Satan¨¢s vencido y el catolicismo restaurado
A los ojos del catolicismo barroco, la Iglesia es ya el Reino de Dios que s¨®lo necesita ser extendido y defendido. Cualquier transformaci¨®n o reforma es su ruina y s¨®lo puede estar inspirada por el Diablo con el que esa Iglesia est¨¢ en lucha en la historia. La teolog¨ªa contrarreformista y barroca, que hace esa equiparaci¨®n entre Iglesia y Reino de Dios, cala profundamente en el pueblo ,lo s¨®lo porque asume y ampl¨ªa hasta la exacerbaci¨®n la sensibilidad religiosa medieval, el culto de los santos, por ejemplo, y el sentido de fiesta y milagrer¨ªa. sino tambi¨¦n porque es un catolicismo voluntarista y anti-intelectual, un catolicismo de tensi¨®n y de lucha entre el bien y el mal, la Ciudad de Dios y la Ciudad de este mundo demoniaco y resuelve ya desde ahora el problema de la salvaci¨®n, si se pertenece jur¨ªdicamente a la primera. En un catolicismo como el espa?ol, el barroco viene a consumar, adem¨¢s, la equiparaci¨®n de fe y casta hisp¨¢nica. Conformada por el catolicismo barroco, y en el plano de lo religioso como en otros, este pueblo nuestro resulta impotente para cualquier otro tipo de sensibilidad religiosa, de horizonte v categor¨ªas religiosas de pensar y sentir que no sean las de ese catolicismo barroco anti-intelectual y voluntarista, clerical y jur¨ªdico, belicoso y seguro, castigo y esencialmente en el sentido de ecuaci¨®n de la fe con la polis, de simbiosis Iglesia-Estado, religi¨®n-nacionalidad: un catolicismo de base y talante popular misone¨ªsta y xen¨®fobo, reluctante a todo cambio y partidario de las ?vejeces cat¨®licas? y del maravillosismo medieval: supersticioso con frecuencia.Contrarreforma
El Vaticano II representaba opciones casi sim¨¦tricamente polares. El Vaticano II ha tratado de clausurar precisamente la era contrarreformista y de asumir todos los logros aut¨¦nticos del mundo moderno, haci¨¦ndose eco, a la vez, de la situaci¨®n del catolicismo de este tiempo en que las cristiandades han muerto, y ha liquidado como tipo ideal cristiano el tipo del cristiano barroco. Era una opci¨®n inevitable y v¨¢lida, en t¨¦rminos te¨®ricos al menos; una falsilla sobre la que ir escribiendo la evoluci¨®n del propio catolicismo barroco hisp¨¢nico. Pero el Vaticano II se recibi¨®,en seguida, entre demas¨ªas y ?jacquer¨ªas?. por un lado, de resistencias superortodoxas, por el otro. y no ha tenido en realidad una ?recepci¨®n? normal por parte del pueblo fiel. Incluso las transformaciones m¨¢s jer¨¢rquicamente definidas y controladas se han 'lecho impositivamente y sin ninguna clase de catequesis previa, de explicaciones del gran giro dado. Gran parte de los fieles han quedado, as¨ª, a la intemperie desde el punto de vista intelectual v sentimental. y, si unos han ido a parar a la mayor indiferencia religiosa. otros se han aferrado a las formas y h¨¢bito., que revest¨ªa el catolicismo de su infancia y de la tradici¨®n nacional profundamente arraigada y han mirado. en seguida, como un apocalipsis el aggiornamento de la lgesia. El catolicismo popular absolutamente desvalorizado en todos sus aspectos -incluso en los m¨¢s positivos- ha visto potenciados los m¨¢s oscuros: la milagrer¨ªa y la superstici¨®n, en un mundo como el de esta civilizaci¨®n tecnol¨®gica, ansioso de maravillosismo e irracionalidad al mismo nivel laico en el que se tienen apariciones de platillos volantes misteriosos y en el que la, charlataner¨ªa esot¨¦rica. que deber¨ªa servir de diversi¨®n. es tomada en serio: hor¨®scopos, adivinos, prestidigitadores, etc. Hay que comprender que Garabandal, Lade¨ªra o El Palmar de Troya satisfacen ampliamente ese aspecto milagrero del catolicismo popular y que tanto sus mensajes como la forma de su culto totalmente tradicional tienen con ese catolicismo un infinito mayor parentesco que, por ejemplo, una espiritualidad b¨ªblica por seria que sea y por necesaria que se revele. Se ha desbarroquizado muy deprisa y con ateo o mucho de irresponsabilidad el catolicismo popular, unido, por ejemplo. de manera muy fuerte, aunque no siempre de forma pura, al culto de los santos y de las ceremonias brillantes, y no ha habido nada incitante para sustituirlo en la sensibilidad popular. La misa tridentina, con su lat¨ªn, sigue siendo extraordinariamente atrayente para ese pueblo y ¨¦ste siente su nostalgia quiz¨¢s s¨®lo por alguna raz¨®n m¨¢gica o de subconsciente recuerdo de su infancia, pero la siente. En el siglo XVI, el doctor Porras y el doctoj Mart¨ªn de Azpilicueta, llevados por los imejores deseos de reforma de unos cultos populares semisupersticiosos y semipaganos quisieron tambi¨¦n que las iglesias dejaran de ser el lugar y la ocasi¨®n de mil irreverencias, de mil profanaciones y de muchas juergas demasiado humanas, pero la cuesti¨®n estaba en que, si dejaban de suceso, se convertir¨ªan de hecho en adustas iglesias protestantes. y a la Iglesia espa?ola. de la ¨¦poca. la pareci¨® peor el remedio que la enfermedad. Y ahora se da una apuesta parecida: el catolicismo barroco es perfectamente anacr¨®nico con la sensibilidad moderna y traiciona o condiciona demasiado en vez de traducir, cl mensaje cristiano en m¨²ltiples aspectos, pero la cuesti¨®n est¨¢ tambi¨¦n en que si no prosigue este catolicismo, no parece que, de momento al menos, pueda evitarse una desbandada. Desbandada hacia la indiferencia, porque nos han cambiado la religi¨®n y ya se ve que todo era un cuento o desbandada hac¨ªa el catolicismo ?¨ªntegro?. que la Iglesia ha traicionado y que la Virgen, primero, y luego todos los santos y el mismo Dios han venido a restaurar a El Palmar de Troya. Toda la corte celeste de los viejos devocionarios Y novenas ha acudido aqu¨ª a suscribir su protesta contra la Iglesia de Roma, corrompida y en componendas con la herej¨ªa. La revelaci¨®n de Dios contin¨²a abierta y Dios habla, ahora, precisamente como era necesario hablar contra obispos y cardenales o sacerdotes seducidos por las novedades. En El Palmar se reza el rosario y se habla lat¨ªn. Se pueden producir milagros y algunas mujeres que, en la Iglesia Oficial s¨®lo podr¨ªan ser presidentas de cofrad¨ªa como mucho quedan ahora elevadas a la categor¨ªa de videntes, todas las ?vejeces cat¨®licas? del vicio catolicismo lucen esplendorosamente y el clima psicol¨®gico es apocal¨ªptico terrible: en El Palmar se anuncia ya una gran guerra purificdora. Las gente, est¨¢n ansiosas de apocalipsis, como ha ocurrido siempre en todos los .movimientos populares: parece como si no tuvieran suficiente con la violencia y el horror de la historia y desean el horror apocal¨ªptico final y la llegada del Para¨ªso. La irracionalidady el horror de los buenos son casos que han estado siempre en la base de todos los movimientos quili¨¢sticos y escat¨®logicos: desde los milenarismos del medievo o el barroco hasta el anarquismo, el comunismo libertario, el autopismo marxista. el mito nazi de la raza elegida o los diversos regeneracionismos de la patria antigua y eterna, pasando por todos los otros mesianismos del tiempo de Carlos I. por ejemplo. y por toda la serie entera de aberraciones religiosas y fan¨¢ticas igualmente mesi¨¢nicas y, a veces de marcado car¨¢cter sexuaI.
Gentes sencillas
Muchas gentes sencillas reencuentran aqu¨ª su Iglesia por la sencilla y simple raz¨®n de que, ahora, en su parroquia no encuentran ya a San Roque o a S¨¢n Expedito ni el cepillo de Animas Ni no se las convoca a la lucha ¨²ltima v definitiva contra Sat¨¢n, ni al sufrimiento reparador del mal de los malos. El cat¨®lico hisp¨¢nico se vuelve a setitir favorecido con el Cielo. confirmado en sus seguridades y, en la ecuaci¨®n de su nacionalidad y su fe, en la ortodoxia-espa?olidad, alzado sobre todas las naciones que habr¨¢n de peregrinar hasta El Palmar a buscar la Luz. Y, desde otro punto de vista, las gentes disgustadas con el giro de la pol¨ªtica vaticana o con la falta de aniparo en que.la Iglesia ha dejado algunos o muchos bolsillos o intereses pol¨ªticos est¨¢n m¨¢s que dispuestas a creer que ¨¦sta es la verdadera Iglesia, porque estas apariciones, adem¨¢s, han mostrado ya su simpat¨ªa hacia ellas.
Los que dirigen la nueva Iglesia de El Palmar podr¨ªan ser unos farsantes, pero no es necesario poneren tela dejuicio su buena fe para comprender muy bien que se sientan reformadores y salvadores enviados de Dios. Por el instante, apelan, como es de rigor, al Papa mal informado, o prisionero de la Iglesia. como han apelado hasta, ahora todos los mes¨ªas y visionarios. Pero si el Papado no les da la raz¨®n, como naturalmente no puede d¨¢rsela, no ser¨ªa raro que la declararan igualmente agente de Sat¨¢n, Los se?ores de la ultraderecha francesa ya lo hicieron con Le¨®n XIII por la ?Rerum novarum?. y ya hemos escuchado recientemente en este mismo pa¨ªs. acerca de Pablo VI, algunas otras cosas por el estilo con ocasi¨®n de los acontecimientos pol¨ªticos del oto?o de 1975.
Lo dram¨¢tico
Lo verdaderamente dram¨¢tico de El Palmar es, sin embargo, aparte de un peque?o cisma de no m¨¢s que de tres al cuarto, como el de Clemente XIV de hace unos a?os en Francia que cuando se adjudican a la fe cristiana y, para m¨¢s se?as, a la Virgen Mar¨ªa y a toda la corte celestial las frustraciones, las pesadillas, los rencores y las decepcIones o Incluso la falta de entendederas de unos cuantos visionarios, entonces de alguna rnanera tambi¨¦n la Iglesla y la fe pasan en los peri¨®dicos en la opini¨®n p¨²blica de un tiempo secularizado como el nuestro a la secci¨®n de ?chistes pasatiempos?: y no hace falta ser cristianos para comprender que la seriedad de la fe cristiana y el honor cris t¨ªano de la Iglesia quedan resueltamente banalizados hasta la comadrer¨ªa, la burla y el desprecio. Es algo muy grave a puro nivel cultural y desde luego religioso, y a Voltaire mismo, creo yo que se le helar¨ªa un poco la sonrisa en la boca.
Cuestiones al margen
P.DDe modo muy deliberado, he dejado al margen de estas notas y reflexiones en torno al asunto de El Palmar dos aspectos que han agitado un poco la opini¨®n p¨²blica rn¨¢s superficial: 1) el supuesto embarazo de las religiosas de El Palmar, lanzado como un venablo muy venenoso por cierta prensa muy deseosa de ¨¦xito sensacionalista. y 2) las supuestas fant¨¢sticas posibilidades econ¨®micas de El Palmar o su financiaci¨®n Incluso por parte de la CIA.
Evidentemente. quien esto escribe no ha hecho el test de embarazo a las religiosas de El PalIllar y no sabe nada acerca de este hecho, pero siente el m¨¢ximo respeto por las personas y el honor de las personas cuyas ideas y actitudes no comparte o incluso se ve obligado a criticar. Del mismo modo, tampoco pertenece a la CIA, ni ha controlado las cuentas bancarias de de las gentes de El Palmar, pero le llaman mucho m¨¢s la atenci¨®n los medios de otras instituciones incluso rel¨ªgiosas que los de esta Iglesia apocal¨ªptica y en cualquier caso, cree que el barroco asunto de El Palmar es rnucho m¨¢s complejo, como ha tratado de mostrar, que lo que una reducci¨®n a esos aspectos podr¨ªa pretender. Y a la vez, mucho m¨¢s sencillo, por que las m¨¢s menesterosas apariciones de El Palmar quiz¨¢s no sean, despu¨¦s de todo, menos serias que otros fen¨®menos de esta piel de toro en el plano pol¨ªtico, cultural o incluso religioso. Son una manifestaci¨®n m¨¢s de un cierto estado de cosas: llevan un made in Spain no debe olvidarse. Y un made tambi¨¦n en una Iglesia Cat¨®lica siempre m¨¢s condescendiente con la superstici¨®n popular que con los m¨¢s intentos o aventuras intelectuales y tecnol¨®gicos.
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