Indignaci¨®n en Italia por la liberaci¨®n de dos extremistas de derecha
El 12 de diciembre de 1969 en el Banco de Agricultura, de Mil¨¢n, una bomba provoc¨® 16 muertos y casi cien heridos, Simult¨¢neamente explotaron bombas en el Banco del Trabajo, y ante el Altar de la Patria, en Roma. A siete a?os de aquel estrago, la justicia italiana todav¨ªa no ha castigado a los culpables. Las sospechas recaen con s¨®lido fundamento y varias pruebas sobre los extremistas de derechas, Franco Freda y Giovanni Ventura, quienes por haber vencido el plazo de c¨¢rcel preventiva, seg¨²n la ley italiana, hoy han sido liberados y enviados a confinamiento a la isla del Giglio, del archipi¨¦lago Toscano.
Dicha medida de los jueces de Catanzaro, en Calabria, sur de Italia, donde se celebra el proceso formalmente en regla, ha despertado en el pa¨ªs una oleada de indignaci¨®n moral y protesta. Se pide con urgencia una reforma del C¨®digo Penal y el hombre de la calle que de por s¨ª desconf¨ªa de la justicia, quiere una justicia r¨¢pida y segura. Una simple cronolog¨ªa de este alucinante proceso habla por s¨ª sola.
La que despu¨¦s ser¨ªa llamada ?estrategia de la tensi¨®n?, hab¨ªa comenzado, en realidad, en abril y agosto del 1969, con atentados contra la Universidad de Papua, la feria de muestras de Mil¨¢n y varios trenes. Pocos d¨ªas despu¨¦s de lo del Banco de Agricultura, es detenido el anarquista Pietro Valpreda, y todos los afiliados al c¨ªrculo anarquista 22 de marzo.
Seg¨²n un taxista, que despu¨¦s muri¨®, Valpreda habr¨ªa depositado la bomba en el Banco de la Agricultura.
El 27 de abril de 1971, Pietro Valpreda, que se ha proclamado siempre inocente, es procesado. Pero a primeros de diciembre de aquel mismo a?o, un juez de Treviso comienza a sospechar de Freda y Ventura y los detiene por haber instigado a las Fuerzas Armadas a la subversi¨®n. Del 23 de febrero al 8 de marzo de 1972, tras ocho audiencias, el tribunal que en Roma procesa a Valpreda se declara incompetente y reenv¨ªa el proceso a Mil¨¢n. El 18 de marzo, en Treviso, se acusa formalmente a Freda y Ventura del estrago de Plaza Fontana, en Mil¨¢n, y se transmiten a esta ciudad las actas de procesamiento. El 28 de agosto, Freda y Ventura son detenidos. El 13 de octubre la casaci¨®n decide que el proceso Valpreda, por razones de orden p¨²blico, no puede ser celebrado en Mil¨¢n y lo desplaza a Catanzaro. El 29 de diciembre de 1972, Valpreda obtiene la libertad provisional gracias a una ley especial que pernote la revocaci¨®n del mandato de captura, incluso en los casos m¨¢s graves, si se supone que el proceso no puede ser celebrado inmediatamente
Multiplicidad de procesos
El 18 de marzo de 1974 comienza en Catanzaro el proceso de Valpreda, mientras en Mil¨¢n son procesados Freda y Ventura. En abril la casaci¨®n decide unificar los procesos. El 13 de diciembre, en Mil¨¢n, por el estrago de Plaza Fontana, es acosado el periodista neofascista y agente del Servicio de Informaci¨®n de la Defensa (SID). Guindo Giannettini, as¨ª surge el conflicto de competencia entre Mil¨¢n y Catanzaro.
Se llega as¨ª al 27 de enero de 1975, en que Comienza en Catanzaro el nuevo proceso al grupo Valpreda y el de Freda-Ventura que, tras seis audiencias, es aplazado hasta que no se conozca el sumario instructorio contra Giannettini. El 29 de marzo de este a?o, entra en escena el SID, los jueces de Catanzaro detienen al genenal Maletti, ex jefe del SID, y al capit¨¢n Antonio la Bruna, que saldr¨¢n el 21 de abril con libertad provisional. Maletti, mientras tanto, es elegido diputado neofascista en las elecciones del 20 de junio pasado. El 31 de julio, Giannettini es acusado del estrago de Plaza Fontana y todo est¨¢ preparado para la celebraci¨®n del proceso.
Toda la prensa se pregunta hoy indignada si lograremos saber toda la verdad sobre la Plaza Fontana. ?Excluir la tesis del gran complot —comenta Casalegno en La Stampa, de Tur¨ªn -— no quiere decir negar la complicidad, ya acertada, y las intrigas de tantos peque?os, peligrosos hombres del poder. Y no significa tampoco subestimar la importancia de la justicia y la disgregaci¨®n del Estado que la liberaci¨®n de Freda y Ventura tr¨¢gicamente confirma.?
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