Ochenta especies de aves se extinguieron en un pol¨ªgono industrial
En una peque?a zona territorial, junto al pol¨ªgono industrial del Coslado y al r¨ªo Jarama, desde el a?o 1971 hasta la fecha, de 101 especies de aves existentes, s¨®lo quedan veinte. Las otras ochenta han desaparecido, v¨ªctimas de la contaminaci¨®n industrial. Quienes esto afirman son dos j¨®venes espa?oles, Lu¨ªs Basanta y Pablo Pereira, merecedores por su investigaci¨®n del Premio Internacional Phillips para ayuda a la investigaci¨®n. Los premios fueron entregados en la sede del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas, con la presencia del ministro de Educaci¨®n y Ciencia, se?or Robles Piquer, y varios rectores y cient¨ªficos euroaeos.
Luis Basanta y Pablo Pereira tienen 21 y 18 a?os respectivamente. Su investigaci¨®n tiene por t¨ªtulo: Biolog¨ªa y Ecolog¨ªa de las aves en un medio marcadamente antrop¨®geno.Los dos muchachos estudiaron que les suced¨ªa a las aves en una zona que sufre el continuo, bombardeo de desperdicios y detritus de la llamada civilizaci¨®n humana. Escogieron la zona se?alada y conprobaron que ?esa influencia ha sido nefasta. En los cinco a?os que ha durado nuestro estudio s¨®lo quedan 20 de las 101 especies de, aves que antes exist¨ªan?.
Respecto a lo que ha supuesto para ellos el premio -125.000 pesetas para los dos- dicen que ?eso significa que se reconoce nuestro trabajo. Nos hemos tenido que pagar los viajes, el material, todo lo necesario para hacer la investigaci¨®n. S¨®lo encontramos ciertas facilidades por parte de organismos como ICONA que nos facilitaron anillas para aves y permisos para estudiarlas?.
?Ahora creemos que podremos seguir estudiando el tema a?ade uno de ellos-. A m¨ª me han ofrecido colaboraciones. en una revista de aves...? Respecto de la zona explorada, no son tan optimistas: ?No hay posibilidad de recuperar aquello. Lo destru¨ªdo es irreparable?.
Los otros trabajos
Otros cuatro proyectos realizados han merecido el premio final. Mary Brigid, irlandesa, de dieciocho a?os se tom¨® la molestia de examinar algunas minas abandonadas de su pa¨ªs. Con m¨¦todos casi rupestres de medir, analiz¨® la situaci¨®n de esas minas y de las vetas que todav¨ªa quedan ¨²tiles. ?Quer¨ªa ver -dice- cu¨¢nto tiempo pueden estar abiertas todav¨ªa para su explotaci¨®n econ¨®mica?. Asegura que estudia minerales en la escuela y que mucha gente le ayud¨® en los pueblos visitados, explic¨¢ndole lo que quisiese saber. Una monja, profesora suya, all¨ª presente subraya las palabras de su alumna diciendo que, en la escuela media, ?es una buena alumna en todo, pero mucho mejor en Ciencias Naturales. Eso es lo que le gusta?.
El joven alem¨¢n, Michael Seiler, de diecisiete a?os, otro de los premiados, construy¨® un telescopio en su propia casa. Se dedic¨® a realizar fotograf¨ªas de la atm¨®sfera solar que resultaron excelentes, seg¨²n los miembros del jurado, entre los que estaban destacados cient¨ªficos europeos como J. Voiger. Gracias a. esas fotos se ha podido conocer m¨¢s a fondo la estructura de los filamentos solares. ?Realic¨¦ cuatro mil fotograf¨ªas -nos cont¨® y tuve en cuenta an¨¢lisis espectrogr¨¢ficos y los campos magn¨¦ticos?.
El belga Phillipe Andrianne, de veinte a?os, fue premiado por su investigaci¨®n titulada Vegetaci¨®n experimental en canteras de pizarra en las altas Ardenas. Durante dos a?os que se pas¨® recorriendo canteras abandonadas de tan hist¨®rica regi¨®n, Phillipe dice que estudi¨® ?la evoluci¨®n de esos seres vivientes en relaci¨®n con el terreno. Encontr¨¦ c¨®mo la vegetaci¨®n evoluciona adapt¨¢ndose de maneras muy diferentes?. El otro premiado, Manfred Prammer, un austriaco de 18 a?os, invent¨® un aparato al, que ha llamado El DGSR, un nuevo interruptor semiconductor. El aparato, peque?o y sencillo, como estos j¨®venes cient¨ªficos europeos, permite controlar corrientes el¨¦ctricas de alta intensidad. Se prev¨¦n grandes aplicaciones industriales.
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