Jenkins, futuro presidente de la Comisi¨®n Europea
El Tratado de Roma no le permite a Roy Jenkins, ministro brit¨¢nico del Interior, contar con el puesto de presidente de la Comisi¨®n Europea hasta que no sean nombrados todos sus miembros. Sin embargo, parece seguro que va a ser respetado el acuerdo ?entre caballeros que acaban de conseguir en Bruselas los distintos jefes de Gobierno del Mercado Com¨²n sobre la nominaci¨®n de Jenkins para tal cargo. El l¨ªder de la derecha laborista de Gran Breta?a ser¨¢ presidente de la Comisi¨®n en enero de 1977.Roy Jenkins tiene cincuenta y ocho a?os. A esa edad todav¨ªa podr¨ªa ocupar un lugar privilegiado en la pol¨ªtica brit¨¢nica, pero en los ¨²ltimos tiempos tuvo muchas dificultades en Inglaterra.
El futuro presidente de la Comisi¨®n ha sido uno de los pocos proeuropeos del Partido Laborista. La pol¨ªtica de este partido se bas¨®, hasta 1974, en la oposici¨®n a toda idea de compromiso con la Comunidad. Desde que entr¨® en el Parlamento, en 1948, Jenkins defendi¨® la integraci¨®n. Cuando el Gobierno conservador de Heath hizo el ¨²ltimo y definitivo intento de colocar a Gran Breta?a en el Mercado Com¨²n, Jenkins apoy¨® la propuesta e incluso hizo campa?a a favor de ella. En aquel momento, sus relaciones con Wilson, que jam¨¢s hab¨ªan sido buenas, empeoraron. Asimismo, su conflicto con la izquierda laborista se intensific¨®.
El ?hombre europeo?, en Inglaterra
Desde 1975 hasta ahora, Jenkins ha aparecido como el hombre ideal para que Gran Breta?a afianzara su posici¨®n en el continente. El mismo lo crey¨®, pero se equivoc¨® con respecto a las creencias de su partido. Cuando Harold Wilson dej¨® el cargo de l¨ªder de los laboristas, ¨¦l intent¨® sucederle. S¨®lo votaron por ¨¦l 56 ardientes seguidores. Jenkins sufri¨® una decepci¨®n que hizo temer su salida definitiva del Gobierno y que finalmente le llev¨® a rechazar el cargo de ministro de Asuntos Exteriores. Sigui¨® en el puesto de ministro del Interior, donde ya hab¨ªa estado en el primer Gobierno de Wilson.
En realidad, el hombre que quiz¨¢ firme alg¨²n d¨ªa la admisi¨®n de Espa?a en la Comunidad Econ¨®mica Europea es el l¨ªder que no han podido tener los liberales. Hijo de un minero gal¨¦s, Roy Jenkins entr¨® en el laborismo acaso por respeto a sus ra¨ªces. Su pasi¨®n de intelectual ha sido lord Asquith, cuya tumba visita con frecuencia. Sobre Asquith, que fue primer ministro liberal, Roy Jenkins ha escrito una espl¨¦ndida biograf¨ªa. Sus ideas -el igualitarismo, la civilizaci¨®n, el individualismo- se acercan m¨¢s al contexto de las ideas liberales que a las convicciones socialistas de sus compa?eros de partido.
Un hombre claro
Hugh Thomas, el historiador de la guerra civil espa?ola, que se considera partidario de Roy Jenkins, nos dijo una vez que el defecto de este eterno aspirante a l¨ªder ha sido su claridad: ?Mientras que Wilson oculta que es un hombre muy de derechas, Jenkins no lo niega e incluso hace profesi¨®n de fe derechista.?
?Es un hombre de derechas -a?ad¨ªa Thomas- pero mantiene una pol¨ªtica socialista: sus opiniones sobre los derechos humanos, sobre Europa, son bastante claras. Es mucho m¨¢s abierto que el resto de sus colegas en el partido. No es un revolucionario; es un reformista. Digamos que es el Indalecio Prieto de la situaci¨®n. ?
El Prieto ingl¨¦s estuvo a punto de dirigir una facci¨®n socialdem¨®crata dentro del laborismo. Esa facci¨®n pudo haber dividido el partido y crear otro del que Jenkins hubiera sido l¨ªder natural. ?Pero esa divisi¨®n de momento, es imposible, sentimentalmente hablando. Jenkins estar¨ªa intelectualmente en favor de la divisi¨®n, que ya se advierte, pero es consciente de que los sentimientos laboristas no se pueden allanar por los desacuerdos existentes.?
Da la impresi¨®n de que la actitud de Jenkins con respecto a Espa?a puede ser m¨¢s tolerante que la que pudiera haber adoptado cualquiera de sus compa?eros de partido. Su aproximaci¨®n a la pol¨ªtica y a la historia espa?olas es m¨¢s intelectual y m¨¢s fr¨ªa que la del resto de los laboristas, especialmente la de aquellos que se sienten inmersos en el movimiento sindical. Hablando de otras cosas, Jenkins defini¨® su manera de estar en pol¨ªtica: ?Nosotros, los de derechas, sentimos que la demagogia y el sentimentalismo van en contra de nuestro modo de ser.?
Europa, una entidad pol¨ªtica natural
Jenkins cree en Europa como una unidad pol¨ªtica natural y har¨¢ lo posible para que esa unidad no se destruya, sino que se intensifique. En ese sentido, Jenkins no ser¨¢ el abogado que Gran Breta?a quisiera tener en el continente.
Como ministro del Interior, Roy Jenkins fue responsable de la ley Antiterrorista todav¨ªa vigente en Gran Breta?a. En una Europa preocupada, ahora m¨¢s que nunca, por el fen¨®meno terrorista, parece que Jenkins tiene alguna experiencia que ofrecer. Asimismo, fue el creador del organismo que trata de armonizar las relaciones raciales, muy deterioradas en los ¨²ltimos tiempos, y en las ¨²ltimas semanas ha reforzado la legislaci¨®n sobre la que se basa tal organismo para evitar que las discriminaciones existentes -en los empleos, en las es cuelas, en la vida diaria- contin¨²en haciendo imposible la dif¨ªcil convivencia ciudadana.
Tanto la ley Antiterrorista, que los enfrent¨® con la izquierda, como la igualdad racial, que ha suscitado las iras de la extrema derecha, no han disminuido en este pa¨ªs la popularidad de Jenkins. La raz¨®n por la que la ha conservado es simple.
Un administrador capaz
Wilson hizo de Jenkins una definici¨®n que sigue vigente y que los europeos pueden comprobar ahora: ?Jenkins ha probado su capacidad administrativa y su coraje?. Si ambas cualidades las usa para poner de acuerdo a las facciones que van a sentarse con ¨¦l en la mesa ejecutiva de la Comisi¨®n Europea, seguramente el Mercado Com¨²n va a encontrar en ¨¦l al l¨ªder pol¨ªtico que la socialdemocracia continental estaba buscando para que la CEE no naufragara.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.