La sociedad en la Castilla medieval

Dentro de la amplia renovaci¨®n metodol¨®gica y tem¨¢tica que por influencia del materialismo hist¨®rico y de la escuela de los Annales se ha producido en nuestra historiograf¨ªa en los ¨²ltimos veinte a?os, destaca la atenci¨®n consagrada a los movimientos sociales. El libro del catedr¨¢tico de Historia medieval de la Universidad de Valladolid, Julio Valde¨®n Baruque, que lleva el t¨ªtulo que encabeza esta nota, se inscribe en ese campo y ha inaugurado, junto con el de Macek sobre: La revoluci¨®n husita, la colecci¨®n de Historia de las Movimientos Sociales de la Editorial Siglo, XXI. Valde¨®n, que pertenece al grupo de historiadores que est¨¢n renovando el conocimiento de la historia medieval peninsular, viene publicando desde hace diez a?os una serie de trabajos acerca de diversos aspectos de la llamada Baja Edad Media en el marco del reino de Castilla.Como es sabido en los siglos XIV y XV se produce una crisis generalizada en la formaci¨®n feudal del ¨¢rea de la Europa occidental. Bueno ser¨ªa, sea dicho incidentalmente y como apunta el mismo Valde¨®n, que se sustituyesen de una vez las convencionales denominaciones de Edad Media con sus subdivisiones de Temprana, Alta y Baja con referencia al ¨¢mbito de la Europa Occidental por las de formaci¨®n, apogeo y crisis de la formaci¨®n feudal o, m¨¢s exactamente, seg¨²n una terminologia que proponemos, por la de formaci¨®n social cristiano-feudal occidental para difereciarla de otras posibles formaciones feudales (por ejemplo, la bizantina). El reino de Castilla, por lo que se entiende en el libro de Valde¨®n los territorios sometidos a la corona castellana, no escap¨® a esa crisis, que tambi¨¦n se dio agudamente en otros reinos peninsulares. El reconocimiento de una crisis en el reino de Castilla en los siglos XIV y XV, que ya arranca de la centuria anterior, pero tradicionalmente se hab¨ªa detenido en fen¨®menos tales como la paralizaci¨®n de la Reconquista, las luchas civiles y guerras din¨¢sticas, con escasa atenci¨®n a la problem¨¢tica socioecon¨®mica, aunque se reconoc¨ªa que en esos siglos se hab¨ªa producido una ofensiva nobiliaria con reforzamiento del r¨¦gimen se?orial. Pero, como, escribe Valde¨®n, esos conflictos, ?que ten¨ªan como principales protagonistas a los reyes y a la alta nobleza (...), eran a su vez reflejo de los graves problemas de fondo que afectaban a la sociedad castellana?.

Luchas sociales

Esta crisis se manifest¨® en un recrudecimiento de las luchas sociales, que si bien tiene como principal protagonista el conflicto entre se?ores y campesinos que expresa la relaci¨®n y contradicci¨®n fundamental de esa formaci¨®n social, tiene otras vertientes que tambi¨¦n estudia Valde¨®n: enfrentamiento en el seno de las ciudades entre la oligarqu¨ªa urbana y las masas populares, y los movimientos contra los jud¨ªos y despu¨¦s contra los conversos, de evidente trasfondo social.Rastreando en la diferente documentaci¨®n de la ¨¦poca, Valde¨®n nos presenta sus principales manifestaciones a lo largo de tres cap¨ªtulos que abarcan desde finales del siglo XIII a mediados del XIV, la segunda mitad del siglo XIV y el siglo XV, y dentro de ellos conocen coyunturas de m¨¢xima intensidad. La conflictividad social se expresa a trav¨¦s de diversas formas que analiza Valde¨®n y, dentro de un fondo com¨²n, presento sus peculiaridades en las diferentes partes del reino de Castilla; de ah¨ª, el apartado dedicado a las guerras irmandi?as gallegas, a los banderizos vascos. Aclaremos, recogiendo la opini¨®n del autor, que ¨¦ste no ha pretendido presentar un panorama exhaustivo que todav¨ªa no permite el conocimiento actual de las fuentes, ni formular una interpretaci¨®n global, sino simplemente ofrecer una primera s¨ªntesis y avanzar unas hip¨®tesis. Pero esto no obsta, sobre la base de lo recogido, que se puedan suscribir sus palabras en el sentido de que: ?el proceso hist¨®rico de este rinc¨®n de Europa que era el reino de Castilla no difiere, en lo sustancial, de la problem¨¢tica desarrollada m¨¢s all¨¢ de los Pirineos a fines del Medievo. Claro que la conflictividad social, expresi¨®n de la crisis general de la sociedad feudal, adopt¨® formas muy diversas, en funci¨®n de los rasgos espec¨ªficos de cada regi¨®n y de la situaci¨®n hist¨®rica concreta?. Con ello este trabajo se inscribe en esa l¨ªnea renovadora que sin desconocer las peculiaridades, tampoco uniformes dentro de la Pen¨ªnsula, se aparta c¨®mo criterio interpretativo del tan manoseado peculiarismo hisp¨¢nico en el que tanto han insistido una serie de maestros de la historiograf¨ªa castellana. El balance en general negativo de las luchas antise?oriales en la mayor parte de las regiones del reino de Castilla ayuda a interpretar mejor los procesos posteriores de la historia peninsular que el recurso a explicaciones antropol¨®gicas oculturalistas del peculiarismo hisp¨¢nico.