El Viaducto
Van a quitar el Viaducto, que era el madrile?o puente de los suicidas. ,Para m¨ª era tambi¨¦n el puente de los suspiros, que a m¨¢s de una dama la he llevado all¨ª a suspirar.-?A Nadiuska?
-No. A Nadiuska todav¨ªa no. Creo que Nadiuska es materia reservada.
- Incluso ha sido el Viaducto el puente de Waterloo de algunos napaleoncitos madrile?os. Hay un casta que le llama el puente de Watergate, porque su demolici¨®n puede traer un foll¨®n municipal. Lo que pasa es que los alcaldes de Madrid no suelen saber hacia d¨®nde cae Madrid, porque si no sabr¨ªan que tirando el Viaducto tiran la sombra del demonio, a quien Corpus Barga vio suicidarse desde el Viaducto, y la sombra maciza y nocturna de Cansinos-Assens, el ¨²nico escritor espa?ol que le gustaba a Borges.
-?Usted cree que don Jorge Luis Borges protestar¨¢ por lo del Viaducto? -me pregunta el quiosquero, que es hombre le¨ªdo, como todos los quiosqueros.
-No s¨¦. Pero si a Borges le producen tanta indignaci¨®n est¨¦tica Azorin, Garc¨ªa Lorca y casi todas las grandes figuras espa?olas, no s¨¦ qu¨¦ va a pensar del se?or Arespacochaga, que al fin y al cabo no es una gran figura espa?ola.
Lo cierto es que Borges y Cansinos-Assens paseaban por la noche madrile?a del Viaducto, en la feliz ¨¦poca de entreguerras. Cuando entraban en el Viaducto acababa de terminar una guerra, y cuando sal¨ªan del Viaducto estaba ya empezando otra guerra. Guillermo de Torre iba tras ellos con una libreta, anotando todo lo que dec¨ªan. A Borges, que no le gusta nada de Espa?a, seguramente le gustar¨ªa el Viaducto, que tiene una cosa fara¨®nica e inexplicable sobre la litograf¨ªa del Madrid borb¨®nico.
-Se ha dicho que es la m¨¢s alta muestra del racionalismo madrile?o.
-Suponiendo que aqu¨ª haya habido alguna vez un racionalismo. Que lo dudo.
O sea que el nuevo alcalde ha venido a cargarse el racionalismo. El se?or Arespacochaga es un irracionalista. La demolici¨®n del Viaducto es lo que Luk¨¢cs llamar¨ªa ?el asalto a la raz¨®n?.
-Siempre est¨¢ usted citando rojos.
-He citado a Borges, que es un se?or muy de derechas.
Pero aqu¨ª les da igual. Tiraron la plaza de Olavide, que era una curiosa muestra de la arquitectura cubista-funcional de los a?os veinte y treinta. No es ya que se carguen a Churriguera, como desgraciadamente ha venido ocurriendo. Es que ahora se cargan a Picasso.
-Otro rojo.
-Ser¨¢ por eso.
Y lo malo es lo del Palacio de la Prensa, que tiene todo el aire a?os treinta de la Gran V¨ªa (que va siendo ya monumental, si ustedes se rijan). Bueno, pues corno sea verdad lo de la venta del edificio a la Caja de Ahorros -que no lo s¨¦-, a lo mejor un d¨ªa la Caja de Ahorros tira el palacio para levantar un cubo funcional y aburrido. El Palacio de la Prensa es todo ¨¦l historia del siglo, historia madrile?a, desde la planta donde estuvo La Codorniz hasta el ¨¢tico, donde ten¨ªa el dio el gran Pancho Coss¨ªo.
-?Y dice usted que Churriguera...?
-Eugenio d'Ors, que de eso sab¨ªa cantidad, y que por cierto viv¨ªa tambi¨¦n cerca del Viaducto, hizo la mejor reivindicaci¨®n de Churriguera que se ha hecho en Espa?a. A don Eugenio, por cierto, le hubiera encantado eso de ver en el Viaducto la catedral del racionalismo madrile?o.
Porque hay un racionalismo madrile?o, se?ores. Como hay una escuela de Madrid en filosof¨ªa y en pintura. Los que nos salen siempre un poco irracionalistas y alocado, son los alcaldes.
-Es que el Viaducto dicen que se cae.
-Pues que lo sostengan.
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