La oposici¨®n alemana acusa a la socialdemocracia de filocomunismo
Las recientes declaraciones del canciller federal alem¨¢n, Helmut Schmidt, en el sentido de que la participaci¨®n del partido comunista en un posible gobierno italiano no constituir¨¢ forzosamente una cat¨¢strofe para Europa y el Pacto del Atl¨¢ntico Norte, ha intensificado en la Rep¨²blica Federal la discusi¨®n en torno a concepciones ideol¨®gicas b¨¢sicas. Una discusi¨®n que, en un clima preelectoral, puede que carezca de trascendencia real, si bien permite deducciones con respecto a la postura program¨¢tica que los partidos alemanes adoptar¨¢n en los meses venideros frente al electorado.
La socialdemocracia germana, responsable principal del destino pol¨ªtico de la Rep¨²blica Federal, se halla seriamente escindida en lo concerniente a la actitud frente al comunismo internacional (el nacional carece de importancia), aunque s¨®lo sea a nivel electoral. Pese al acusado giro hacia posiciones centristas, siguen existiendo y no s¨®lo en la base, fuertes grupos convencidos de que en el comunismo europeo se ha producido ya y de hecho una ?divisi¨®n? m¨¢s que simplemente t¨¢ctica.En apoyo de esta tesis aducen, que los comunistas italianos, franceses y espa?oles se han desviado ya lo suficiente de la l¨ªnea stalinista moscovita para poderles conceder un status propio y hasta aut¨®nomo. Otros, por el contrario, sustentan de acuerdo con las tesis recientemente formuladas por el canciller austr¨ªaco, Bruno Kreisky, que los partidos "comunistas en general ?no han ofrecido ¨²ltimamente concepciones nuevas, sino que ¨²nicamente han abandonado las viejas y conocidas?.
No tiene nada de particular, que en v¨ªsperas ya de la inminente campa?a electoral en la Rep¨²blica Federal se recrudezcan discusiones ideol¨®gicas. Los partidos de la oposici¨®n, o sea, los cistiano-dem¨®cratas (CDU) de Helmut Kohl y los cristiano-sociales (CSU) del inefable Franz-Josef Strauss, necesitan una adecuada ?imagen del adversario?. Una imagen simple capaz de convencer a los electores. Nada m¨¢s simple en opini¨®n de los estrategas de la CDU y CSU que acusar a los socialdem¨®cratas de contubernio con doctrinas marxistas rayanas casi en el m¨¢s perfecto comunismo ortodoxo.
De ah¨ª, que todo contacto entre representantes de la social democracia y de partidos comunistas a cualquier nivel sea considerado por la oposici¨®n en el Bundestag como un atentado incontrovertible contra los et¨¦reos postulados de la democracia encarnados en la Ley Fundamental de la Rep¨²blica Federal. Es evidente que lo que realmente se practica es el confusionismo terminol¨®gico y conceptual.
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