Bumedian busca la institucionalizaci¨®n de su poder

Los medios pol¨ªticos extranjeros -en la propia Argelia apenas si trascendi¨®- se vieron sorprendidos el pasado mes de marzo con la ins¨®lita aparici¨®n de un documento firmado por cuatro personalidades relacionadas con los primeros tiempos de la revoluci¨®n argelina, pero actualmente totalmente desplazados. Ferat Abbas y Yussef Ben Jeda, ex jefes del antiguo gobierno provisional de la revoluci¨®n argelina, y Hocine Lahuel y Mohamed Jeiredine, rico propietario ligado al movimiento religioso de los ulemas condenaban el ?poder personal? del presidente Bumedian y propon¨ªan la apertura de un per¨ªodo constituyente para sustituirlo.Los firmantes pertenecen a una generaci¨®n demasiado lejana para una poblaci¨®n extremadamente joven (70 por 100 con menos de treinta y cinco a?os) y ya no ocupan ning¨²n puesto de responsabilidad. Por eso la iniciativa no tendr¨ªa mayor trascendencia si no fuese porque se trata de la primera vez que los promotores de una acci¨®n en contra del r¨¦gimen instaurado hace once a?os asumen la responsabilidad de la misma qued¨¢ndose en el pa¨ªs.

Hasta la iniciativa de los dos antiguos jefes de la GPRA, el poder hab¨ªa coexistido sin sobresaltos mayores con los sectores de la vieja burgues¨ªa del tiempo de la independencia y con la nueva surgida despu¨¦s de 1962, al comp¨¢s del crecimiento de la peque?a y media industria y de la tecnocracia al servicio de la burocracia estatal. Controlado el FLN y el ej¨¦rcito por los partidarios de Bumedian, la estrategia de la burgues¨ªa argelina hab¨ªa consistido -en expresi¨®n de un observador occidental- en ?fagocitar? al r¨¦gimen, conquistando poco a poco posiciones en el aparato administrativo y en las empresas nacionalizadas.

?Por qu¨¦, entonces, ese s¨²bito pronunciamiento p¨²blico, con los riesgos que implicaba? En Argel se piensa que la aparici¨®n del manifiesto no es ajena a la puesta en marcha por el poder de una operaci¨®n para institucionalizar el golpe de estado de 1965. Anunciado el a?o pasado por Bumedian, en medio de un cierto escepticismo, durante el mes de abril de este a?o se inici¨® un debate p¨²blico sobre el proyecto de Carta Nacional elaborado por el Consejo de la Revoluci¨®n, cuya aprobaci¨®n en plebiscito preceder¨¦ a la convocatoria de elecciones para una Asamblea Nacional y para la propia Presidencia de la Rep¨²blica.

Consumada la operaci¨®n, Bumedian a?adir¨ªa a la ?legitimidad revolucionaria? del golpe de 1965 una ?legitimidad formal? que le faltaba y que constitu¨ªa para sus opositores la m¨¢s importante fuente de cr¨ªticas. No son, pues, extra?as las prisas de la oposici¨®n conservadora argelina.

Para el r¨¦gimen, estas iniciativas no obedecen simplemente a razones de pol¨ªtica interna, sino que se inscriben, como la crisis del S¨¢hara, en una maniobra para acabar con la revoluci¨®n argelina, consistente, en el plano exterior, en aislar a Argelia de sus vecinos, y en el plano interno, en ?desestabilizar? el r¨¦gimen. Desde los ¨®rganos informativos controlados por el poder se ha iniciado, en base a esas premisas, una violenta campa?a de desprestigio contra aquellos sectores de la oposici¨®n.

Al mismo tiempo, los autores del ?manifiesto de los cuatro? eran represaliados: Abbas y Ben Jeda, ambos farmac¨¦uticos, se encuentran, seg¨²n todos los indicios, en r¨¦gimen de arresto domiciliario, y una empresa de pl¨¢sticos propiedad de Jeiredin, la Inovac, fue integrada en el monopolio estatal de petr¨®leos Sonotrach, despu¨¦s de que sus trabajadores se declararan en huelga para protestar contra ?las maniobras reaccionarias?.