombros, las brazadas de la brasile?a Ana Marcela Cunha en aguas abiertas, la perfecci¨®n de las acrobacias de su compatriota Rebeca Andrade y el dominio de la vela de la dupla formada por Martine Grael y Kahena Kunze, tambi¨¦n de Brasil, colocaron a sus pa¨ªses en lo m¨¢s alto del podio en sus disciplinas.

Los seis oros conseguidos por ellas casi igualan el n¨²mero de medallas doradas conseguidas en R¨ªo de Janeiro de 2016, pero con las 11 preseas de plata y siete de bronce se rompe el r¨¦cord latinoamericano de mujeres medallistas en unos Juegos Ol¨ªmpicos, con 24 en total. Por pa¨ªses, Brasil lidera el medallero femenino con nueve medallas. Una de sus atletas, la gimnasta Rebeca Andrade, se hizo con dos: el oro en salto y la plata en la competencia completa (all-around). Mientras, en otros pa¨ªses como Ecuador o Rep¨²blica Dominicana, las mujeres impulsaron con sus logros los medalleros de sus pa¨ªses y han dado visibilidad a sus comunidades, como es el caso de las levantadoras de peso afroecuatorianas Neisi Dajomes y Tamara Salazar, oro y plata en sus categor¨ªas, respectivamente, que lucieron con orgullo los turbantes representativos de su cultura en las ceremonias de premiaci¨®n.

Mucho ha llovido desde que Jeannette Campbell se convirti¨® en la primera medallista de la historia de Am¨¦rica Latina. En 1936, bajo el r¨¦gimen nazi, la nadadora argentina se alz¨® con el segundo lugar en los 100 metros libres de nataci¨®n en los Juegos Ol¨ªmpicos de Berl¨ªn. Am¨¦rica tardar¨ªa 32 a?os en ver a una pluralidad de mujeres con medallas: fue precisamente en M¨¦xico, en los primeros Juegos Ol¨ªmpicos celebrados en el continente en 1968. Luego tuvieron que pasar otros 20 a?os para superar la cifra de dos medallas: en Seul 1988 consiguieron tres y en Barcelona 1992, diez. Desde entonces, el crecimiento ha sido m¨¢s o menos constante. Hasta que en los juegos de Tokio, que clausuraron el pasado fin de semana, las mujeres latinoamericanas alcanzaron 25 medallas, batiendo el r¨¦cord anterior de 23 en Pek¨ªn 2008.

Una raz¨®n central para explicar esta progresi¨®n est¨¢ en el techo que se manten¨ªa para las atletas mujeres en los Juegos: los de Tokio son los primeros en presentar un porcentaje casi id¨¦ntico de competiciones femeninas (cerca del 51% del total; 47% en 2016). Este era el techo dif¨ªcilmente esquivable para las mujeres ol¨ªmpicas, que igualmente no lograron superar en Londres y R¨ªo de Janeiro a la media de todos los pa¨ªses.

A esto se le une la hist¨®rica infrarrepresentaci¨®n de las mujeres en las delegaciones ol¨ªmpicas latinoamericanas: el porcentaje de competidoras sobre el total se ha mantenido no solo por debajo del m¨¢ximo te¨®rico marcado por las disciplinas a las que pod¨ªan optar, sino tambi¨¦n a una cierta distancia de la cuota femenina en el resto de delegaciones, siempre algo por encima de los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina, y con un llamativo estancamiento en las ediciones inmediatamente anteriores a la de Tokio.

La consecuencia inevitable de ambos factores es que, en la regi¨®n, las mujeres han venido compitiendo por debajo de su potencial y esto no es algo que se le pueda achacar a la falta de ganas. Si a los deportistas hombres de la regi¨®n les es dif¨ªcil conseguir los recursos para prepararse adecuadamente, los obst¨¢culos suelen ser mayores en el deporte femenino. El a?o 2016 fue particularmente complicado para ellas: solo un tercio de las medallas latinoamericanas fueron de mujeres. Pero en 2021 el nivel se ha recuperado.

Las que nunca han dejado los podios ol¨ªmpicos son las Leonas argentinas, aunque el oro se sigue resistiendo. En Tokio perdieron ante la selecci¨®n holandesa de hockey sobre hierba, pero con la plata conseguida se convirtieron en el equipo m¨¢s laureado en la historia de su pa¨ªs en los Juegos Ol¨ªmpicos y ascienden a esa disciplina a la que las mujeres latinoamericanas le han dado el mayor porcentaje de medallas (el 83%), seguido del tiro con arco (el 75%) y la lucha (el 67%). En esta edici¨®n, la mexicana Alejandra Valencia sum¨® un bronce en el primer deporte en la categor¨ªa mixta junto a su compa?ero Luis ?lvarez. En t¨¦rminos generales, el atletismo, el yudo, el taekwondo y la halterofilia son las disciplinas en las que las mujeres de la regi¨®n suman m¨¢s medallas.

Dentro de los pa¨ªses con mayor n¨²mero de medallas, Colombia es el ¨²nico que se acerca a la paridad (el 47% de los podios de su historia los han conseguido las mujeres). La primera en ganar una medalla para Colombia fue la velocista Ximena Restrepo en Barcelona 1992. La actual vicepresidenta de la Federaci¨®n Internacional de Atletismo (puesto en el que tambi¨¦n es pionera) gan¨® su bronce un 5 de agosto, casualmente el mismo d¨ªa en el que el tambi¨¦n colombiano Anthony Zambrano se alzar¨ªa con la plata en los 400 metros masculinos. Pero, adem¨¢s de Zambrano, las herederas de Restrepo en Tokio han sumado dos medallas de plata, en BMX (Mariana Paj¨®n) y en 20 kil¨®metros marcha (Sandra Arenas). Ambas veteranas, son el pen¨²ltimo destello de una generaci¨®n de atletas que se han hecho con 14 de las 30 medallas que ostenta el pa¨ªs andino.

Donde no se puede negar el dominio femenino es en la cima de los logros de la delegaci¨®n ol¨ªmpica costarricense: las cuatro medallas que ha obtenido el pa¨ªs en su historia las han conseguido dos nadadoras, las hermanas Claudia y Sylvia Poll. En otros pa¨ªses, como Puerto Rico, aunque el porcentaje de medallas de las mujeres es m¨¢s bajo (el 20%), las dos ¨²nicas de oro las han conseguido mujeres en los ¨²ltimos a?os: la tenista M¨®nica Puig se hizo con ese metal al ganar la final individual en R¨ªo de Janeiro 2016, mientras que en Tokio la velocista Jasmine Camacho Quinn lleg¨® a lo m¨¢s alto del podio en los 100 metros con vallas, donde luci¨® con orgullo la flor de maga, emblema de la isla. Las otras medallas logradas por la delegaci¨®n son de hombres, pero ninguno de ellos se ha hecho con el m¨¢ximo honor.

Cuba es el pa¨ªs cuyas mujeres encabezan el medallero hist¨®rico, con 53 de un total de 235, aunque la gran mayor¨ªa son en categor¨ªas masculinas. Le sigue Brasil, con 37 metales conseguidos por ellas. En Tokio, la delegaci¨®n brasile?a ha dejado claro que su cantera viene fuerte. Lo demostr¨® principalmente Rayssa Leal, el ¡®hada del skate¡¯, que al conseguir una plata con solo 13 a?os se convirti¨® en la medallista m¨¢s joven de su pa¨ªs y en una promesa de c¨®mo puede ser el futuro para los equipos latinoamericanos.

Metodolog¨ªa y fuentes. Los datos provienen de una base de datos realizada por los autores, compilando todas las participaciones individuales y grupales en Juegos Ol¨ªmpicos modernos, desde Atenas 1896 hasta Tokio 2020. Las medallas se cuentan como femeninas o masculinas seg¨²n la categor¨ªa de competici¨®n; cuando la categor¨ªa es mixta, se cuenta dos veces.

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