Real Madrid-Cruzeiro, final del trofeo,Teresa Herrera

En la segunda fase del encuentro vari¨® completamente el planteamiento t¨¢ctico de ambos equipos. Y brasile?os y holandeses, sin complejos de resultados, perdido el miedo a la derrota y olvidadas las dificultades de traspasar el muro que los centrocampistas se empe?aban en fabricar decidieron un osado ataque. El Eindhoven corri¨® a placer, pero le falt¨® serenar las ideas de la cabeza en el momento justo de rematar a gol. Sus acciones, un tanto alocadas, dieron las m¨¢s de las veces con el bal¨®n en las nubes. Oportunidades de marcar tuvieron, pero W. Kerkhof, cuando se encontraba completamente solo -minuto 50- ante Ra¨²l, dio en lanzar el esf¨¦rico fuera.El Cruzeiro, sin embargo, se mostraba m¨¢s pl¨¢cido en la l¨ªnea de retaguardia. Templaba los ataques contrarios para despu¨¦s mandar su propia ofensiva. Y en este punto descollaron los tres delanteros que se hab¨ªan puesto en punta. Jairzinho, Palinha y Joaozinho se convirtieron en tres aut¨¦nticas flechas por los pagos del Eindhoven. No obstante, los goles no llegaron sino gracias a la oportunidad de dos faltas. Porque el tr¨ªo brasile?o, en el borde del ¨¢rea grande disfrut¨® con su juego preciosista a costa de detener el bal¨®n y facilitar a la zaga holandesa una acumulaci¨®n de hombres delante de Beeveren.