Ghana deja a Corea en la cuerda floja
En un partido enloquecido, los africanos aprovechan su mayor contundencia atacante y la flojera defensiva de los asi¨¢ticos para ganar 2-3
La defensa de Corea es como la de Osasuna: todos se llaman igual, los rojillos Garc¨ªa, los orientales Kim, pero los Kim de Corea no se pueden comparar a los Garc¨ªa de Pamplona. No al menos en contundencia, as¨ª que, despu¨¦s de siete saques de esquina botados contra Ghana, de la jerarqu¨ªa de Son en la vanguardia coreana, de la desconexi¨®n ghanesa que dejaba a I?aki Williams corriendo de aqu¨ª para all¨¢, persiguiendo sombras, pidiendo balones y recibiendo melones, a pesar de todo eso, bast¨® una falta botada desde la banda para que todos los Kim de Corea quedaran retratados.
No se llegaba a la media hora de apabullante dominio coreano, de posesiones eternas, de pelotazos a la nada de Ghana, cuando Ayew, a bal¨®n parado, puso una pelota que qued¨® suelta, y all¨¢ lleg¨® Salisu, como quien no quiere la cosa, para meter el pie y adelantar a los africanos.
El gol desconcert¨® a Corea, que perdi¨® la serenidad con la que comenz¨®. Las ideas bien estructuradas del comienzo, se convirtieron en un revoltijo de ocurrencias. Ya nada les funcionaba a los coreanos. Equivocado un n¨²mero en el sudoku, las dem¨¢s casillas no cuadraban, y entonces Ghana comenz¨® a disfrutar. Ped¨ªa cabeza Ayew, se?al¨¢ndose las sienes con los dedos, pero tal vez los coreanos lo interpretaron de forma err¨®nea. La cabeza que ped¨ªa no era la que el com¨²n de los mortales pensaba; esa tranquilidad que se suele solicitar despu¨¦s de un gol a favor. Ped¨ªa la cabeza de alg¨²n compa?ero para meter otro centro como el del gol, y encontr¨® la de Kudus, que pein¨® 10 minutos despu¨¦s del primero, para hacer el segundo y hundir en la miseria a Corea.
Bailaba el grader¨ªo favorable a las estrellas negras con el marcador cuesta abajo, mientras Son, la figura del Tottenham, hiperactivo en el inicio bajo su m¨¢scara de carbono, empezaba a diluirse en el desconcierto coreano, despu¨¦s de recibir dos golpes tan duros en tan poco tiempo. Los tigres asi¨¢ticos eran gatos dom¨¦sticos con las u?as cortadas.
Pero se confi¨® Ghana cuando lo ten¨ªa todo a favor. Trat¨® de dormir el partido en la segunda parte cuando apareci¨® en el campo Kang In Lee, el futbolista del Mallorca. Llevaba medio minuto cuando recibi¨® un bal¨®n en la banda y su excelente env¨ªo lo remat¨® de cabeza Cho para estrechar las distancias. Tres minutos m¨¢s tarde, todav¨ªa con el subid¨®n del gol, uno de los Kim, Juisu, que hab¨ªa estado tan poco contundente en defensa, le tuvo fe a un bal¨®n que parec¨ªa perderse por la l¨ªnea de fondo. Corri¨® con rabia, toc¨® la pelota al ¨¢rea, y otra vez Cho, lanz¨¢ndose como un misil al remate de cabeza, empat¨® el partido sin frenos, que empezaba a convertirse en una locura total.
Los defensas ghaneses comenzaban a parecerse menos a los Garc¨ªa de Osasuna y cada vez m¨¢s a los Kim de Corea, que segu¨ªan a lo suyo, y que despu¨¦s de tanto nadar volv¨ªan a ahogarse en la orilla cuando Mensah puso un bal¨®n desde la izquierda. Williams encontr¨® aire cuando quiso rematar, pero Kudus acert¨® con la pelota y bati¨® al otro Kim, Seunggyu, que el portero comparte nombre con la zaga, y que encaj¨® todas las que le dispararon.
La locura se transform¨® en tormenta tropical con Corea al abordaje, y la rabia de quien lo pierde todo m¨¢s de una vez en poco tiempo. Primero fue Kang In el que lanz¨® una falta que sac¨® Zigi junto al palo; despu¨¦s Salisu tuvo que despejar un remate envenenado desde la l¨ªnea. Se defendi¨® Ghana como pudo, atac¨® Corea con todo lo que Paulo Bento junt¨® en el c¨¦sped, colgando balones sin fin, pero los puntos se los qued¨® el equipo africano, que deja a los asi¨¢ticos en la cuerda floja y con su t¨¦cnico desatado de rabia y expulsado por Taylor. No podr¨¢ estar en el banquillo contra su pa¨ªs, Portugal.
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