Balance fin de temporada
Siendo de octubre a julio el a?o natural de las exposiciones, ¨¦sta (y no la que marca la tradici¨®n navide?a) parece la hora m¨¢s indicada para la reconsideraci¨®n y el balance e incluso, y si de algo sirve, para el toque de atenci¨®n a nuestros galer¨®foros (entre el agosto de vacaciones y el septiembre de tanteos), tras lo visto y o¨ªdo... y mejor o peor mercado en la feria de Basilea.Cuadra a esta feria internacional el doble papel de recapitulaci¨®n y avance. Con ella qued¨® realmente clausurada la temporada anual, y de ella han de llegar vislumbres e indicios de cara a la venidera. ?Qu¨¦ es mercado antes que ateneo? Tan cierto e incuestionable como el que a trav¨¦s de las galer¨ªas comerciales se nos venga dando, y se nos dar¨¢ por tiempo imprevisible, el producto del arte.
En vez del acostumbrado suma y sigue, quisieran los datos de este balance eventual reflejar un factor cualitativo o atender a una pauta m¨¢s universal de comparaci¨®n: el cotejo entre lo expuesto el pasado mes en Basilea y lo visto en Madrid a lo largo del curso. A su luz, afinidades e incongruencias bien pudieran ce?irse a la cuenta de estos seis puntos: La desaparici¨®n del hiperrealismo; la ausencia del video; el eclipse del pop-art; la decadencia del arte-espect¨¢culo, arte-suceso, happening...; el retomo a la especificidad de la obra por parte de algunos conceptualistas; el auge del neoabstraccionismo.
Lo nuestro y lo de fuera
?Cu¨¢ntos y cu¨¢les afectan de alg¨²n modo a las habituales propuestas de nuestro arte moderno? El primero y el ¨²ltimo, en perfecta relaci¨®n antag¨®nica. No haya cuidado por lo que a los otros ata?e. El contraste entre lo nuestro y lo de fuera salta a la vista y por v¨ªa de exclusi¨®n de lo que no se avenga a los extremos consabidos de representaci¨®n y abstracci¨®n, o de arte figurativo y no-figurativo. Lo dem¨¢s es asunto for¨¢neo, envidiable patrimonio de aquellas publicaciones extranjeras que de cuan do en cuando caen bajo nuestros ojos. De aqu¨ª que haya de ce?irse el balance ocasional al status de los t¨¦rminos subrayados.
Experiencias internacionales como la del video nos han sido (hecha excepci¨®n de Pujol, Valls, Rabascal, Navarro Baldeweg... y, muy especialmente, de Muntadas) absolutamente ajenas en el tiempo de su floraci¨®n, y no creo que en el de su declive vayan a sernos familiares. La feria del pasado a?o fue un fastuoso escaparate de aparatos de video que en la reci¨¦n clausurada brillaban por su ausencia. La coyuntura, pues, nos ha sido favorable, aunque por sola gracia de la casualidad.
Ni en Basilea ni en Madrid, puede decirse que el pop-art haya entra?ado otra significaci¨®n que su propio eclipse, pero a tenor de razones tan dispares como la oportuna desvinculaci¨®n y la emulaci¨®n tard¨ªa. Nuestros artistas del ramo se ven¨ªan nutriendo de las escurrideras de la experiencia americana (m¨¢s que de la inglesa), cuando sus padres leg¨ªtimos la hab¨ªan dado al olvido en favor de un arte renovado y renovador. Quedaba certificada en Basilea la liquidaci¨®n del pop por el hecho, sin m¨¢s, de que la firma de los Rauschenberg, Johns Lichtenstein.... yaciera al pie de pulcras composiciones abstraccionistas.
?Qu¨¦ manifestaciones del arte-suceso o del happening han despuntado en el ferial helv¨¦tico? La de Vostell y sus gentes (Anlauf, M?ller, Rischar, Ulrich...), imbuida incluso de un esp¨ªritu o contenido muy dispar del de anteriores espect¨¢culos: la defensa de la naturaleza o la proclama (ilustrada con ejemplos in vivo) de que la vida de un ¨¢rbol es tan de salvar como la de un hombre. ?Cabe el parang¨®n entre esta experiencia aislada y la solitariamente protagonizada por Bucciarelli en la Galer¨ªa Vandr¨¦s? No, porque lo normal es que no se produzca en Madrid ninguno de tales acontecimientos al cabo del a?o o de los a?os.
Contadas excepciones
Si el ocaso del arte conceptual nos ven¨ªa dado en Basilea por el retomo de alguno de sus prohombres al hacerse espec¨ªfico de la obra, la temperada madrile?a ha dado paso a cuatro exposiciones relativamente mostrativas de un equilibrio entre concepto y objeto: las de Mej¨ªa y Navarro Baldeweg (Galer¨ªa Buades) y las de Garc¨ªa-Ramos (Galer¨ªa Kreisler Dos) e Irriguible (Galer¨ªa Ovidio), respectivamente, destinadas a la reorganizaci¨®n del medio, a la conciliaci¨®n entre espacio real y espacio imaginado, al contrapunto entre la noci¨®n de lo pleno y lo vac¨ªo, y a la indicaci¨®n del enigma ambiental y cotidiano.
Tal puede ser el balance-cotejo de lo nuestro para con lo de fuera. De su sola recensi¨®n se desprende que el ocaso universal de ciertas tendencias ha venido casualmente a coincidir con su habitual ausencia entre nosotros. Se?aladas tales cuales excepciones, queda entablada la pugna entre los t¨¦rminos ya proverbiales en el c¨®mputo del arte espa?ol contempor¨¢neo: figuraci¨®n y abstracci¨®n. ?De qu¨¦ lado se inclina el lance? No es osado afirmar, tras lo comprobado en Basilea, que el hiperrealismo (colmo y abuso de la figuraci¨®n) pas¨® a mejor vida, en tanto acaparan la abstracci¨®n las miras de muchos de los maestros y no pocas de las j¨®venes generaciones.
La reconsideraci¨®n de los medios y funciones de la pr¨¢ctica art¨ªstica (el arte c¨®mo sujeto), el retorno a la consigna matissiana del plano por el plano, la reciente ense?anza de aut¨¦nticos creadores (Rothko, Newman...), el ejemplo m¨¢s pr¨®ximo de otros pioneros (Cane, Devade...), la acepci¨®n de la obra en sus propios l¨ªmites materiales, el acuerdo entre lo pulsional y lo razonado, el planteamiento dial¨¦ctico de la creaci¨®n misma... han originado, con la d¨¦cada en curso, toda una renovada expresi¨®n abstraccionista, harto ostensible en el ferial de Basilea.
Y no fueron a Basilea
?Ha hallado alg¨²n trasunto en la temporada de Madrid? S¨ª, y muy elocuente. Las cinco exposiciones que a seguido se citan, son nuestro trasunto de lo que tantas atenciones roba allende la frontera: Eva Lotz y el grupo Soporte-Superficie (Buades), Teixidor (Vandr¨¦s), Ler¨ªn (Aele-Puigcerd¨¢), y Carlos Le¨®n (Juan M¨¢s) hacen suyo lo mejor de lo expuesto en Madrid, o, lo m¨¢s congruente, al menos, con lo que por el mundo se expone, aunque no mereciera ninguno de ellos (?sagacidad de nuestros galer¨®foros!) una sola plaza en el pabell¨®n espa?ol de Basilea.
Al margen de ellas, y por cerrar el cap¨ªtulo abstraccionista, sean dignas de encomio las de Jos¨¦ Mar¨ªa Iglesias y Luis Canelo (Salas de la Direcci¨®n General del Patrimonio), Diego Moya (Ruiz Castillo), Ortiz de Elguea (Kreisler Dos), Armando Pedrosa (Vandr¨¦s), G¨®mez Perales (Juana Mord¨®)..., m¨¢s las de los consagrados T¨¤pies (Rayuela 19), tan aleccionadora, pese a tratarse de peque?os formatos en papel, como su obra magna, y Manuel Ribera, y Rafael Canogar (Nueva Juana Mord¨®).
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