La conclusi¨®n del caso holand¨¦s acelera la investigaci¨®n en Alemania
Parece que la soluci¨®n del caso ?pr¨ªncipe Bernardo de los Pa¨ªses Bajos? tendr¨¢ consecuencias en la Rep¨²blica Federal de Alemania. Un d¨ªa despu¨¦s de conocerse la declaraci¨®n del Gobierno de La Haya de que el pr¨ªncipe Bernardo estaba complicado en el asunto Lockeed, el Gobierno federal alem¨¢n ha solicitado el ?esclarecimiento total? de una posible implicaci¨®n alemana en el esc¨¢ndalo internacional. Un esc¨¢ndalo, como muy bien indica un comentarista alem¨¢n, ?que ha demostrado bien a las claras lo que significa la presi¨®n de determinados grupos en el mundo capitalista?. Pues bien, el portavoz gubernamental, Klaus Boelling, inform¨® el viernes que el subsecretario de Justicia, Erkel, se desplazar¨¢ dentro de algunas semanas a Washington para dar los ¨²ltimos toques a un acuerdo entre Bonn y las autoridad es norteamericanas sobre la entrega de ?material de cargo? contra ciudadanos alemanes relacionados de alg¨²n que otro modo con la empresa norteamericana. La misi¨®n de Erkel consiste en analizar los documentos, en posesi¨®n de los norteamericanos, con el fin de averiguar si su contenido es suficiente para iniciar en la Rep¨²blica Federal procedimientos judiciales contra algunos sospechosos. Interesa especialmente en Bonn si los presuntos implicados en el affaire han percibido dinero, o sea, si han sido sobornados. Desde que se conocieron los primeros detalles del asunto Lockheed se rumoreaba en los medios period¨ªsticos germanos que, sin duda, tambi¨¦n algunos destacados pol¨ªticos de Bonn deb¨ªan de estar implicados en el esc¨¢ndalo. Aunque s¨®lo fuese por el hecho de que el Bundeswehr (ej¨¦rcito federal) hab¨ªa adquirido los Starfighter de Lockhed. El jefe del departamento ?contra la corrupci¨®n? en el Ministerio de Defensa, Fritz-Josef Rahth, permaneci¨® algunos d¨ªas en Washington, hace ya algunos meses, donde tuvo acceso a bastantes detalles del asunto. Los norteamericanos, sin embargo, han condicionado la entrega de material acusatorio a la promesa de que sea utilizado por el receptor. Es decir, que s¨®lo se entregan los documentos al Estado que lo solicite s¨ª ¨¦ste se compromete formalmente a proceder contra los implicados en el esc¨¢ndalo.
Una de cal y otra de arena
Bonn, por su parte, no ha dado a entender todav¨ªa formalmente que est¨¢ dispuesto a aceptar esta condici¨®n. Lo que desea es obtener material confidencial para su entrega a una comisi¨®n parlamentaria de investigaci¨®n, ya que la persecuci¨®n penal no ser¨ªa posible probablemente por la perscripci¨®n de los delitos. Es decir, que Bonn acaba de dar una de cal y otra de arena. El mero hecho de que la ?posible implicaci¨®n alemana en el esc¨¢ndalo? se haya tratado con excepcional reserva hasta por la prensa permite algunas deducciones. En primer lugar es evidente que el acontecimiento holand¨¦s, que ha obligado a Bonn a adoptar una postura distinta a la anterior, se produce en el instante menos oportuno. En la Rep¨²blica Federal todos est¨¢n pendientes de la campa?a electoral. Cualquier alteraci¨®n, por leve que sea, adquiere instant¨¢neamente las caracter¨ªsticas de un movimiento s¨ªsmico de grandes dimensiones. En segundo lugar, nadie conoce a ciencia cierta el ?contenido real? de los documentos de Lockheed y los nombres de los presuntos implicados. O sea, que nadie sabr¨¢ hasta su publicaci¨®n cu¨¢ntos de estos delincuentes pertenecen a una u otra agrupaci¨®n o partido pol¨ªtico. Eventuales revelaciones amplias en este sentido podr¨ªan desnivelar la balanza electoral, ciertamente. Algo que nadie desea. De ah¨ª que lo m¨¢s probable sea el silencio, por lo menos hasta despu¨¦s de las elecciones del 3 de octubre.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.