Claudina y Alberto Gambino: examen a la canci¨®n popular
El folklore sudamericano siempre tuvo su p¨²blico fiel en Espa?a, desde las coloristas banalidades que en los a?os cuarenta y cincuenta atravesaban el Atl¨¢ntico siguiendo las consignas de la Madre Patria y la Hispanidad pa¨ªses hermanos y adem¨¢s, hasta su dimensi¨®n m¨¢s ver¨ªdica, popularizada entre nosotros por un Atahualpa Yupanqui decadente y fond¨®n, que decepcionara a finales de los a?os sesenta a sus seguidores m¨¢s progres con su corbata de lazo y su radical abandono de unas posturas y unos contenidos que un d¨ªa hicieron de ¨¦l un s¨ªmbolo del folklore comprometido, de la canci¨®n popular de un continente.Desde entonces, en plena decadencia, las alegres cumbias de los Tres Sudamericanos, Cortez y compa?¨ªa, ha venido a triunfar entre nosotros un folklore mucho m¨¢s enraizado, con referencias concretas a una problem¨¢tica colectiva y con un nivel de calidad y variedad mucho m¨¢s alto. Han proliferado sucesivas ediciones de obras e int¨¦rpretes fundamentales y han surgido en numerosas capitales espa?olas los boliches y las pe?as, en los que una amplia gama de cantores- y payadores de muy diversas layas, or¨ªgenes y calidades han popularizado hasta el t¨®pico, zambas y vida las carnavalitos y milongas. La mixtificaci¨®n y el oportunismo han cundido en esta f¨¦rtil parcela de la vida nocturna, tocada de cierta trascendencia, y su presencia amenaza con meter en el mismo saco intentos honrados y cantores de insospechada calidad.
Colegios mayores
Inmersos en este caldo de cultivo, por imperativos de supervivencia, Claudina y Alberto Gambino lograron hace alg¨²n tiempo trascender a otro tipo de canales, y comenzaron el calvario de los Colegios Mayores, los centros de barrio y las escasas entidades culturales que conforman unos circuitos de difusi¨®n alejados de la llamada comercialidad. Fruto de este tipo de trabajo, Claudina y Alberto Gambino han ganado un p¨²blico adicto e inquieto al que han proporcionado, entre otras cosas, una obra discogr¨¢fica de rara coherencia, basada en unos planteamientos personales que consideran a la canci¨®n popular de Am¨¦rica del Sur como un conjunto por encima de las diversas nacionalidades, ante el' enfrentamiento con unos problemas comunes. Problemas de opresi¨®n y subdesarrollo, de injusticia Y- de marginaci¨®n que forman la base de un repertorio en el que se dan cita nombres de muy diversas latitudes, desde el escritor uruguayo Benedetti hasta el poeta cubano Nicol¨¢s Guill¨¦n.
Primer recital
Por primera vez en un teatro madrile?o de gran aforo, Claudina y Alberto Gambino ofrecieron en el Alcal¨¢ Palace un recital extremadamente coherente a pesar de la variedad tem¨¢tica y musical. La vieja divisi¨®n entre el folklore y lo urbano, entre la tradici¨®n y la creaci¨®n ha sido solucionada por Claudina y Alberto Gambino mediante el recurso a una argumentaci¨®n de mayor peso, basada en un profundo estudio de la cultura y de las formas populares. De esta forma no resulta extra?¨® escuchar canciones de Georges Brassens, impecablemente traducidas, al lado de temas de Violeta Parra o cantos tradicionales.En el terreno, musical, acompa?ado por componentes del grupo Alpataco, eficaces instrumentistas y conocedores de los instrumentos aut¨®ctonos del folklore americano, Claudina y Alberto, realizaron sobre el escenario una excepcional demostraci¨®n de c¨®mo se puede transformar y enriquecer el, folklore y potenciar al mismo tiempo sus contenidos sin est¨¦riles purismos ni alardes de vano virtuosismo.
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