David Steel, nuevo l¨ªder de los liberales brit¨¢nicos
David Steel fue elegido ayer l¨ªder del Partido Liberal brit¨¢nico.
Steel, que tiene 38 a?os, sucede en el cargo a Jo Grimond, quien sirvi¨® de sustituto de Jeremy Thorpe cuando ¨¦ste se vio obligado a dimitir en mayo, acusado de homosexual. Steel tuvo como enemigo en la elecci¨®n que gan¨® ayer al portavoz para asuntos econ¨®micos del partido, John Pardoe, que se consideraba a s¨ª mismo como la opci¨®n revolucionaria de los liberales. Steel, por tanto, es la opci¨®n moderada, la que se supone m¨¢s cerca de lo que quer¨ªa el establishment. David Steel fue jefe parlamentario de su partido, puesto que abandon¨® el pasado a?o. En la primera etapa de su vida pol¨ªtica se destac¨® como l¨ªder de los movimientos de protesta contra el apartheid sudafricano y de la campa?a en favor del aborto. Ambas actitudes han influido desde entonces en la pol¨ªtica general de su partido, en especial la relativa al apartheid. Precisamente cuando Jeremy Thorpe dimiti¨®, se lleg¨® a decir que las acusaciones que se hicieron contra ¨¦l fueron manejadas por el Gobierno de Sud¨¢frica.
Aunque David Steel es el m¨¢s joven de los l¨ªderes de los principales partidos brit¨¢nicos, se le considera como un hombre de experiencia, cuya candidez le ha valido llevarse bien con todo el mundo. As¨ª, se supone que ser¨¢ capaz de atraer de nuevo a la esfera de poder del partido a Jeremy Thorpe y de contar con la colaboraci¨®n del otro ex l¨ªder, Grimond, y de su oponente, John Pardoe.
Algo m¨¢s que comparsa
Durante la crisis protagonizada por Jeremy Thorpe, los poderes de Steel fueron evidentes. Fue el hombre que introdujo cierta cordura dentro de un partido que amenazaba con desintegrarse, a pesar de que entonces no ocupaba ning¨²n cargo de responsabilidad; fue quien recibi¨® la carta de dimisi¨®n de Thorpe y quien atrajo al liderazgo del partido a Jo Grimond, que hab¨ªa estado en el mismo puesto nueve a?os antes. Steel fue asimismo quien organiz¨® la primera elecci¨®n democr¨¢tica que se hace en Gran Breta?a para designar al l¨ªder de un grupo pol¨ªtico. En efecto, en la elecci¨®n de ayer participaron todos los liberales de Gran Breta?a, sin excepci¨®n.Durante la campa?a que ha precedido al resultado de ayer, David Steel ha repetido cu¨¢l cree que debe ser el papel de los liberales en la pol¨ªtica brit¨¢nica. Primero que nada, ¨¦l quiere presionar para cambiar el sistema electoral que rige en el pa¨ªs. Seg¨²n este sistema, en el Parlamento no hay representaci¨®n proporcional al n¨²mero de votos. Los diputados llegan a la C¨¢mara seg¨²n los votos que hayan obtenido individualmente. Los liberales han ganado en las ¨²ltimas elecciones cerca de seis millones de votos, y siguen teniendo s¨®lo trece diputados en el Parlamento. El humor brit¨¢nico les ha concedido un t¨ªtulo que comenta su escasa representaci¨®n parlamentaria. El liberal es, para los ingleses, ?el partido del taxi, porque sus componentes caben en un turismo de servicio p¨²blico?.
Steel cree que si se llega a imponer la representaci¨®n proporcional, los liberales dejar¨ªan de jugar el papel de comparsas que tienen ahora, en medio de conservadores y laboristas.
Lo que no se sabe es qu¨¦ aportar¨ªan a la pol¨ªtica brit¨¢nica actual. Casi todas las ideas que el Partido Liberal ha proporcionado a lo largo de su ¨²ltima historia han sido tomadas y desarrolladas por los partidos que han tenido el poder en Gran Breta?a. Las nacionalizaciones, la devoluci¨®n de poderes parlamentarios para Escocia y Gales, el tema de las libertades individuales y el de la igualdad sexual, estimulados por los liberales, han sido asuntos asimilados sobre todo por el Partido Laborista. Agotados, en los ¨²ltimos a?os lo ¨²nico que han inventado los liberales ha sido su obsesi¨®n por el cambio de las normas electorales, que quiz¨¢ les devuelva algo del poder que empezaron a perder cuando acab¨® la segunda guerra mundial.
Pardoe dice que Steel es demasiado ?agradable? como para atreverse a minar el sistema y hacer valer esa convicci¨®n liberal. Steel, que entr¨® en el Parlamento hace once a?os, ama demasiado la instituci¨®n como para obligarla a que se reforme, ha dicho Pardoe. Steel opina lo contrario. Gran Breta?a, por su parte, piensa que el Partido Liberal tiene un nuevo l¨ªder y en este momento eso no hace ni subir ni bajar la libra esterlina, que ayer se mostr¨® impert¨¦rrita.
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