La lluvia de Par¨ªs apaga a Ana Peleteiro
La atleta gallega termina sexta en una final de triple salto en la que era favorita para medalla y en la que se impuso Thea LaFond
En el quinto salto, en la arena ya empapada, Ana Peleteiro, nada m¨¢s caer se llev¨® las manos a la cara, casi sollozando. La impotencia. Ana Peleteiro dej¨® de ser ella, la atleta que nunca falla, que siempre llega un punto m¨¢s lejos, que bate sus r¨¦cords en los grandes escenarios. A la que todos temen. En Par¨ªs, bajo la lluvia que fren¨® su remontada, Ana Peleteiro nadie la tem¨ªa, en todo caso despertaba sentimientos de amor, deseos de abrazarla y confortarla, tanto hab¨ªa trabajado para estar ah¨ª.
¡°Hoy me hubiese gustado rascar algunos cent¨ªmetros m¨¢s¡±, dice. ¡°Estoy triste. Pas¨¦ la noche en vela, pero no me gusta excusarme¡±.
La final hab¨ªa pasado en un suspiro y ella no hab¨ªa estado all¨ª. Como si la ausencia de su compa?era Yulimar Rojas, la mujer inalcanzable a la que se esforzaba en tocar, en vez de abrirle las puertas al oro, la dejara sin gu¨ªa, sin br¨²jula, sin rival.
Con un salto de 14,59m, lejos de su mejor marca, de los 14,87m que le dieron la medalla de bronce en Tokio 2020, Peleteiro termin¨® sexta de una final en la que la ganadora fue Thea LaFond, la misma atleta caribe?a de Dominica que se hab¨ªa impuesto en el Mundial de pista cubierta en Glasgow, en marzo pasado. LaFond, imponente y s¨®lida, fue la ¨²nica de las 12 finalistas que alcanz¨® los 15 metros (15,02m). Lo hac¨ªa por primera vez en su vida. Lo hizo cuando deb¨ªa hacerlo, en el segundo intento, cuando a¨²n parec¨ªa que la atleta gallega pod¨ªa dominar la situaci¨®n. Segunda fue la jamaicana Shanieka Ricketts (14,87m) y tercera la norteamericana Jasmine Moore (14,67m).
El estadio se comi¨® a Peleteiro, que hab¨ªa anunciado que ser¨ªa el mejor escenario para su show. No fue el Ol¨ªmpico de Roma, en el que, durante los Europeos, el triple se disput¨® en una tribuna elevada, por encima de todos, en el centro. En Par¨ªs, las triplistas part¨ªan de una esquina sepultada, casi oculta. La desmesura del Stade de France, el alboroto permanente, la excitaci¨®n de los 70.000 espectadores por cualquier detalle, diluy¨® la atenci¨®n, y cuando ped¨ªa palmas, el alimento, la motivaci¨®n, el ritmo para complementar sus juramentos y sus dedicatorias a todos los conocidos antes de saltar, sus amigos quedaban sepultados por los chillidos dedicados al esprint final con el que Femke Bol, la reina de las remontadas, llevaba a los Pa¨ªses Bajos el oro en el relevo mixto.
Todo comenz¨® suave y prometedor. Salt¨® la primera Peleteiro. Con seguridad, salt¨® 14,55m. Un primer intento para construir sobre ¨¦l. Una base sobre la que arriesgar y cambiar. Todo sigui¨® suave, pero ya no prometedor, sino agorero. Peleteiro no arrancaba. Estaba sosa. ?D¨®nde estaba su agresividad proverbial en la entrada a tabla? ?D¨®nde estaba la velocidad mantenida que le permit¨ªa alargar el segundo? ?D¨®nde estaba Peleteiro? Sepultada en las dudas. Sin respuesta. Cumplidos tres saltos, comenz¨® a llover. Como en Roma. Si en la capital italiana el agua encendi¨® el esp¨ªritu guerrero de la mejor atleta espa?ola, en Par¨ªs acab¨® apagando los pocos rescoldos que hab¨ªa de fuego en su mirada, en su actitud. Como si de repente, ya en el pasillo de saltos, entre bandas moradas, fuera consciente de lo que estaba haciendo, del peso con el que hab¨ªa cargado al asumir p¨²blicamente, que llegaba a Par¨ªs en busca de la medalla de oro.
¡°La lluvia lo cambi¨® todo¡±, dice. ¡°Estaba empapado el pasillo. La tabla resbalaba. Ah¨ª pod¨ªa haber reventado¡±.
Peleteiro es ¨²nica por su capacidad de vivir de influencer en las redes al mismo tiempo que practica atletismo al m¨¢s alto nivel y es madre. Los Juegos son tan grandes, tan importantes para tantos atletas de tantos pa¨ªses, que quiz¨¢s, hacerlo todo y ser campeona ol¨ªmpica no se puede.
Con ella, sin show, con llanto, la cubana Leyanis P¨¦rez, que podr¨ªa saltar 15 metros con solo chascar los dedos y con graves errores de talonamiento se qued¨® en 14,62m. Quinta. Peleteiro, sexta.
Toca, pues, aclamar a la reina del triple mientras la emperatriz Yulimar recupere la salud de su Aquiles. Nacida en Dominica, peque?a isla caribe?a, LaFond, de 20 a?os, se traslad¨® a Estados Unidos a los cinco a?os. A los siete a?os era bailarina de formaci¨®n cl¨¢sica de ballet, claqu¨¦ y jazz. A los 13 a?os tuvo que dejarlo porque su familia ya no pod¨ªa permit¨ªrselo. En la Universidad empez¨® con el triple y en 2016 conoci¨® a Aaron Gadson, que empez¨® a entrenarla, le cambi¨® el pie de salto, pas¨® del derecho al izquierdo, y se cas¨® con ella.
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