El futuro desde el presente
Cuando apenas quedan ya veinticuatro a?os para llegar al m¨ªtico 2000, se sigue pensando que, en tal fecha, en la que muere uno de los siglos m¨¢s trascendentales para la historia de la humanidad -progres¨® m¨¢s en este siglo que en todos los anteriores juntos- y nace otro en el que actualmente se tienen puestas tantas esperanzas, ser¨¢n resueltos la mayor¨ªa de los problemas que actualmente afectan al mundo. Quisiera ser tan confiado como los que, en el presente, proclaman infinidad de logros positivos para el bien de la humanidad que se cree ser¨¢n realidad en ese ya cercano devenir. Reconozco que, de aqu¨ª al pr¨®ximo siglo, habr¨¢ una larga serie de espectaculares avances que, sin lugar a dudas, nos favorecer¨¢n. Otros progresos, menos espectaculares, pero quiz¨¢ m¨¢s importantes, contribuir¨¢n igualmente a que la humanidad contin¨²e su aceleraci¨®n hist¨®rica; aceleraci¨®n que es vertiginosa a partir de los primeros a?os del siglo en que vivimos. Aunque es dif¨ªcil prever cualquier cosa, pero sobre todo el futuro, como dijo Strom Petersen, podemos decir que la mayor¨ªa de lo que hoy se intuye que habr¨¢ ser¨¢ verdad ma?ana. No quisiera ser tan pesimista como los que auguran para la humanidad un devenir casi catastr¨®fico, que son los llamados a equivocarse. Porque la historia, nuestra historia, viene demostrando que el hombre, aunque capaz de tropezar muchas veces en la misma piedra, siempre encuentra un rayo de luz en la oscuridad de sus peores momentos. S¨ª es cierto que habr¨¢n de ser resueltos graves obst¨¢culos, grandes problemas, pero tambi¨¦n es cierto que tenemos en nosotros una innata ciencia de la supervivencia. Quisiera, en, una palabra, ni pecar de optimismo ni de pesimismo; contemplar el transcurrir hist¨®rico desde ese dif¨ªcil plano nada radicalista y que, con equidad, permite contemplar serenamente los acontecimientos. Y desde tal plano, lo ¨²nico que realmente me parece motivo de gran preocupaci¨®n es la guerra. Porque de las guerras, de los enfrentamientos belicosos, me parecen partir los dem¨¢s problemas, o tambi¨¦n, a consecuencia de ellas, el no contar con medios suficientes para superar los problemas.
La vida en el a?o 2000,
de Manuel Calvo Hernando. Editorial Doncel, Madrid 1976. 199 p¨¢ginas. 120 pesetas
Estudio del futuro
La futurolog¨ªa es una disciplina reciente, apenas cuenta con algo m¨¢s de treinta a?os de existencia. La futurolog¨ªa, o la exploraci¨®n del futuro, que abarca o est¨¢ ligada a las m¨¢s variadas y dispares tendencias y disciplinas filos¨®ficas y cient¨ªficas, no presenta hechos ciertos para el devenir, sino posibilidades o probabilidades. No dogmatiza, diciendo que tal cosa va a ocurrir o existir, sino que puede ocurrir o existir. El doctor Robert Jungk, uno de los m¨¢s brillantes futur¨®logos, ha expuesto que el objetivo principal de la futurolog¨ªa debe ser mantener la paz, ?condici¨®n indispensable para el desarrollo hist¨®rico del devenir?. De ah¨ª que, Manuel Calvo Hernando, en este su ¨²ltimo libro publicado, refiri¨¦ndose a la ?filosof¨ªa? de la prospectiva, nos diga: ?El objeto de la futurolog¨ªa es proyectar en el futuro el estado actual del mundo para poder prever su posible evoluci¨®n, distinguiendo desde hoy lo que es inevitable de aquello que se puede modificar?. Manuel Calvo Hernando, estudiando el futuro, cosa a la que est¨¢ dedicado de siempre, nos presenta un interesante panorama relacionado con el devenir, con el pr¨®ximo futuro.
Futuros posibles
Creo que La vida en el a?o 2000 es la mejor de las obras escritas por Manuel Calvo Hernando. Su principal virtud, en comparaci¨®n con las que nos ofreci¨® anteriormente, es la de no pretender sorprender al lector. Viaje al a?o 2000, Las puertas del futuro, Viaje al futuro, entre otras, eran m¨¢s, no digo period¨ªsticas, sino noticiables. Es decir, se preocupaban de anticiparnos posibles noticias bas¨¢ndose en lo que la ciencia actualmente nos permite llegar a imaginar. En este libro, Manuel Calvo Hernando, parece huir de lo sorpresivo; y acierta. Nos dice: ?Espa?a ha de estar presente en este movimiento para la investigaci¨®n de algo tan sutil, complejo y transcendente como es el porvenir?. Y ¨¦l aporta sus conocimientos. En La vida del a?o 2000, el autor, sin dejar de ser periodista, es m¨¢s ensayista, preocup¨¢ndose m¨¢s por el fondo que por la forma; o sea, convirti¨¦ndose en un aut¨¦ntico futur¨®logo. Si hay cap¨ªtulos dedicados a la ciudad, al trabajo, a la agricultura, a los alimentos, a los transportes, a la energ¨ªa, o a la exploraci¨®n espacial, donde el an¨¢lisis es concienzudo, tambi¨¦n hay cap¨ªtulos a presentarnos toda una filosof¨ªa acerca del futuro. En ¨¦stos es donde Manuel Calvo Hernando emprende, creemos, un nuevo e importante rumbo dentro de sus actividades como escritor. Uno de los cap¨ªtulos de mayor inter¨¦s, porque nos ata?e directamente, es el dedicado al horizonte espa?ol de 1980. ?C¨®mo viviremos entonces los espa?oles?, se pregunta. Y, para responder, bas¨¢ndose en los estudios de prospecci¨®n realizados por las distintas comisiones del III Plan de Desarrollo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.