Nadal impone el viejo manual de resistencia
El campe¨®n de 22 grandes sortea un ciclot¨ªmico cruce con Cach¨ªn (6-1, 6-7(5) y 6-3, en 3h 04m) y se medir¨¢ este martes en los octavos de Madrid (16.00) con Lehecka
Repite una y otra vez el verbo Rafael Nadal: ¡°Explorar¡±. Y se aplica a fondo en este lunes en el que el adversario, Pedro Cach¨ªn, se convierte en un banco de pruebas a aprovechar, en una id¨®nea piedra de toque sobre la que experimentar. Incre¨ªble esto del tenis. El argentino ¡ªde 29 a?os y 91? del mundo¡ª no ganaba un partido desde hac¨ªa medio a?o, hasta que aterriz¨® en Madrid; 15 derrotas sucesivas. Sin embargo, rebate con fe y plantea un pulso de larga duraci¨®n del que el espa?ol puede extraer valiosas conclusiones. Por encima de todo, que su f¨ªsico ha resistido a la carga progresiva que ha id...
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Repite una y otra vez el verbo Rafael Nadal: ¡°Explorar¡±. Y se aplica a fondo en este lunes en el que el adversario, Pedro Cach¨ªn, se convierte en un banco de pruebas a aprovechar, en una id¨®nea piedra de toque sobre la que experimentar. Incre¨ªble esto del tenis. El argentino ¡ªde 29 a?os y 91? del mundo¡ª no ganaba un partido desde hac¨ªa medio a?o, hasta que aterriz¨® en Madrid; 15 derrotas sucesivas. Sin embargo, rebate con fe y plantea un pulso de larga duraci¨®n del que el espa?ol puede extraer valiosas conclusiones. Por encima de todo, que su f¨ªsico ha resistido a la carga progresiva que ha ido plante¨¢ndole hasta ahora la competici¨®n; redujo dos d¨ªas antes a Alex de Mi?aur en dos horas, y en direcci¨®n a los octavos ¡ªel checo Jiri Lehecka como oponente, 31?; hacia las 22.00 (La 1 y Movistar+)¡ª se impone en 3h 04m: 6-1, 6-7(5) y 6-3. No enlazaba tres triunfos desde agosto de 2022, hace a?o y medio, en el US Open. Experimenta, sufre y se prueba en este ¨²ltimo episodio, manteniendo la l¨ªnea de progresi¨®n.
¡°Todos los minutos en pista tienen un valor muy importante a nivel ten¨ªstico y emocional. Estoy disfrutando much¨ªsimo de jugar aqu¨ª¡±, comenta a pie de pista, tras completar un ejercicio de resistencia y erosi¨®n en el que se ha costeado hasta 18 opciones de rotura, de las que ha validado la mitad. ¡°En el primer set, ¨¦l ha comenzado con un poquito de tensi¨®n y yo estaba c¨®modo; en el segundo, se ha decidido a pegar un poco m¨¢s, y yo me he vuelto un poco previsible; y en el tercero, me he decidido a cambiar m¨¢s veces al paralelo, a entrar y salir m¨¢s veces, que es lo que tengo que hacer. Es mucho tiempo sin competir, y me cuesta¡±, agrega antes de retirarse al vestuario pensando ya en lo que viene: ¡°Vamos a ver c¨®mo me levanto ma?ana, ojal¨¢ que bien¡±.
Nadal pr¨¢cticamente borda el primer parcial. Se despliega el mallorqu¨ªn con todo su abanico, cambiando velocidades y alturas, variando, planteando un laberinto al rival en cada peloteo y abriendo ¨¢ngulos con ese drive tan majestuoso y eterno, efectos multiplicados y bote alt¨ªsimo. Una tortura para el argentino. Como si no hubiera pasado el tiempo ni arrastrara todas esas penalidades de los dos ¨²ltimos a?os, el juego del espa?ol fluye de memoria y durante un buen rato se compite a su absoluto antojo, de aqu¨ª para all¨¢, de un lado al otro. Desliza con gusto y su derecha dicta, por los viejos tiempos. Una delicia. Carga con astucia sobre el rev¨¦s del rival y pendulea en el tiro, y Cach¨ªn, mareado de tanto ir y venir, de tanto intentar amortiguar todo ese carrusel de embestidas y de no dar con la tecla, va desvaneci¨¦ndose. Pura trampa.
M¨¢s que curioso el relato del sudamericano. Despu¨¦s de ganar su primer t¨ªtulo (Gstaad), de acceder por primera vez al top-50 y de hacerse notar ¡ªoctavos de Madrid o semifinales en Shenzhen, por ejemplo¡ª, d¨¢ndose por satisfecho, perdi¨® el apetito. As¨ª de simple. ¡°Cuando uno no tiene ganas de sufrir en la vida, sobre todo a estos niveles, es imposible que gane. No quer¨ªa ning¨²n desaf¨ªo, ya est¨¢¡±, conced¨ªa estos d¨ªas en un encuentro con Punto de Break. Cambia la historia en este lunes de rebeli¨®n, en el que el mon¨®logo desemboca de forma sorpresiva en un rumbo invertido. Qui¨¦n lo iba a decir. Fluct¨²an los tenistas, hay miga, hay tarde. Cach¨ªn se crece, propone m¨¢s con el golpe y enreda con argumentos e inteligencia, mientras que Nadal pierde un punto de chispa e inspiraci¨®n, y acaba pag¨¢ndolo. Resta demasiado corto y se diluye.
Y eso que al rival le entra el tembleque ¡ªse esfuman dos bolas de set¡ª y la resoluci¨®n del segundo set deriva en el descontrol, nadie atina, ninguno cierra. Cach¨ªn se hace un l¨ªo, cede el 5-5 con una doble falta y a continuaci¨®n es Nadal, decolorado en ese tramo, el que firma un juego desastroso. Pero se corrige de inmediato; rotura en blanco y desempate. Sucede que en la muerte s¨²bita, Cach¨ªn abre hueco ¡ª0-3 de entrada¡ª y recupera el poso, y pese a que la sombra hostigadora del mallorqu¨ªn vaya agrand¨¢ndose y le apriete el inmenso peso de la m¨ªstica, mantiene el tipo y se saca un truco de la manga para adjudicarse el set. Nadal, que poco antes le hab¨ªa retratado con un saque abierto, repite y choca con la estratagema: el argentino estaba esper¨¢ndole en ese flanco, y responde al env¨ªo angulado con un pasante de rev¨¦s exquisito.
Tuerce Nadal el gesto, consciente de que se le ha escapado una oportunidad de oro y de que la exigencia f¨ªsica del duelo y el sube y baja incesante quiz¨¢ puedan pasarle factura en alg¨²n momento, dado que todav¨ªa le falta ritmo. Jadea, coge aire, reflexiona, digiere. Replica. Cach¨ªn enfila el vestuario para refrescarse, y a su regreso recibe un severo bofet¨®n. Pero faltan curvas. La ciclotimia contin¨²a y del 2-0 y 15-40 favorable al balear, se pasa incre¨ªblemente al 2-2 y a una ¨²ltima dosis de suspense. No le faltan arrestos al de C¨®rdoba, que se rebela y se revuelve, y guerrea hasta que la inercia ganadora del espa?ol va apoder¨¢ndose definitivamente del partido. Porque a cabez¨®n, no le gana nadie. Se lleva oro. M¨¢s all¨¢ de la victoria, prevalece la comprobaci¨®n de que su cuerpo resiste a tres horas de intenso toma y daca. Magn¨ªfica noticia sin obviar, eso s¨ª, el peaje que conlleva. Sin tregua, se avecina Lehecka.
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