Carlos Oroza, abucheado

No puede decirse que haya sido precisamente un ¨¦xito la primera jornada po¨¦tica de Pontevedra. En los ¨²ltimos d¨ªas se sab¨ªa ya que algo estaba pasando. Seg¨²n parece, se vet¨® primero la participaci¨®n del poeta Celso Emilio Ferreiro que, sin embargo, estuvo m¨¢s tarde en la final. El periodista Pedro Rodr¨ªguez fue igualmente vetado, aunque se sospecha que por motivos muy distintos, y algunos participantes, como el cantante Amancio Prada, no llegaron siquiera a presentarse. Finalmente, cuando recitaba el poeta Carlos Oroza estuvo a punto de armarse la gorda. Un sector del p¨²blico se mostr¨® inc¨®modo con el poema Prohibido el paso y oblig¨®, con gritos y pateos, a que Oroza abandonase el escenario. Celso Emilio Ferreiro subi¨® entonces al estrado para seguir el recital. El p¨²blico, dividido, reclam¨® nuevamente la presencia de Carlos Oroza y un sector que se mostraba excitado grit¨® mientras tanto, Franco, Franco, Franco. Fue lo que se dice un fin de fiesta po¨¦tica a ritmo de pateo pol¨ªtico.