Alcaraz, el luminoso islote que camufla el declive del tenis espa?ol
Par¨ªs acent¨²a el retroceso actual del tenis nacional, que no contaba con una representaci¨®n tan escasa a estas alturas del torneo desde 1983, hace 41 a?os
Par¨ªs, la tierra. La prueba del algod¨®n. Basta con mirar el programa: Carlos Alcaraz (21 a?os) y Paula Badosa (26) se han quedado solos, cuando el calendario del torneo ni siquiera abarca a¨²n la tercera ronda y todav¨ªa queda un largo trecho por delante hasta el desenlace del 8 y el 9 de junio. Roland Garros, pues, retrata el estado actual de un tenis, el espa?ol, que viene ofreciendo signos declinatorios en los ¨²ltimos tiempos. La abundancia ¡ªdicho sea de paso, una excepcionalidad que malacostumbr¨® a todo el mundo¡ª se acab¨®. Se confirmaba en abril que, ...
Par¨ªs, la tierra. La prueba del algod¨®n. Basta con mirar el programa: Carlos Alcaraz (21 a?os) y Paula Badosa (26) se han quedado solos, cuando el calendario del torneo ni siquiera abarca a¨²n la tercera ronda y todav¨ªa queda un largo trecho por delante hasta el desenlace del 8 y el 9 de junio. Roland Garros, pues, retrata el estado actual de un tenis, el espa?ol, que viene ofreciendo signos declinatorios en los ¨²ltimos tiempos. La abundancia ¡ªdicho sea de paso, una excepcionalidad que malacostumbr¨® a todo el mundo¡ª se acab¨®. Se confirmaba en abril que, por primera vez en 35 a?os, el God¨® no cont¨® con ning¨²n representante en los cuartos de final; y avisaba el propio Roland Garros el curso pasado, cuando los 13 activos distribuidos en los cuadros principales reflejaban el registro m¨¢s bajo en 33 a?os; y se empe?a el hoy, el ahora, en subrayar el d¨¦ficit que se ve¨ªa venir: por primera vez en 29, sequ¨ªa de t¨ªtulos antes del aterrizaje en Roland Garros.
Esta edici¨®n, 14 tenistas emprendieron la aventura el pasado domingo, pero ya solo quedan dos; Alcaraz, el portento que todo lo maquilla, y Badosa, una jugadora a la que la espalda ha relegado del top-100 y con un devenir incierto, tan pendiente o m¨¢s de los pinchazos y de c¨®mo pueda reaccionar su lesi¨®n vertebral que del juego. ¡°Lo llevo pensando desde hace tiempo, por detr¨¢s faltan jugadores. Siempre hemos tenido much¨ªsimos, y ahora est¨¢ costando m¨¢s. Me entristece, me gustar¨ªa saber cu¨¢l es la soluci¨®n o qu¨¦ podr¨ªa hacer para ayudar¡±, expon¨ªa la catalana a principios de a?o en Australia, en un discurso cristalino que a muchos y muchas les gusta dulcificar, pero que sintetiza la realidad de una representaci¨®n a la baja que (l¨®gicamente) ha ido perdiendo fuerza, porque una ¨¦poca dorada definitivamente se cierra y el relevo no termina de dar un salto diferencial. Hay mimbres, pero la p¨¦rdida de m¨²sculo y vigor se hace evidente otra vez. Par¨ªs atestigua.
No hay escenario que haya deparado m¨¢s alegr¨ªas para el tenis espa?ol que Roland Garros, marco tradicional del ¨¦xito: de los pioneros Lil¨ª ?lvarez (cumbre en dobles) y Manolo Santana al imperio de Nadal, pasando por Gimeno, Arantxa, Bruguera, Moy¨¤, Albert Costa, Ferrero y Muguruza. Por detr¨¢s, una segunda l¨ªnea de alto calibre que llegaba m¨¢s o menos lejos, pero que garantizaba una continuidad que hoy se a?ora. Cuando todav¨ªa no se ha alcanzado el l¨ªmite de la primera semana, solo dos representantes han superado el corte; siete eliminaciones en la ronda inicial (Bouzas, Nadal, Masarova, Sorribes, Carre?o, Burillo y Bautista) y cinco en la segunda; nueve jugadores disputaron la fase previa, pero solo Burillo, 26 a?os y debutante en un gran escenario, logr¨® el pase. Alcaraz y Badosa caminan en solitario, y los libros de historia ofrecen un dato significativo.
Se debe retroceder hasta 1983, 41 a?os, para dar con una cifra tan baja de tenistas espa?oles a estas alturas. Entonces figuraban en el cartel Fernando Luna ¡ªapeado por Roger-Vasselin en los octavos¡ª y Jos¨¦ Higueras ¡ªpor Mats Wilander en las semifinales¡ª. Cinco a?os m¨¢s tarde, Emilio S¨¢nchez Vicario (cuartos), Arantxa (cuartos) y Conchita (octavos) consiguieron atar la tercera ronda. Llegar¨ªa entre los noventa y los 2000 el esplendor, pero tras el empacho se afronta un declive camuflado por el despegue de Alcaraz. ¡°Bueno, doy un dato tambi¨¦n¡±, comentaba esta semana Pablo Carre?o. ¡°Este a?o es el que menos torneos en tierra ha habido, porque al ser los Masters 1.000 de dos semanas ha habido menos. Pero es obvio que tenemos menos jugadores, solo un cabeza de serie, y no estamos acostumbrados a eso. Se nota que cada vez salen menos espa?oles y Carlos lo tapa todo un poco, porque seguimos teniendo un monstruo ah¨ª que lo abarca todo. Pero es una pena, pero no s¨¦ muy bien a qu¨¦ se debe¡±, agrega el asturiano.
Carre?o apunta al impulso de Italia ¡ªnueve jugadores entre los cien m¨¢s fuertes y finalista de la Billie Jean King Cup¡ª y hace tambi¨¦n referencia a la inversi¨®n. ¡°En este mundo manda el dinero¡±, precisa. ¡°Quiz¨¢ falta trabajo de base de la federaci¨®n. Ah¨ª est¨¢n la francesa, la italiana, la brit¨¢nica, la australiana, la estadounidense¡¡±, prolongaba Badosa en enero, en una comparaci¨®n tan realista como injusta. Mientras las naciones citadas gozan de un gran relieve econ¨®mico, la directiva que tom¨® las riendas federativas en 2016 (y reelegida en 2021) se encontr¨® al llegar con una caja fuerte llena de telara?as y, mientras tanto, la generaci¨®n m¨¢s laureada ha ido retir¨¢ndose. A Nadal se le agota la cuerda y los pretorianos (Feliciano, Ferrer, Almagro, Carla Su¨¢rez¡) han dado el paso a un lado, o bien est¨¢n a punto de hacerlo (Verdasco [40]); la hornada intermedia (Bautista [36], Ramos [35], Carre?o [32]) decae entre lesiones y ha desaparecido voluntariamente del plano Garbi?e Muguruza, el gran activo femenino de la ¨²ltima d¨¦cada.
Por detr¨¢s siguen asom¨¢ndose j¨®venes, pero les falta el razonable punto de cocci¨®n que permita determinar si ir¨¢n en una direcci¨®n u otra. Se desmarcaron Rinc¨®n (21) y Landaluce (18), campeones ambos del US Open como j¨²niors, y tambi¨¦n la vasca Ane Mintegi (20), de Wimbledon y hoy d¨ªa la 555? del mundo. Y en un plano m¨¢s discreto evolucionan los proyectos de Llamas (21), M¨¦rida (19) o la jovenc¨ªsima Charo Esquiva (16). Parad¨®jicamente, el lanzamiento de un ambicioso tejido de torneos base por parte de la federaci¨®n (RFET) no se ha traducido todav¨ªa en la irrupci¨®n o el asentamiento de una representaci¨®n intermedia que impida la p¨¦rdida progresiva de presencia, porque exige del largo plazo. Existen amagos, pero falta fuelle. Davidovich (32?) no termina de romper en los majors y Sorribes (43?) tira del carro entre las chicas tras el vac¨ªo dejado por Garbi?e y la comprometida situaci¨®n de Badosa. Pelea la catalana por regresar a su espacio natural, pero es una inc¨®gnita.
Y m¨¢s all¨¢ de Alcaraz, asiduo en las segundas semanas de los torneos, inmenso consuelo, hace fr¨ªo en los ¨²ltimos tiempos. A un lado la vieja guardia, busca el murciano respaldo en el viaje.
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