El Rayo conquist¨® la tranquilidad
El Rayo conquist¨® la tranquilidad en Castell¨®n, al dejarse all¨ª los dos inc¨®modos negativos que arrastraba. El partido se le puso favorable desde el minuto once, cuando en un contragolpe consigui¨® marcar, y mejoraron a¨²n m¨¢s sus perspectivas con la expulsi¨®n del castellonense Alonso diez minutos antes del descanso. En la segunda mitad se limit¨® a defender tranquilamente su corta pero suficiente renta.Lleg¨® el Rayo a Castell¨®n con la obsesi¨®n de dejarle all¨ª los negativos que arrastraba, y la suerte se ali¨® con ¨¦l para conseguirlo. Olmedo plante¨® un partido muy cauto, pues s¨®lo opuso en la alineaci¨®n inicial a dos jugadores de ataque, Alvarito y Salamanca, y reserv¨® el puesto de extremo izquierdo para Felines, que aunque realizaba frecuentes incursiones por su banda, se emplaz¨® en el centro del campo, junto con Ferm¨ªn, Lo y Alcal¨¢. El Castell¨®n, necesitado tambi¨¦n de los puntos, puesto que se halla muy pr¨®ximo a la zona de descenso, tom¨® la iniciativa y sum¨® a su delantera todos los efectivos posibles desde los primeros minutos. Los laterales, por las bandas, sub¨ªan el bal¨®n hacia el ¨¢rea de Alc¨¢zar, y all¨ª la defensa rayista se encontraba agobiada por el exceso de trabajo. El p¨²blico, en esos primeros minutos, no dejaba de jalear a los suyos y de empujarles en busca de un triunfo que no llegar¨ªa.
El primer golpe de suerte de los dos que resultar¨ªan decisivos para eI Rayo llegar¨ªa, en el minuto once. Un lanzamiento de defensa, bien dirigido, lleg¨® a Salamanca, uno de los dos ¨²nicos atacantes del equipo madrile?o. Salamanca, con un par de regates a los descolocados defensas locales, se puso en situaci¨®n de disparar y lo hizo con punter¨ªa y dureza. El gol supuso un tremendo rev¨¦s para los castellonenses, que cobraron miedo, moderaron su continua ofensiva y comenzaron a actuar bajo el peso de los nervios. Cuando s¨®lo faltaban diez minutos para el descanso y parec¨ªa que de nuevo los locales "cog¨ªan onda", se produjo el segundo golpe de suerte para el Rayo, la jugada decisiva del partido. Manolito entr¨® con fuerza a Alonso, y ¨¦ste se revolvi¨®. Agresi¨®n ante la misma cara del ¨¢rbitro, ya la caseta.
Esto hizo que el Castell¨®n se retirara, a las duchas derrotado. Un gol en contra, un jugador menos y una amenaza fuerte de descenso fueron lo suficiente para impedir que el equipo, en la segunda mitad, fuese capaz de inquietar seriamente a Alc¨¢zar. El Rayo, con todas las circunstancias a su favor, jug¨® un segundo tiempo tranquilo, con un buen esquema de contenci¨®n, pero contraatacando con velocidad.
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