Agobios, hielos y ¡®thriller¡¯, pero Djokovic ya pisa las semifinales

As¨ª es la vida en Melbourne, del oto?o al verano en un abrir y cerrar de ojos. Tras la fr¨ªa tarde anterior, caen 32 grados y un sol duro que atraviesa en este martes en el que otra vez, por segunda ronda consecutiva, Novak Djokovic interviene en la sesi¨®n diurna del torneo. Y al serbio, ya se sabe, no le gusta excesivamente eso de jugar en Australia a esta hora, por eso del calor y evitar una posible p¨¢jara. Lo visto tant¨ªsimas veces, el thriller habitual: sufre, boquea, jadea, grita, se despatarra, dedo a la oreja; golpea las bolsas contra el banco para trocear el hielo y los bidones que le suministran desde el banquillo para que no pierda energ¨ªa vienen y van. El desenlace es el de casi siempre. Se deshace del estadounidense Taylor Fritz, pegajoso de principio a fin, meritoria resistencia pero tierno al final, y accede a las semifinales: 7-6(3), 4-6, 6-2 y 6-3, despu¨¦s de 3h 45m.

Es la und¨¦cima vez que lo consigue y lo hace bajo el lema de siempre: Nole, ni un d¨ªa sin r¨¦cord. Raro el d¨ªa que no atrape uno. Esta vez, iguala en la plusmarca a la c¨¦lebre Monica Seles, la ¨²nica tenista que hab¨ªa conseguido hasta hoy enlazar 33 triunfos consecutivos en el grande australiano. Ambos comparten, pero el balc¨¢nico podr¨ªa quedarse solo si el viernes supera el siguiente escollo. No es menor: el italiano Jannik Sinner (6-4, 7-6(5) y 6-3 al ruso Andrey Rublev, tras 2h 39m) viene lanzado. No pierde en este escenario desde que le derrotase el surcoreano Hyeon Chung, en la edici¨®n de 2018; entonces, m¨²ltiples interrogantes en su interior y un dolor en el codo que le llevaba por el camino de la amargura. La visita al quir¨®fano suizo fue la redenci¨®n. A partir de ah¨ª, una victoria tras otra en las ant¨ªpodas y cuatro trofeos m¨¢s. Facturando sin parar.

Busca ahora el und¨¦cimo en Melbourne, donde hasta ahora sigue cumpli¨¦ndose la l¨®gica; esto es, se acerca la traca final y contin¨²an cabalgando los m¨¢s fuertes. Ah¨ª est¨¢n Alcaraz y Medvedev, y no afloja tampoco Sinner. No iba a ser ¨¦l la excepci¨®n, por mucho que Fritz enrede y debata en cada intercambio; los hay de hasta 25 golpes, juegos de 17 minutos. Hermoso ese botepronto, el mu?ecazo del serbio desde la l¨ªnea de fondo. ?Tac! Ah¨ª que va la bola. Pero el norteamericano le niega y le niega, se revuelve. Sin embargo, a Fritz nunca le salieron los colmillos. Ha cedido el segundo set, han transcurrido 2h 40m, 23 juegos y 16 intentos hasta que por fin lo consigue: llega el break. Se termin¨® la historia. Resuelve Djokovic y coleguea en la entrevista con el hombre al que en pleno partido ha enviado un beso por la gatera.

Nick Kyrgios, el ¨²ltimo bad boy, profesionalmente en tierra de nadie ¡ªun partido jugado en todo 2023¡ª y estos d¨ªas ejerciendo de comentarista para el canal Eurosport. Ligero desliz en la ceremonia. ¡°Un aplauso para Novak Djokovic, de nuevo en los cuartos¡­¡±, dice el aussie, ups, mientras el ganador se r¨ªe a carcajadas y carga con ese raquetero serigrafiado con todos sus grandes t¨ªtulos: los 10 de aqu¨ª, los tres de Roland Garros, los siete de Wimbledon y los cuatro del US Open. Pesa una tonelada. 24 de momento, para que no se le olvide a nadie.

¡°Preparen las palomitas¡±

¡°He sufrido mucho en los dos primeros sets. El calor apretaba [hasta 33 grados, por los 15 del d¨ªa anterior] y Fritz tiene uno de los mejores servicios del mundo. Pero a la mitad del tercer set he encontrado mi juego¡±, dice. ¡°Los dos, Sinner y Rublev, est¨¢n en muy buena forma. Jannik est¨¢ jugando el mejor tenis de su vida desde el tramo final de la pasada temporada; en las Finals [de Tur¨ªn] y en la Copa Davis tuvimos partidos muy ajustados. Preparad las palomitas, disfrutaremos del partido¡­¡±, prosigue antes de prometerle a Kyrgios que le mostrar¨¢ un tesoro, ese ¨¢rbol m¨¢gico del Jard¨ªn Bot¨¢nico al que trepa de vez en cuando y que le aporta la paz y la lucidez necesarias para expandir su imperio en Melbourne: ¡°Te mostrar¨¦ d¨®nde est¨¢, pero no puedes dec¨ªrselo a nadie. Es un gran secreto. Tienes que quitarte los zapatos, subir al punto m¨¢s alto y colgarte boca abajo de una de las ramas m¨¢s altas durante 33 minutos y tres segundos. Entonces ganar¨¢s un Grand Slam¡±.

Kyrgios, d¨ªscolo donde los haya, ha desperdiciado una prometedora carrera y viaja en sentido radicalmente opuesto al de Sinner, todo dedicaci¨®n, todo m¨¦todo, trabajo espartano y convicci¨®n. El italiano, de 22 a?os, mantiene este martes la inercia positiva de las jornadas previas y cierra de madrugada el duelo con Rublev sin despistes, en l¨ªnea recta, firme. Reincide en el mensaje, avisado est¨¢ Djokovic. No ser¨ªa una sorpresa. M¨¢s all¨¢ de la jerarqu¨ªa del serbio y de la incandescencia de Carlos Alcaraz ¡ªcara a cara el mi¨¦rcoles con el alem¨¢n Alexander Zverev; a las 11.15, Eurosport¡ª, sigue postul¨¢ndose con fuerza y demostrando que el estir¨®n es real. Alcanza por segunda vez las semifinales de un major y lo hace sin ceder ning¨²n set, impoluto. Es el ¨²nico sin ninguna mancha.

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