Irlanda del Norte: Historia de una colonizaci¨®n
Durante ochocientos a?os. Irlanda ha sido una colonia en el m¨¢s estricto sentido de la palabra: la isla fue repoblada a partir del siglo XVI por colonos escoceses e ingleses (los protestantes, que se adue?aron de las mejores tierras, mientras que los ind¨ªgenas (los cat¨®licos), eran sometidos a un sistema de ? apartheid?. No falt¨® ni la aniquilaci¨®n de la cultura aut¨®ctona (solo 70.000 personas conservan hoy el uso de la lengua irlandesa, el ga¨¦lico). ni el genocidio: gracias a las represiones y a la miseria en que se manten¨ªa a los ind¨ªgenas, la poblaci¨®n irlandesa es la ¨²nica de Europa que ha disminuido desde la Edad Media; hoy d¨ªa Irlanda tiene la mitad de habitantes que en 1800.
La guerra actual es la culminaci¨®n de todo un proceso colonial que ha subsistido hasta una ¨¦poca en la que ya han desaparecido todas las dem¨¢s colonias, y en ella se debate por una parte la metr¨®poli. Inglaterra, que no sabe como salir del conflicto: por otra el movimiento de liberaci¨®n nacional irland¨¦s el IRA, que mantiene desde hace 60 a?os la lucha contra los ingleses; y en medio la comunidad de los colonos, los ?pied noirs? protestantes, empe?ados en que un pedazo de Irlanda siga siendo brit¨¢nico, aun por encima de los intereses de Londres. Veamos qu¨¦ pretende y c¨®mo cada uno de estos protagonistas.
Un callej¨®n sin salida
Inglaterra ha intentado solucionar el problema del Ulster por diferentes v¨ªas. La primera fue aplastar la rebeli¨®n nacionalista de la comunidad cat¨®lica. Entre 1970 y 1972 el Ej¨¦rcito ingl¨¦s desarroll¨® una aut¨¦ntica guerra colonial, dirigida no solo contra el IRA, sino contra el conjunto de la poblaci¨®n cat¨®lica; hay que se?alar que en aquellos tiempos exist¨ªa una fuerte identificaci¨®n entre la poblaci¨®n y el IRA, pues nadie aparte de ¨¦ste ofrec¨ªa una soluci¨®n pol¨ªtica a los problemas de los cat¨®licos.
Pero cuando se vio que la guerra colonial, como tantas otras, no ten¨ªa salida, Londres cambi¨® de t¨¢ctica radicalmente y decidi¨® atender y asumir todas las reivindicaciones de los cat¨®licos, excepto la de la independencia. En 1972 el Gobierno ingl¨¦s le retir¨® la autoridad al Gobierno protestante que desde 1921, hab¨ªa gobernado desp¨®ticamente el Ulster e inici¨® su plan reformista. Desde entonces todos los movimientos de Londres han pretendido la normalizaci¨®n constitucional de Irlanda del Norte. su homologaci¨®n con el propio Reino Unido, terminando con el sistema de aut¨¦ntico ? apartheid? que sufr¨ªan los cat¨®licos y dando a ¨¦stos no solo la plenitud de derechos pol¨ªticos y civiles, sino una participaci¨®n proporcional en el poder.
Sin embargo, aunque la soluci¨®n pol¨ªtica brit¨¢nica consigui¨® la aceptaci¨®n de una buena parte de la comunidad cat¨®lica, ha tropezado con un obst¨¢culo insalvable: la intransigencia de los protestantes que como constituyen la mayor¨ªa de la poblaci¨®n, han sido capaces d sabotear eficazmente todos los arreglos arbitrados por Londres.
Los protestantes de Irlanda han mantenido hist¨®ricamente dos pretensiones: seguir siendo brit¨¢nicos y conservar sus privilegios frente a los ?ind¨ªgenas?, naturalmente, la primera estaba en funci¨®n de la segunda dentro de un Estado irland¨¦s, de mayor¨ªa cat¨®lica, no podr¨ªan mantener su status privilegiado; de ah¨ª su lealismo hacia el Reino Unido, que les ha permitido durante medio siglo conservar sus injustos anacronismos en la provincia aut¨®noma del Ulster. Cuando el Gobierno ingl¨¦s decidi¨® en 1972 poner fin a dicho estado de cosas, comenz¨® a ser considerado ?traidor?. Y los protestantes decidieron sustituir al Gobierno de Su Majestad en la defensa del Ulsters brit¨¢nico y tradicional.
La actuaci¨®n de los protestantes ha discurrido por dos v¨ªas: pol¨ªtica y militar. Pol¨ªticamente, los lealistas se han enfrentado a todas las soluciones reformistas de Londres dando medida de su poder, fundamentalmente, en mayo del 74, cuando pr¨¢cticamente la totalidad de la comunidad protestantes se lanz¨® a una ?huelga general revolucionaria? que sobrecogi¨® a las autoridades inglesas. Con dicha huelga los lealistas lograron que se disolvieran la Asamblea y el Gobierno ?de poder compartido? cat¨®lico-protestante. La tuerza del lealismo se ha evidenciado constantemente en las elecciones celebradas en los ¨²ltimos a?os, al recoger la casi totalidad de los votos protestantes.
En el campo militar, los lealistas se han organizado para acabar con la rebeli¨®n cat¨®lica por la tuerza, en vista de lo que consideran excesiva blandura inglesa. Han surgido as¨ª, a partir del 72, numerosas organizaciones paramilitares de diversa entidad, la m¨¢s importante de las cuales, la UDA reunir¨ªa a 50 ¨® 60.000 hombres armados. Pero estas formaciones no han pasado nunca del simple activismo terrorista, dirigido contra la poblaci¨®n civil cat¨®lica. Ni han combatido contra el ?traidor? Ej¨¦rcito ingl¨¦s ni contra el IRA: son por tanto un coloso de pies de barro, muy numeroso, pero incapaz de competir en caso de retirada inglesa y guerra civil, con las experimentadas fuerzas del IRA
Ofensiva republicana
Los planteamientos del IRA son actualmente los mismos que cuando empez¨® a actuar en 1916: expulsar a los brit¨¢nicos de Irlanda. Coincide con los lealistas en un punto: no acepta el reformismo ingl¨¦s, no admite m¨¢s que una soluci¨®n para Irlanda del Norte, la reunificaci¨®n con el Sur bajo la f¨®rmula republicana.
La v¨ªa de acci¨®n que sigue es la que ha utilizado en los pasados sesenta a?os, la lucha guerrillera, urbana y rural, contra las fuerzas brit¨¢nicas. En este plano, el IRA ha alcanzado una potencia considerable. Con el apoyo m¨¢s o menos activo de la comunidad cat¨®lica, el IRA ha conseguido desarticular totalmente la autoridad civil en Irlanda del Norte, mantener una aut¨¦ntica presi¨®n ofensiva contra el Ej¨¦rcito y sobrevivir al aparato represivo montado por Londres, Belfast y Dubl¨ªn.
El IRA plantea tres puntos para el fin de las hostilidades: A) Retirada total brit¨¢nica. B) Amnist¨ªa general. C) Refer¨¦ndum para decidir el futuro del Ulster, en el que interviniera tambi¨¦n la poblaci¨®n del Sur, lo que dar¨ªa el triunfo a las tesis nacionalistas de reunificaci¨®n de las dos Irlandas.
Peri¨®dicamente, cuando considera que las circunstancias pol¨ªticas en Inglaterra son favorables, el IRA lanza campa?as militares para convencer a la opini¨®n p¨²blica brit¨¢nica, de que no vale la pena retener el UIsler. Esta es precisamente la coyuntura actual: tan pronto como el Gobierno ingl¨¦s ha comenzado a hablar de retirada, el IRA ha iniciado una ?ofensiva de verano? de extraordinaria virulencia, para animar la salida de los ingleses.
Pero el IRA desconf¨ªa de que dicha retirada sea un falso movimiento, de que Inglaterra ?vietnamice? el Ulster y deje tras s¨ª un ej¨¦rcito local protestante, que siga enfrentado a los objetivos nacionalistas. De ah¨ª el castigo que est¨¢ infringiendo ¨²ltimamente a los miembros de la Polic¨ªa, que formar¨ªan la espina dorsal de ese ej¨¦rcito local. Es una forma de advertir que la creaci¨®n de un Ej¨¦rcito protestante, solo servir¨¢ para prolongar las muertes y la violencia en el Ulster.
A la nueva ofensiva del IRA, la posible retirada brit¨¢nica y la aparici¨®n de un ej¨¦rcito protestante puede a?adirse otra circunstancia de indudable trascendencia: La occisi¨®n de Dubl¨ªn de perseguir y condenar a los miembros del IRA por actividades desarrolladas en territorio brit¨¢nico; para comprender la gravedad del caso hay que tener en cuenta que, a diferencia del Reino Unido, en la Rep¨²blica de Irlanda existe la pena de muerte. Se prev¨¦, por tanto, un posible duelo feroz entre el Gobierno irland¨¦s y el IRA, pues ¨¦ste ha declarado ya que considerar¨¢ objetivos militares a las autoridades de Dubl¨ªn si Inician una represi¨®n en serio.
Hace a?os, en los veinte, en los cuarenta, la actividad del IRA se dirig¨ªa casi exclusivamente contra el Gobierno ?traidor? de Dubl¨ªn. Irlanda del Sur se vio as¨ª estremecida por oleadas de ejecuciones, atentados, torturas, asesinatos, campos de concentraci¨®n y todo lo que lleva tras s¨ª un enfrentamiento entre los poderes p¨²blicos y una organizaci¨®n subversiva armada. Hoy d¨ªa, la pl¨¢cida Rep¨²blica de Irlanda puede convenirse en una prolongaci¨®n de ese escenario de violencia ins¨®lita en la Comunidad Econ¨®mica Europea que es Irlanda del Norte.
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