"Con las derechas espa?olas no hay nada que hacer"
S¨¢bado, 12 de abril de 1947
... El comit¨¦ de Acci¨®n Mon¨¢rquica, de Madrid, ha anunciado su dimisi¨®n por las declaraciones del rey, que aparecer¨¢n ma?ana en el Observer. Desde hace veinticuatro. horas, no cesan las llamadas, los apremios, las coacciones. Seg¨²n el mismo Fontanar, que, con su debilidad acostumbrada, es el veh¨ªculo de estas maniobras, mis amigos en el comit¨¦ son del los que se muestran m¨¢s excitados. Mi paciencia est¨¢ llegando al l¨ªmite. Me parece que lo voy a echar todo a rodar. Este episodio est¨²pido es la culminaci¨®n de la campa?a que unos ambiciosos, otros d¨¦biles y no pocos idiotas vienen desarrollando contra quienes estamos al lado del rey. Sin el menor acatamiento a las decisiones reales, sin la m¨¢s leve disciplina, lo critican todo, lo boicotean todo y consumen en majader¨ªas el tiempo que deber¨ªan dedicar a la acci¨®n. Por si esto fuera poco, es indudable que entre los de fuera y los de dentro hay una fundamental discrepancia de fondo... Ellos siguen poniendo su ideal en un arreglo del rey con el caudillo, sin abrir los ojos ante los desprecios, insultos y ataques de Franco a la persona del rey y a la instituci¨®n mon¨¢rquica. Siempre fueron las derechas espa?olas estrechas de criterio, faltas de generosidad, entusiastas de las dictaduras. Ahora, con el recuerdo de la guerra civil y la propaganda embrutecedora de diez a?os han llegado a un grado de incomprensi¨®n inconcebible. En las mismas filas, ya bien menguadas, de Acci¨®n Popular, la disciplina se resquebraja. No puedo ser hoy m¨¢s pesimista de lo que soy.
Domingo, 13 de abril de 1947
... La BBC radia con los m¨¢ximos honores, en todas sus emisiones, las declaraciones del rey al Observer. El New York Times va a publicarlas ¨ªntegras tambi¨¦n.
Entretanto, sospecho que en Espa?a se producir¨¢ la gran conmoci¨®n.
Lunes, 14 de abril de 1947
... La prensa espa?ola sigue su campa?a contra el rey y contra los que estamos a su lado. Las excepciones casi no existen. Ni siquiera el ABC omite adulaciones indecorosas a Franco...
Martes, 15 de abril de 1947
... La prensa espa?ola est¨¢ desatada contra el rey a prop¨®sito de las declaraciones del Obsever. Una buena parte de .los ataques va dirigida contra sus ?consejeros?... Nos llega la noticia de que el Gobierno espa?ol va a pedir al portugu¨¦s la expulsi¨®n de S¨¢inz Rodr¨ªguez, de Eugenio Vegas y la m¨ªa: tal vez incluso la del rey... Entretanto, la gran masa de la derecha espa?ola, m¨¢s franquista que mon¨¢rquica y embrutecida por tantos a?os de... propaganda oficial, no reacciona, y si lo hace, es de ordinario mal...
Mi¨¦rcoles, 16 de abril de 1947
... Se confirma la impresi¨®n de que el Gobierno espa?ol gestiona la expulsi¨®n de Portugal de los ?consejeros del rey?. Este, con sus caracter¨ªstica nobleza, nos ha anunciado que ¨¦l saldr¨¢ con nosotros del pa¨ªs.
Jueves, 17 de abril de 1947
... Ayer tuvo el embajador de Espa?a una larga conversaci¨®n con Salazar. Me consta que sus principales ataques fueron contra m¨ª. Entretanto, todos los peri¨®dicos de Espa?a, con rar¨ªsimas excepciones, contin¨²an la m¨¢s virulenta campa?a contra el rey. Me aseguran que los organismos de Prensa y Propaganda han encargado art¨ªculos contra don Juan a personas que siempre pasaron por mon¨¢rquicos, corno Goicoechea, Marismas del Guadalquivir, Lequerica, Jorge Vig¨®n, marqu¨¦s de Valterra, Moreno Torres, etc¨¦tera. Veremos hasta d¨®nde llegan estos tiros. Por su parte, la Diputaci¨®n de la Grandeza ha dirigido al rey un escrito magn¨ªfico de adhesi¨®n.
Viernes, 18 de abril de 1947
... Los peri¨®dicos espa?oles no cejan en su campa?a contra el rey, utilizando las m¨¢s desacreditadas armas. Por desgracia, su efecto es indudable en zonas extensas de la opini¨®n, especialmente en esa burgues¨ªa ego¨ªsta, farisaica y materializada, que constituye uno de los conglomerados m¨¢s repugnantes que puedan darse. ?Y pensar que son cat¨®licos, propagandistas, ?beatos?, los que se han convertido en instrumentos de tales infamias!
S¨¢bado, 19 de abril de 1947
... Por fin, la situaci¨®n, se ha aclarado. Hoy se present¨® al rey el se?or Mat¨ªas, secretario general del Ministerio de Negocios Extranjeros de Portugal para decirle que el Gobierno portugu¨¦s no tomar¨ªa medidas contra ¨¦l, a pesar de las presiones de Franco, pues reconoc¨ªa que al publicar el manifiesto hab¨ªa obrado en defensa de sus derechos. Pero no ten¨ªa, sin embargo, m¨¢s remedio que ?fijarnos residencia? a Pedro S¨¢inz Rodr¨ªguez, a Eugenio Vegas, a F¨¦lix Vejarano y a m¨ª, aunque dej¨¢ndonos escoger un punto fuera de la zona de Lisboa y d¨¢ndonos un razonable mar gen de tiempo. Cuando llegu¨¦ a casa por la noche, encontr¨¦ ya un aviso para que me presente ma?ana en la Polic¨ªa Internacional. Tomo las cosas con calma, m¨¢xime cuando ten¨ªa descontado el desenlace de este episodio. Salazar ser¨¢ un lacayo de Franco por encima de todo. Es evidente que en el Portugal regido por este hombre indigno no se puede vivir con decoro. Escoger¨¦ -si me dejan- una residencia transitoria durante unos pocos meses, a fin de dar lugar a que los ni?os vayan a examinarse a Espa?a y poder preparar con reposo el viaje a la Argentina... Por otra parte, despu¨¦s de la experiencia de estos ¨²ltimos episodios, todo escr¨²pulo de conciencia tiene que desaparecer. Con las, derechas espa?olas no hay nada que hacer. En su inmensa mayor¨ªa se han solidarizado con la pol¨ªtica m¨¢s infame que puede concebir un Gobierno. Mi deber est¨¢ sobradamente cumplido.
Domingo, 20 de abril de 1947
... A las cuatro de la tarde comparezco en la direcci¨®n de la Polic¨ªa Internacional, donde soy inmediatamente recibido por un funcionario muy correcto, quien, seg¨²n sus propias manifestaciones, dado lo delicado de la comunicaci¨®n que va a hacerme, prefiere. leer una nota que tiene preparada. La nota, que tiene la caracter¨ªstica retorcida e hip¨®crita de Salazar, viene a decir, poco m¨¢s o menos, lo siguiente. Mi residencia en Portugal est¨¢ autorizada sobre el supuesto de mi abstenci¨®n de todo g¨¦nero de actividades pol¨ªticas. Si entiendo que es mi deber tenerlas, deber¨¢ ser abandonando el territorio portugu¨¦s. Pero si doy mi palabra de no actuar pol¨ªticamente, habr¨¦ de fijar mi residencia, en un plazo de ocho d¨ªas, fuera de la zona de Lisboa, con el fin. de evitar que la coincidencia de personalidades pol¨ªticas cerca del pr¨ªncipe don Juan, cuando se ha hecho. p¨²blico un proyecto de sucesi¨®n, pueda crear un estado de agitaci¨®n en Espa?a que perjudique las relaciones amistosas con Portugal. O¨ª con calma la comunicaci¨®n y ped¨ª una copia que, entre otros motivos de inter¨¦s, ten¨ªa para m¨ª el del coleccionismo, no deja de ser curioso que comenzaran mis persecuciones por el Frente Popular franc¨¦s, en 1936, para concluir por el Estado Novo del doctor Salazar, en 1947. Mi interlocutor me dijo que carec¨ªa de instrucciones. Aunque ten¨ªa la seguridad de hallarme frente a un mero funcionario encargado de transmitir una orden, no quise dejar de protestar y de hacer ver la lamentable sumisi¨®n de Portugal al general Franco. A continuaci¨®n fueron hechas id¨¦nticas notificaciones a S¨¢inz Rodr¨ªguez y a F¨¦lix Vejarano. A Vegas no le han pasado a¨²n el menor aviso. Los peri¨®dicos portugueses publican un telegrama de Madrid en el que se dice que las ?Cortes? van a modificar el proyecto sucesorio, aunque ya se adivina que va a ser en extremos meramente secundarios. El prop¨®sito de Franco es bien claro: aislar al rey, alejar de su lado los elementos ?intransigentes? y proponerle una formulita de arreglo. Dudo que consigan sus prop¨®sitos, pues el rey est¨¢ cada d¨ªa m¨¢s en¨¦rgico. Parece dispuesto a visitar a Salazar y decirle que si se consuma el atropello contra nosotros se marchar¨¢ de Portugal, declarando ante el mundo el motivo.
Lunes, 21 de abril de 1947
... En una larga reuni¨®n con el rey, queda convenido que se entreviste con Salazar, pero que no amenace categ¨®ricamente con marcharse, pues tendr¨ªa que hacerlo en el caso de no conseguir nada. Es necesario que proceda con prudencia, para reservarse siempre una libertad de decisi¨®n.
Mi¨¦rcoles, 23 de abril de 1947
... Las noticias que llegan de Espa?a subrayan un fen¨®meno hace tiempo previsto: el desplazamiento de la Monarqu¨ªa. Mientras la mayor¨ªa de las gentes conservadoras se apartan del rey, las izquierdas se aproximan. Lo curioso es que el rey no ha hecho a ¨¦stas concesi¨®n alguna sustancial, limit¨¢ndose a ser fiel a su papel de pacificador. Pero esto es lo que no quiere la burgues¨ªa espa?ola, la cual no est¨¢ dispuesta a olvidar que es la vencedora de una con tienda civil...
Viernes, 25 de abril de 1947
... Llega de Madrid Juan Jes¨²s Gonz¨¢lez. Viene un poco rehecho, despu¨¦s de la tormenta pol¨ªtica de los d¨ªas pasados, que fue fuerte de verdad. Parece que, a fuerza de reflexiones, las gentes comienzan a reaccionar, aunque muy d¨¦bilmente. El comit¨¦ de Acci¨®n Mon¨¢rquica tuvo momentos de desfallecimiento, pero tambi¨¦n reaccion¨®. Mis amigos, muy bien; Ventosa, mejor que nunca; Kindel¨¢n, en excelente direcci¨®n, si bien con intentos de actuaci¨®n descabellados. El peor de todos, Yanguas, movido seguramente por los intrigantes de siempre. En los medios oficiales, los odios van casi en su totalidad para S¨¢inz Rodr¨ªguez, mientras que entre los ?mon¨¢rquicos hist¨®ricos? la cosa se dirige contra Vegas. ..
S¨¢bado, 26 de abril de 1947
... El rey nos invita a almorzar a los ?desterrados?. Se muestra muy firme en la posici¨®n que ha adoptado, lo que no es poco si se tiene en cuenta la influencia de ciertos individuos de su s¨¦quito, especialmente Padilla.
Domingo, 27 de abril de 1947
... Como fruto de largas meditaciones, tengo una extensa conversaci¨®n con Juan Jes¨²s Gonz¨¢lez, para que, con entera sinceridad, plantee el caso al grupo de amigos m¨¢s fieles y de mejor criterio. El manifiesto y las declaraciones del rey han servido, en el interior de Espa?a, para poner de relieve con aterradora crudeza una realidad que nos empe?¨¢bamos en desconocer o en paliar: las derechas espa?olas, salvo excepciones contad¨ªsimas, viven en esp¨ªritu de guerra civil, sin concebir siquiera cosa alguna que signifique una posibilidad remota de concordia o transigencia. Son el grupo vencedor, el bando que con ,enormes sacrificios y dolores conquist¨® la victoria y que no est¨¢ dispuesto a dej¨¢rsela arrebatar. Su mentalidad no ha cambiado en estos once a?os. Se ha logrado poner el pie en el cuello del vencido, y no hay que dejarle levantar la cabeza... ?Monarqu¨ªa? Seg¨²n y conforme. Si se trata de que el rey sea el continuador de la pol¨ªtica de Franco, el encarnador del esp¨ªritu de la guerra civil, entonces que venga la Monarqu¨ªa a consolidar el aplastamiento del vencido y el disfrute de los privilegiados del bando vencedor. Pero si se trata de un rey que intente cicatrizar las heridas, abrir un periodo de paz, ensayar un sistema de convivencia, que no venga. jam¨¢s el r¨¦gimen tradicional. Emamorada de la ficci¨®n y de la mentira, la derecha espa?ola apoya a Franco cuando ¨¦ste habla de amnist¨ªa, de refer¨¦ndum y de derechos de personalidad... En cambio.... esa derecha se rasga las vestiduras cuando el monarca habla vagamente de voluntad de la naci¨®n, de amnist¨ªa meramente pol¨ªtica, de respeto a la dignidad de la persona. Las recientes declaraciones del rey son, en los puntos esenciales, la m¨¢s pura doctrina tradicional cat¨®lica. No importa. Obispos, religiosos, hombres de negocios, las clases conservadoras las han recibido con la m¨¢s fren¨¦tica hostilidad. Todo lo que no sea dictadura pura, arbitrariedad sistem¨¢tica, aplastamiento permanente del adversario, les parece cosa vitanda. No hay que enga?arse. Con un pa¨ªs as¨ª, nada puede hacerse. Ni la restauraci¨®n es factible, ni aunque lo fuera el rey podr¨ªa durar.. Mal visto por las derechas, hostilizado por las izquierdas -que son igualmente intransigentes y cerriles-, su corta vida ser¨ªa un martirio constante. Vistas as¨ª las cosas, el problema que personalmente se me plantea es bien claro. ?Vale la pena prolongar el sacrificio? ?No ha llegado la hora de cortar definitivamente las actividades pol¨ªticas y buscar lejos de Espa?a la paz necesaria a una vida tan est¨¦rilmente sacrificada? Se me dir¨¢ que tal actitud d eterminar¨ªa la desbandada de laque a¨²n se conserva limpio. Puede que as¨ª sea. Pero, ?qu¨¦ vale num¨¦ricamente esa fuerza? Cada d¨ªa menos. ?Qu¨¦ significa moralmente? Temo que menos de lo que pensamos. La integridad de las personas es com pleta, pero sus la¨ªos ideol¨®gicos son muy d¨¦biles. Su lealtad hacia m¨ª es m¨¢s personal que de doctrina. Conservan el afecto, pero en la visi¨®n de los problemas se encuentran mucho m¨¢s cerca de Franco que de m¨ª. Esta es la verdad, por triste que sea proclamarla. No tomar¨¦ una resoluci¨®n precipitada, porque quiero que los amigos ¨ªntimos mediten sobre esa realidad y me ayuden a resolver.
Lunes, 28 de abril de 1947
... En cumplimiento de las ¨®rdenes del Gobierno portugu¨¦s, me vengo a Oporto. iOtra vez el confinamiento arbitrario e injusto! No estoy dispuesto a seguir viviendo as¨ª.
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