Vencer al ¡®bullying¡¯ gracias al baloncesto. La historia de una miss
Sof¨ªa del Prado es uno de los muchos casos de acoso escolar que nadie detect¨®, en los que nadie hizo nada. El deporte le dio confianza, amigas y disciplina para afrontarlo y, adem¨¢s, triunfar en el mundo de la moda
No, no son cosas de ni?os, y dice Koldo Casla, coautor del primer informe de Amnist¨ªa Internacional sobre el acoso escolar en Espa?a, que la asombrosa vigencia de esa excusa entre padres y profesores es una de las principales culpables de que solo el 4% de los casos de acoso se reporten a la instituci¨®n educativa. Y se cometen, cuenta, otros errores igual de graves al respecto del conocido como bullying: ¡°No se trata de un problema entre individuos, entre un agresor y una v¨ªctima, que se solucione poniendo paz entre ellos o castigando al malo: un colegio es una proyecci¨®n de la sociedad, y el enfoque social es el ¨²nico apropiado¡±, explica Casla. Sof¨ªa del Prado lo padeci¨®; su infancia qued¨® marcada por compa?eros que le hac¨ªan el vac¨ªo o la insultaban. Su altura le resultaba una verg¨¹enza, un trauma. Hasta que irrumpi¨® el baloncesto en su vida. Y, tras lo que gan¨® en la cancha (amigas, valores, confianza en s¨ª misma), vinieron la moda, las pasarelas y la oportunidad de representar a Espa?a en el concurso de Miss Universo de 2017.
Porque de su ni?ez no guarda precisamente buen recuerdo. En su colegio de Villarrobledo (Albacete), a Sof¨ªa del Prado el resto de la clase la daba de lado. Primero fue la exclusi¨®n; luego, los insultos: cuatrometros, jirafa. Del Prado cuenta que sol¨ªa regresar a casa sollozando y decirle a su madre: ¡°Mami, no quiero ser alta¡¡±. Con 12 a?os rondaba el metro ochenta. Sus progenitores trasladaron a los profesores lo que sufr¨ªa Sof¨ªa en el centro, pero se parapetaron tras el mantra citado por Casla: cosas de ni?os. Mientras, Sof¨ªa fantaseaba con marcharse, con irse a otro colegio.

Creci¨® e ingres¨® en el instituto. Crey¨® que supondr¨ªa una nueva oportunidad, un comienzo, tabula rasa. ¡°Pero arrastraba demasiado; me vieron d¨¦bil y me convert¨ª en presa f¨¢cil. Primero de ESO fue un horror. No quer¨ªa salir, me amenazaban¡¡± Del Prado recuerda un d¨ªa en que sentada en el pupitre un grupo de compa?eros comenz¨® a proferirle insultos a causa del tipo de coleta que se hab¨ªa hecho esa ma?ana, con varias gomas. ¡°?Qu¨¦ llevas en el pelo, chorizos?¡±. Cada uno prorrump¨ªa con una ocurrencia distinta, a cu¨¢l m¨¢s hiriente, y ella, que quer¨ªa responder y desahogarse, intimidada, se fue ¡°haciendo peque?a¡±. Es solo un ejemplo nimio, dice, de lo que la llev¨® a, esta vez s¨ª, solicitar un cambio de centro. La directora sospech¨® que algo suced¨ªa ¨CSof¨ªa hab¨ªa preferido callar e inventarse un pretexto para largarse¨C, y se involucr¨® en el asunto lo suficiente como para que se calmaran temporalmente las aguas. Solo durante unas semanas. La soluci¨®n, sin embargo, vino de otra parte.
Se apunt¨® al equipo de baloncesto.
All¨ª, lo que hab¨ªa observado siempre como defecto se convirti¨® en virtud: su altura la hac¨ªa valiosa. ?Y adem¨¢s jugaba bien! Lleg¨® a estar convocada con la selecci¨®n de Castilla la Mancha, aunque su raz¨®n para perseverar era otra: se lo pasaba bien entrenando con sus amigas. All¨ª encontr¨® un grupo de chicas que se apoyaban unas a otras, en el que lo normal era esforzarse por la de al lado. ¡°Yo, l¨®gicamente, era bastante t¨ªmida. Pero hab¨ªa tal buen rollo que no tardaron en invitarme a salir con ellas tambi¨¦n fuera del entrenamiento. Con 14 o 15 a?os el panorama me cambi¨® mucho. Estaba el instituto, s¨ª, pero los fines de semana viaj¨¢bamos a jugar partidos fuera, y en esos trayectos de autob¨²s nos lo pas¨¢bamos tan bien. De pronto, me sent¨ªa parte de algo¡±. Ellas son las que, hasta hoy, han acompa?ado a Sof¨ªa tambi¨¦n en sus ¨¦xitos.
Su madre ten¨ªa una tienda de ropa, siempre le interesaron las tendencias (de ah¨ª, dice, esa coleta por la que los compa?eros de clase la castigaron). ¡°La disciplina, todo lo que aprend¨ª jugando a baloncesto para no rendirme, me ha dado much¨ªsimo tambi¨¦n en el mundo de la moda y los concursos de belleza. As¨ª llegu¨¦ hasta donde llegu¨¦, a representar a Espa?a en Miss Universo¡±. Sof¨ªa comenz¨® imponi¨¦ndose en un concurso de belleza local, en Villarrobledo. Se mud¨® a Madrid, para estudiar en la Universidad, y, en ese instante, habiendo dejado atr¨¢s su trauma con la altura, los trabajillos en moda fueron su modo de ir gan¨¢ndose la vida. Hasta que lleg¨® el salto a la pasarela y los principales cert¨¢menes.

¡°El bullying nace de la propia intolerancia y desigualdades de la sociedad¡±, incide Casla, que a?ade que ¡°la mejor manera para prevenir su aparici¨®n es dotar a los ni?os y ni?as con mecanismos para que se ayuden en igualdad, entre s¨ª¡±. Investigaciones como las del propio Casla o su colega Cristina del Barrio parecen atestiguarlo. Entre 2007 y 2009 colegios de Inglaterra, Italia y Espa?a se propusieron entrenar a alumnos para que supieran reaccionar cuando presenciaran acoso en cualquiera de sus formas, para que entendieran c¨®mo prestar ayuda y empatizar con la v¨ªctima. Surti¨® efecto. La convivencia mejor¨®. Algo parecido hicieron desde Amnist¨ªa Internacional para su estudio en el curso 2017/2018 en 140 colegios de educaci¨®n primaria y secundaria de Extremadura, un 23% del total de centros de la regi¨®n. Y la experiencia satisfizo a alumnos y profesores, que demandan ahora m¨¢s formaci¨®n en ese ¨¢mbito.
Deporte para combatir el acoso
Juan Calmaestra es profesor de Psicolog¨ªa de la convivencia en la Universidad de C¨®rdoba, una de las instituciones que m¨¢s tiempo lleva dedicada a la investigaci¨®n del fen¨®meno del acoso escolar. Cuando atiende al tel¨¦fono, est¨¢ terminando de editar material para la Fundaci¨®n Bar?a. Con ellos, lleva cuatro a?os empe?ado en un objetivo: erradicar el acoso de las aulas. Los primeros dos fueron de estudio, ?c¨®mo haremos lo que pretendemos?; los dos ¨²ltimos cursos, el m¨¦todo que concibieron se demostr¨® ¨²til y ha ido pudiendo ponerse en pr¨¢ctica en colegios de toda Catalu?a. ¡°Empezaron diez. Cuando se valid¨® el modelo, se apuntaron unos 100, y este curso ya participan 170 centros¡±, cuenta Calmaestra.
¡°La neurociencia nos ha ense?ado que lo que no te emociona no te hace aprender¡±Juan Calmaestra
Su estrategia para acabar con el acoso se basa sobre todo en educar a los que normalmente ser¨ªan meros espectadores, los que observar¨ªan la agresi¨®n sin hacer nada. ?C¨®mo? ¡°Hacemos sesiones de trabajo, consistentes en juegos teatralizados, con alumnos de 1? a 6? de primaria durante lecciones de Educaci¨®n Art¨ªstica, Tutor¨ªa y, especialmente, Educaci¨®n F¨ªsica¡±. Calmaestra destaca la importancia de esta ¨²ltima materia por muchas causas: ¡°porque el deporte te hace ganar autoestima, porque mejorar tus condiciones motrices te da confianza, porque la pr¨¢ctica de deporte reduce la ansiedad, te hace m¨¢s resiliente, mejora tu adaptabilidad social¡¡± La lista es inacabable, y el deporte practicado fuera del colegio tambi¨¦n juega un papel crucial. Por una causa sencilla: si el entorno del aula es asfixiante, ayuda a sobrellevarlo tener otro alternativo, el equipo de b¨¢squet, de f¨²tbol, de lo que sea, donde ese ni?o o ni?a se sienta apoyado.
Un ejemplo de sus m¨¦todos en clase: provocan situaciones de una injusticia palmaria, ponen a 24 alumnos a lanzar balones a un solo compa?ero, que debe tratar de despejarlos todos; y contin¨²an as¨ª hasta que el que debe defenderse de tanto balonazo estalla y dice: ?Profe, esto es injusto, son todos contra m¨ª! Entonces, les hacen entender lo an¨¢loga que es esa situaci¨®n con la del bullying: alguien que agrede con el benepl¨¢cito o la inacci¨®n culpable de la mayor¨ªa y uno que sufre.
¡°La neurociencia nos ha ense?ado que lo que no te emociona no te hace aprender¡±, sentencia Calmaestra. Solo una aproximaci¨®n psicoeducativa es posible ante estas circunstancias, y no deben perder esto de vista los profesores, quienes verdaderamente lidian con el acoso a diario. ¡°La l¨¢stima es que no dispongan de formaci¨®n obligatoria al respecto. Muchos de los que vienen a mis cursos opcionales lo hacen en su tiempo libre, son maestros rurales que acaban a las nueve de la noche y a¨²n les queda, desde C¨®rdoba, una hora de coche de vuelta a casa, tras una jornada que empez¨® a las ocho. Pocas profesiones hay m¨¢s vocacionales que la de maestro¡±.
#LoInteligenteEsSeguir
Descubre gracias al proyecto Basket Girlz de Endesa las historias de todas estas deportistas, cient¨ªficas o l¨ªderes culturales y empresariales que tienen algo en com¨²n: se forjaron en una cancha de baloncesto. De este deporte adquirieron valores que les han servido para el resto de retos de la vida. www.proyectobasketgirlz.com