Los socialistas insisten en llevar al Gobierno a los comunistas
En la democracia liberal italiana, instaurada en 1946, el poder pol¨ªtico deriva no s¨®lo de la soberan¨ªa popular, sino tambi¨¦n de la riqueza econ¨®mica. Maurice Duverger denomina a Italia ?plutodemocracia?, que no en vano forma parte de los 10 pa¨ªses m¨¢s ricos e industrializados del mundo. Si es verdad que en cuanto a reservas monetarias Italia ocupa el decimoquinto lugar en la lista de los pa¨ªses del Fondo Monetario (donde Alemania Federal ocupa el primer puesto) tambi¨¦n es verdad que el salario italiano es el sexto despu¨¦s de Suecia, B¨¦lgica, Estados Unidos, Alemania Federal y Francia.
S¨®lo en esta perspectiva es posible entender el ?caso italiano? y el ?eurocomunismo?. Retornar¨¢n a Alemania a trabajar los obreros italianos que descendieron gratis a votar cantando la ?Intemacional? y al mismo tiempo viajar¨¢ a orillas del Volga a trabajar el ingeniero o el ?manager? italiano, en definitiva, esa burgues¨ªa de bur¨®cratas, profesionales, empresarios, intelectuales, que no vot¨® contra el Partido Comunista, porque lo cree capaz de introducir en el sistema italiano esa racionalidad moderna que tanto necesita el pa¨ªs.Y por estas mismas razones el socialismo italiano sigue en sus trece. Acaba de reunirse la direcci¨®n del partido y el secretario, De Martino, afirm¨® que los partidos peque?os fueron diezmados y los socialistas perdieron cuatro diputados y cuatro senadores por culpa del proceso de bipolarizaci¨®n en torno a democristianos y comunistas. Para De Martino sigue v¨¢lida su pol¨ªtica electoral: llevar a los comunistas al Gobierno a trancas y barrancas.
La Democracia Cristiana, por su parte, manifiesta ahora una -pol¨ªtica de ?reconciliaci¨®n? con los socialistas y Arnaldo Forlani, el ministro de la Defensa. saliente y ex secretario de la DC, manifiesta su preocupaci¨®n en una entrevista a Corriere della Sera por una posible ?crisis de r¨¦gimen?.
Fanfani, sin embargo, tambi¨¦n sigue en sus trece.. Como cristiano espera que Berlinguer se convierta a la democracia, pero como pol¨ªtico le recuerda que ?si ¨¦sto ocurriera ser¨ªa m¨¦rito de la Democracia Cristiana que con la libertad permiti¨® al Partido Comunista presentarse hoy distinto a c¨®mo era ayer?. ?Berlinguer -dijo Fanfaninos deber¨ªa hacer un monumento. Si en 1948 hubiera ganado el Partido Comunista con su concepci¨®n y pr¨¢ctica estalinista, ?qui¨¦n habr¨ªa podido hoy opinar sobre ¨¦l?
Piense lo que quiera Fanfani, la verdad es que en Roma Enrico Berlinguer obtuvo 300.000 votos de preferencia, que son los que el elector puede a voluntad marcar en la papeleta, indicando hasta cuatro nombres. El ministro de Asuittos Exteriores, Mariano Rumor que, ya demasiado tardequisiera declarar p¨²blicamente sobre el esc¨¢ndalo ?Lockheed?, de 266.000 votos de preferencia en 1972 baj¨® a 74.000.
Los laberintos de la pol¨ªtica y la fe
Si ¨¦stos son los caminos con, sorpresa de la pol¨ªtica y de la democracia, otra l¨®gica m¨¢s secreta y sinuosa tienen los caminos de la fe. Simplemente, porque el MSI-DN no es un partido ateo, el sacerdote Olindo del Donno, nacido en 1912, fue elegido diputado neofascista en la circunscripci¨®n de Bari-Foggia. Desde 1919, en que fue elegido diputado don Luigi Sturzo, en el Partido Popular por ¨¦l fundado y refundado los a?os 40 con Alcide de G¨¢speri como ?Democracia Cristiana?, no se sentaba un sacerdote en el Parlamento italiano.
Mientras tanto, al ex abad de San Pablo Extramuros, don Franzioni le lleg¨® por carta certificada un ?ultim¨¢tum? del cardenal vicario de Roma, Ugo Poletti: ?O retorna humilde y sinceramente a la disciplina eclesial, reconociendo sus errores, o ser¨¢ reducido al estado laical. Don Franzioni, democr¨¢ticamente, pas¨® la decisi¨®n a la ?Comunidad de San Pablo? por ¨¦l fundada hace 10 a?os y que para ello se reunir¨¢ el 28 de junio pr¨®ximo.
Cuatro amigos de Don Franzioni han invitado al cardenal a asistir ese d¨ªa a la asamblea, pero el cardenal replic¨® que el ¨²nico interlocutor v¨¢lido es personalmente Don Franzioni. Este, que no es ateo, tiene por lo que se ve una concepci¨®n diversa de la sociedad y de la Iglesia que la tienen el diputado Don Olindo y el cardenal Poletti. ?Volvemos a la Italia de Maquiavelo? No, hay una ¨²nica Italia en la que conviven Don Franzioni y Don Olindo y la burgues¨ªa que ama a Leonardo da Vinoc¨ª y el ?lunpemproletariado? urbano deN¨¢poles que cree en la sangre de San Genaro y al mismo tiempo llev¨® al Partido Comunista de un 27,8 por 100 en 1972 a un 46,5 por 100.
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