A falta de inspiraci¨®n, Alcaraz sobrevive a tirones
El espa?ol resuelve su enredado estreno en R¨®terdam ante Vande Zandschulp (7-6(3), 3-6 y 6-1, tras 2h 34m) y chocar¨¢ el jueves con Auger-Aliassime o Vavassori
Algo debe tener este Botic Vande Zadschulp, recu¨¦rdese: el mismo que derrib¨® al propio Carlos Alcaraz hace unos meses en la segunda ronda del US Open, el que dict¨® el final de la carrera de Rafael Nadal. No hay t¨ªtulo alguno en su curr¨ªculo y es el 84? del mundo, aparentemente uno m¨¢s del pelot¨®n, pero algo debe esconder ese proceder tan serio y tan recto que, por una raz¨®n u otra, se atraganta. El caso es que el murciano volv¨ªa a la pista tras el paso fallido por Australia y debutaba en el marco de R¨®terdam, y esta primera aparici¨®n se tradujo en una noche de larga aspereza: 7-6(3), 3-6 y 6-1 (tras 2h 34m). A tirones y cuesta arriba la mayor parte del tiempo, sufri¨® de lo lindo, pero al final venci¨®. Lo mejor y lo peor estuvo en su raqueta. Gana tiempo en un contexto, a cubierto y dura, que no admite la duda y rara vez perdona. En cualquier caso, este jueves se medir¨¢ con Felix Auger-Aliassime o Andrea Vavassori.
Ah¨ª est¨¢ otra vez Botic, empe?ado en que al aficionado espa?ol se le quede grabado su nombre. Ya dio un martillazo en septiembre en Nueva York, despidi¨® a Nadal del tenis en noviembre ¡ªla no fiesta de aquel martes en M¨¢laga¡ª y esta vez vuelve a inclinar el terreno y a incomodar, amenazante desde el principio. Temple, criterio y buena direcci¨®n frente a los devaneos de Alcaraz en un primer parcial que transcurre para el espa?ol entre turbulencias y sudores febriles que van m¨¢s all¨¢ del constipado que arrastra; lo intenta por un lado y por otro, cambiando alturas y ritmos, pero se topa todo el rato con la firme oposici¨®n del holand¨¦s, tipo fr¨ªo y estable donde los haya. Nada le perturba, ni el revoloteo de una mosca. El murciano de 21 a?os se ha encasquillado con el saque ¡ªbolas de break para el rival en cada turno¡ª y la historia no termina de funcionar. ?Alarma, alarma! ?Otra vez Botic!
Sucede que al zancudo tenista de Wageningen le puede la prisa, el apetito, la osada determinaci¨®n en este caso. Sirviendo para cerrar el set, se la juega. Ah¨ª que va un valiente: ?Ace con segundo? La pelota se desv¨ªa un par de cent¨ªmetros, bota sobre el otro cuadro y de repente, Alcaraz encuentra un bal¨®n de ox¨ªgeno cuando hasta hace nada gestionaba la asfixia, el nerviosismo, esa tensi¨®n que se le ven¨ªa encima como una manada de b¨²falos por el hecho de empezar el torneo en falso y con Vande Zandschulp apret¨¢ndole as¨ª. Sin embargo, ha sido salir esa bola fuera, esos dos dedos, y enderezarse la cosa. Rotura y equilibrio. As¨ª que del agobio pasa a la fe: si ha escapado de esta, no hay otra que confiar. Su expresi¨®n es distinta, sus raquetazos ahora s¨ª perforan y al neerland¨¦s, que es un t¨¦mpano de hielo pero humano, al fin y al cabo, le pesa demasiado esa apuesta de riesgo cuando ten¨ªa ah¨ª el premio.
En el desempate prevalece la curva ascendente del que iba por debajo, pero a la reanudaci¨®n, vuelta a lo mismo. M¨¢s y m¨¢s curvas. Alcaraz, cara de circunstancias, vuelve a encontrarse con un competidor inalterable que viaja siempre a velocidad de crucero, con el piloto autom¨¢tico activado. No pierde nunca el foco Botic; ocurri¨® en Nueva York, luego en el Mart¨ªn Carpena. Qu¨¦ cruz, piensa el n¨²mero tres. Qu¨¦ pesadez. Y coincide esa linealidad tan extraordinaria con una ligera bajada de pist¨®n del murciano que vuelve a torcer de nuevo el panorama. Otra vez viento en contra, m¨¢s presi¨®n, desconfianza con el saque y a remolque. Demasiado sube y baja. No llega a disfrutar el espa?ol ni a sentirse a gusto en ning¨²n instante, a la par que el adversario da con la v¨ªa exacta que necesitaba su tenis sin sentimientos, profundidad por bandera. Y, esta vez s¨ª, Vande Zandschulp atina.
Ante esta circunstancia, la de la falta de inspiraci¨®n y el no terminar de ver la salida del laberinto, chirriando esa derecha, a Alcaraz ¡ª48 errores no forzados, 29 ganadores¡ª solo le queda aferrarse a un plan de emergencia para no acabar engullido por la propuesta sostenida del holand¨¦s; y consiste este en emplear una f¨®rmula relativamente b¨¢sica, la de proponer bolas al centro con el rev¨¦s y cruzar con el drive, envolviendo. Simple sobre el papel, no tan f¨¢cil en la aplicaci¨®n; pero, si carbura el tema, tradicionalmente efectivo. De la misma forma que hasta ese instante Vande Zandschulp se hab¨ªa hecho con el control, ahora es local quien ha metido el pie en el hoyo, el que se ha atrapado por completo con el servicio ¡ªocho dobles faltas¡ª y quien se queda sin ideas. E inesperadamente, quiz¨¢, el espa?ol encuentra la calle despejada hacia la siguiente estaci¨®n. Buf, resopla. Ninguno ha estado bien, pero hab¨ªa que estar ah¨ª.
EL RETO ¡®INDOOR¡¯
El de Róterdam es el décimo torneo en indoor (dura y bajo techo) que disputa Alcaraz. Y hasta ahora, el español nunca ha logrado franquear la barrera de las semifinales. Cedió en las de Viena (2021), Basilea (2022) y la Copa de Maestros (2023).
El debut en el torneo holandés fue realmente complicado. “Hubo muchos altibajos”, admitió; “he tenido punto de set en contra en el primero y Botic ha hecho un partido muy sólido; ha sido muy consistente, así que estoy feliz de seguir adelante”.
Salvado ese 5-4 y 40-30 favorable el rival, Alcaraz logró reaccionar. ¿La clave? “Seguir presionando y confiando en que llegaría el buen tenis”, contestó, a la espera de conocer a quién se enfrentará en los octavos. Le acompañó Pedro Martínez, superior a Roberto Bautista (6-3 y 6-2).