Fiestas, penaltis y un t¨ªo muy grande

Llegados a este punto, a tres d¨ªas de que toda esta fiesta termine, empiezo a notar el s¨ªndrome del conejo blanco, el de Alicia en el pa¨ªs de las maravillas. Ya lo trat¨¦ en el diario de Tokio, y consiste en ir de un lado a otro, sin pararte m¨¢s de lo necesario en ning¨²n sitio y con el agobio siempre presente, de no llegar a todo lo que te gustar¨ªa. No tiene remedio, pues a la cantidad y velocidad a la que se desarrollan los acontecimientos, cada elecci¨®n supone diez renuncias. Los que m¨¢s me cuesta desechar son los asuntos Kinder, que vienen con batallita dentro.

Empecemos con algo ligero que llevaba varios d¨ªas en mi bandeja de salida. La decisi¨®n de la selecci¨®n de f¨²tbol de irse a un hotel (no han sido los ¨²nicos) porque en la Villa no se descansa bien me parece la adecuada y est¨¢ de m¨¢s cualquier cr¨ªtica de elitismo futbolero. Les entiendo perfectamente y ojal¨¢ hace 40 a?os lo hubiesen hecho por nosotros. Lo mismo nuestra derrota ante Jordan y compa?¨ªa no se hubiese producido con un mejor sue?o del que tuvimos las dos o tres noches anteriores a la final. O puede que no. Nunca lo sabremos (gui?o, gui?o). Esto ha pasado antes y pasar¨¢ siempre, salvo si los Juegos se celebran en el triste Mosc¨² del a?o 80, los m¨¢s aburridos de la historia.

Seg¨²n van avanzando los d¨ªas, el porcentaje de atletas en competici¨®n va disminuyendo y el de los que est¨¢n de fiesta crece exponencialmente. El resultado obtenido no influye. Si has tenido ¨¦xito, fiesta para celebrar. Si no has alcanzado objetivos, fiesta para recuperarte an¨ªmicamente. Si has fracasado rotundamente, fiesta para olvidar. Cuentan que incluso hay gente que tiene relaciones sexuales, dato que yo, al menos, no puedo confirmar.

Para cuando te est¨¢s jugando una medalla, que en los deportes de equipo suele ser en el ¨²ltimo fin de semana, te has convertido en un bicho raro, un tipo que camina y no corre pegando gritos, que no va sac¨¢ndose fotos una tras otra, que no toma el sol y desaparece justo despu¨¦s de cenar para retirarse a sus aposentos.

Me imagino que a las chicas de waterpolo no les importar¨¢ aplazar las celebraciones unos d¨ªas m¨¢s. Su semi fue una monta?a rusa que se decidi¨® a los penaltis. El sumum del estr¨¦s. Ese pase¨ªllo hasta el punto de lanzamiento intentando mostrar serenidad mientras en tu mente se desata una batalla entre la voz de la confianza y la del miedo. Ahora que ponen micros a deportistas y ¨¢rbitros para ver el deporte desde dentro, me encantar¨ªa que se pudiese poner uno para poder escuchar los di¨¢logos mentales, esos ¡°lo meto seguro¡± enfrentados a ¡°la vas a cagar¡±. Est¨¢ claro que viendo que Espa?a no fall¨® ni uno, sabemos qui¨¦n gan¨® esta vez la batalla.

Otras se est¨¢n perdiendo, por ejemplo, en atletismo, donde dejando a un lado la marcha, hemos sonre¨ªdo lo justo. All¨ª, en la zona mixta donde acuden los atletas para hablar con los medios, se est¨¢n dando momentos reveladores que van desde la tierna sinceridad de la simp¨¢tica y espont¨¢nea ?gueda Marqu¨¦s (¡°Es que corren mucho, estoy flipando con el nivel que hay¡±) a lo desgarrador de Bel¨¦n Toimil, que declara estar hasta los mism¨ªsimos de no dar el nivel adecuado en el momento justo, pasando por Adri¨¢n Ben (¡°Sacrificas la vida y el deporte te da una bofetada para tumbarte¡±). Reacciones para todos los gustos y colores que corresponden a lo que vemos y a lo que est¨¢ detr¨¢s y desconocemos. Los sue?os, las expectativas, los esfuerzos, las renuncias, el futuro, todo entra en una coctelera emocional que no suele resultar f¨¢cil de gestionar.

Termino felicitando a Sa¨²l Craviotto, que con su bronce en el K4 se ha convertido en el deportista m¨¢s ol¨ªmpicamente galardonado. Un t¨ªo grande en todos los sentidos. Como dice el gran tuitero @pabloLolaso, ¡°seis medallas ol¨ªmpicas y entre una y otra lo mismo te gana MasterChef, hace un anuncio de calzoncillos o te pone 150€ de multa por hacer botell¨®n en el parking de una gasolinera¡±.

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