La mala educaci¨®n, lamentablemente, ha llegado al tenis
Ya no basta con acudir y disfrutar un espect¨¢culo. Pareciera, de hecho, que esto es lo de menos. De lo que se trata es de vociferar, de participar y, por supuesto, de llamar la atenci¨®n
Como suele ocurrir en los grandes torneos, nos estamos dirigiendo ya a unas ¨²ltimas jornadas particularmente atractivas para el buen amante del tenis. Y no digo ¡°buen amante¡± por casualidad, como explicar¨¦ un poco m¨¢s adelante. Referente a la delegaci¨®n espa?ola, se han acabado confirmando los poco alentadores presagios de contar con suficiente participaci¨®n m¨¢s all¨¢ de la inaugural primera ronda. De los 11 inscritos s¨®lo consiguieron superar la segunda Carlos Alcaraz y Paula Badosa, y esta ¨²ltima cay¨® justo despu¨¦s en la tercera. Ojal¨¢ este sea solamente ...
Como suele ocurrir en los grandes torneos, nos estamos dirigiendo ya a unas ¨²ltimas jornadas particularmente atractivas para el buen amante del tenis. Y no digo ¡°buen amante¡± por casualidad, como explicar¨¦ un poco m¨¢s adelante. Referente a la delegaci¨®n espa?ola, se han acabado confirmando los poco alentadores presagios de contar con suficiente participaci¨®n m¨¢s all¨¢ de la inaugural primera ronda. De los 11 inscritos s¨®lo consiguieron superar la segunda Carlos Alcaraz y Paula Badosa, y esta ¨²ltima cay¨® justo despu¨¦s en la tercera. Ojal¨¢ este sea solamente un coyuntural bache representativo.
Si bien el cuadro femenino, ahora hablando en t¨¦rminos generales, ha estado cargado de sorpresas (s¨®lo dos de las ocho mejor preclasificadas han logrado acceder a la antepen¨²ltima ronda), algo diametralmente opuesto ha ocurrido en el lado masculino. Habr¨ªa que se?alar, ¨²nicamente, la pronta eliminaci¨®n del jugador dan¨¦s Holger Rune, (cuya vacante ha quedado suplida por el siguiente preclasificado), con lo cual tenemos en parrilla de partidos altamente tentadores.
El ¨²nico pase a semifinales definido en el momento en que estoy escribiendo estas l¨ªneas es el de Novak Djokovic, que acaba de eliminar al muy potente jugador norteamericano Taylor Fritz en cuatro mangas.
Muy pendientes estaremos, pues, de los desenlaces de los pr¨®ximos cruces y, sobre todo, del de Carlos Alcaraz, que deber¨¢ vencer a Alexander Zverev. Si bien la victoria cay¨® del lado del tenista alem¨¢n en su ¨²ltima confrontaci¨®n, en la pista indoor del Masters de Tur¨ªn, creo que para este pase el favorito es nuestro jugador. Y lo pienso no solamente porque Carlos sea mejor en este tipo de superficies; de hecho, en una pista similar en el ¨²ltimo US Open se deshizo del jugador germ¨¢nico en tres c¨®modos sets, sino que este ¨²ltimo lleva acumuladas, adem¨¢s, cinco horas m¨¢s en pista con el consiguiente desgaste. En dos de sus encuentros ha tenido que superar a sus rivales en apretados tie breaks en el quinto set, lo que indica no solamente acumulaci¨®n de cansancio, sino tambi¨¦n que no debe estar jugando a su mejor nivel.
El murciano, por su parte, y tras unos inicios de torneo poco brillantes, ha ido recuperando forma y nivel ten¨ªstico paulatinamente para cerrar sus ¨²ltimos partidos con creciente soltura y determinaci¨®n.
Lamentablemente, por ser un tema desagradable que se aleja de lo que nos trae durante 15 d¨ªas al Melbourne Park, ha dado que hablar el griter¨ªo molesto e insultante de una parte del p¨²blico que ha estado asistiendo a los partidos en directo. Hasta tal punto de mala educaci¨®n se ha llegado que hemos tenido que presenciar c¨®mo se increpaba directamente a los jugadores que estaban en la pista. El propio Novak Djokovic se vio impelido a invitar a un irrespetuoso espectador a que bajara a la pista a enfrentarse a ¨¦l.
?Por qu¨¦ se ha llegado a esta situaci¨®n en un deporte que ten¨ªa como elemento caracter¨ªstico cierta elegancia, silencio y respeto por parte de los muy civilizados espectadores?
Evidentemente, lo que pasa en el tenis no es m¨¢s que otro reflejo de lo que pasa en la sociedad. Esta ansia de protagonismo, aunque sea inexplicable, chabacano y fuera de lugar, que premonitoriamente ya augur¨® Andy Warhol ¡ª¡°en el futuro, todo el mundo tendr¨¢ sus 15 minutos de fama mundial¡±¡ª est¨¢ dejando su patente demostraci¨®n. Ya no basta con acudir y disfrutar un espect¨¢culo. Pareciera, de hecho, que esto es lo de menos. De lo que se trata es de vociferar, de participar y, por supuesto, de llamar la atenci¨®n de las c¨¢maras presentes que trasladar¨¢n la imagen del grosero o grosera de turno por todo el mundo. Lo m¨¢s lamentable, sin embargo, no es el caso particular (que lo es suficientemente grave), sino que lo que antes hubiera sido motivo de menosprecio generalizado, a d¨ªa de hoy es incluso vitoreado e incentivado por una parte del resto del p¨²blico.
Parece que estamos entrando en el muy desagradable y destructivo escenario en el que la mala educaci¨®n ni tan siquiera est¨¢ castigada por una flagrantemente extendida p¨¦sima consideraci¨®n.
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