Carlos Alcaraz, un todoterreno a la carrera

Tranquilidad, haya tranquilidad, pide Carlos Alcaraz cuando se le pregunta c¨®mo est¨¢ su tobillo derecho, v¨ªctima durante la sesi¨®n de entrenamiento de una de esas torsiones que suelen deparar m¨¢s de un disgusto. En susto, queda la cosa. Y ah¨ª est¨¢ ¨¦l, sonriente y con ganas de darse otro alegr¨®n en una temporada de campanillas, resumida a golpe de ¨¦xito. Una vez descorchado el champ¨¢n en marzo, t¨ªtulos e historia: Indian Wells, Roland Garros, otra vez Wimbledon, la plata ol¨ªmpica y¡­ ?por qu¨¦ no un segundo US Open, ...

Tranquilidad, haya tranquilidad, pide Carlos Alcaraz cuando se le pregunta c¨®mo est¨¢ su tobillo derecho, v¨ªctima durante la sesi¨®n de entrenamiento de una de esas torsiones que suelen deparar m¨¢s de un disgusto. En susto, queda la cosa. Y ah¨ª est¨¢ ¨¦l, sonriente y con ganas de darse otro alegr¨®n en una temporada de campanillas, resumida a golpe de ¨¦xito. Una vez descorchado el champ¨¢n en marzo, t¨ªtulos e historia: Indian Wells, Roland Garros, otra vez Wimbledon, la plata ol¨ªmpica y¡­ ?por qu¨¦ no un segundo US Open, el sitio en el que hace dos a?os abri¨® el c¨ªrculo virtuoso y alcanz¨® el cielo del n¨²mero uno?

¡°Creo no ha sido nada serio. Despu¨¦s de haber parado, no he sentido nada, el tobillo est¨¢ bien, todo est¨¢ bajo control; vamos a estar cuid¨¢ndolo estos d¨ªas m¨¢s de la cuenta, pero creo que ser¨¢ solo un susto y ma?ana o pasado estar¨¦ el cien por cien¡±, tranquiliza el murciano, que debutar¨¢ el martes contra el australiano Li Tu (188? del mundo) y que aterriza en Flushing Meadows arrastrando la fatiga f¨ªsica y an¨ªmica propia de estas fechas, cuando los tenistas ya han completado dos tercios del recorrido y todo pesa ya, as¨ª que el tema no va tanto de dolencias como de cabeza, de ese ¨²ltimo golpe de ri?¨®n.

Atr¨¢s queda un verano de emociones fuertes, con el segundo subid¨®n de Wimbledon, la plata ol¨ªmpica que ahora sabe mucho mejor ¡ª¡±d¨ªas despu¨¦s me di cuenta de que era un gran logro¡±¡ª y el insospechado episodio de Cincinnati, donde la tensi¨®n le jug¨® una mala pasada que se viraliz¨®, con el consiguiente juicio y la comparativa en las redes, seguramente injusto lo uno y lo otro. ¡°Nunca hab¨ªa reaccionado de esta de esta manera, pero al mismo tiempo pienso que es algo normal; no el reventar la raqueta como lo hice, pero s¨ª tener alg¨²n tipo de reacciones que al final uno no controla, porque no te controlas a ti mismo. Yo creo que todo el mundo en alg¨²n momento de su vida no ha podido controlar sus emociones y ha hecho cosas que no quer¨ªa. No es lo correcto, pero m¨¢s all¨¢ de eso...¡±, expone.

Y ahora, borr¨®n y cuenta nueva.

¡°No vengo aqu¨ª con m¨¢s hambre de la cuenta o para quitarme ninguna una espina. Yo a cada torneo al que voy, quiero hacerlo bien, quiero ganar. Aparte de eso, el US Open es muy especial para m¨ª, es de los mejores del mundo sin ninguna duda, por lo cual tengo much¨ªsimas ganas de hacerlo bien y de ganarlo, pero no por lo que haya hecho o lo que haya pasado en Cincinnati [donde revent¨® la raqueta en el transcurso del duelo con Monfils, vencedor en esa primera ronda]. Eso yo m¨¢s o menos ya lo tengo borrado. No he querido pensar mucho m¨¢s en ese partido, sino en entrenar a mi cien por cien¡±, responde, consciente de que encara un reto muy considerable.

Adaptaci¨®n instintiva

El campe¨®n de 2022 aborda el grande neoyorquino habiendo disputado un solo partido preparatorio ¡ªla mencionada ca¨ªda ante el franc¨¦s¡ª y despu¨¦s de un trimestre vertiginoso en el que adem¨¢s de haber quemado mucho combustible, ha estado sometido a una importante carga de tensi¨®n an¨ªmica. A ello se suma los traslados, siempre a la carrera por la compresi¨®n del calendario: tierra-hierba-tierra-cemento en un intervalo muy estrecho, sin tiempo para ensayar lo suficiente ni adecuar lo necesario el cambio de superficie. Sin embargo, no teme Alcaraz esta circunstancia y contin¨²a tirando de instinto y de calidad, que la f¨®rmula ha funcionado mejor que bien hasta ahora.

Muy poco dado a las excusas, expresa m¨¢s hambre. ¡°No me importa. Me habr¨ªa encantado tener m¨¢s partidos a mis espaldas en pista r¨¢pida antes del US Open, obviamente, pero no me afecta en absoluto. Si miro atr¨¢s un poco, por ejemplo llegu¨¦ a Roland Garros sin muchos partidos en tierra batida y obtuve un muy buen resultado, y en Wimbledon lo mismo, as¨ª que no quiero pensar que va a ser lo mismo que en los Grand Slams previos, pero no me preocupa no haber jugado tanto en dura¡±, se?ala el de El Palmar, quien pese a su juventud ha demostrado una capacidad inusual para amoldarse al cambio de terreno pr¨¢cticamente sobre la marcha.

De Par¨ªs a Norteam¨¦rica sin apenas pausa, y enfrente el atractivo reto de mantener la l¨ªnea y de no bajar el pist¨®n. Apeado hace un a?o del torneo por el ruso Daniil Medvedev en las semifinales, conf¨ªa ahora en que lo de Cincinnati fuera tan solo un fundido de plomos pasajero ¡ª¡±el peor partido de mi carrera¡±¡ª y en que la grada neoyorquina pueda disfrutar de nuevo de esa versi¨®n que encandila, de esa velocidad de ejecuci¨®n pr¨¢cticamente ¨²nica hoy d¨ªa. Casan a la perfecci¨®n Alcaraz y Nueva York, pero las pr¨®ximas fechas ocultan trampas y exigen de apretar otra vez los dientes en un territorio m¨¢s bien imprevisible en los ¨²ltimos tiempos: siete ganadores diferentes en la ¨²ltima d¨¦cada.

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