Fall¨® hasta el banquillo
Catorce minutos del segundo, tiempo le bastaron al Real Madrid para recuperar lo mucho que hab¨ªa perdido durante los cuarenta y cinco iniciales. En catorce minutos, el p¨²blico tuvo la sensaci¨®n de que otro Madrid, muy distinto, era el que hab¨ªa reaparecido y cuando todo parec¨ªa que iba a terminar felizmente, un nuevo gol desbarat¨® de nuevo al equipo, y los nervios quebraron otra vez las ideas blancas. Miljanic, tan poco partidario de las sustituciones, sac¨® a nueve, minu tos del final a Roberto para que supliera a Guerini y dej¨® en el campo a Jensen que cojeaba. El Madrid fall¨® hasta en el banquillo.No fue el Madrid el equipo que se presupone debe ser, ni el que la afici¨®n desea para el primer compromiso de Copa de Europa. El Madrid que por lo visto deslumbr¨® en el homenaje a Grosso, no se pareci¨® al que perdi¨® contra el Athletic de Bilbao. El conjunto madridista repiti¨® durante la mayor parte del encuentro, el tedioso juego de muchas de las tardes de la pasada temporada, pero si entonces encontraba soluci¨®n con los cabezazos de Santillana, los br¨ªos de Pirri e inesperados goles de Roberto, el domingo no hall¨® su f¨®rmula, ni siquiera cuando hacia el final Miljanic pens¨® otra vez que la soluci¨®n estaba en colgar balones sobre el ¨¢rea de Ir¨ªbar.
El Athletic de este a?o ¨²nicamente presenta la novedad de Churruca y la presencia del joven Garay, pero en lo que concierne al juego que desarrolla parece otro mucho m¨¢s diferente. No es que el Athletic haga diabluras, pero da la sensaci¨®n de que tiene otro sentido. Para empezar, Koldo Aguirre no limit¨® a sus hombres. a la defensa de su parcela. Dej¨® en vanguardia a Churruca, Dani y Rojo, lo que supone, seg¨²n corren los vientos, jugar fuera de casa con toda clase de riesgos, Para dar una mayor sensaci¨®n de alegr¨ªa el casi debutante Garay se sum¨® a los contragolpes con frecuencias Irureta, que ahora ya no tiene que correr por dos, estuvo a las duras y a las maduras hasta el final.
El Athletic se Coloc¨® mejor en el campo y estructur¨® sus ataques con mayor soltura y rapidez que el Madrid. Churruca y Dani encontraron m¨¢s facilidades de las debidas, porque Camacho flot¨® durante casi todo el partido a la hora de defender y ello dej¨® a Benito en situaci¨®n apurada. Como por otra parte los atacantes rojiblancos se sacrificaron y retrocedieron para entorpecer los avances de sus marcadores, el Madrid encontr¨® siempre una tupida barrera en el centro del campo muy dif¨ªcil de perforar.
El Madrid jug¨® con lentitud en el centro del terreno, y el hombre de mayor inspiraci¨®n, Vel¨¢zquez, estuvo impreciso. Jensen fue espectador la mayor parte del tiempo. Se justific¨® y cubri¨® el expediente de cara a la galer¨ªa con la preciosa jugada que propici¨® el penalti y que sirvi¨® para que el Madrid marcara el primer gol, pero cuando pareci¨® que iba a entrar en vena comenz¨® a renquear y all¨ª se acab¨® la fiesta.
No gust¨® el Madrid. Careci¨® de brillo y de practicidad. El esfuerzo que realiz¨® para lograr el empate no sirvi¨® de nada, porque el contragolpe vasco volvi¨® a encontrar la oportunidad del gol en otro despiste defensivo.
El Athletic estuvo sereno casa siempre, lo que le sirvi¨® para resolver los apuros ante Ir¨ªbar y para dominar el juego en la zona de construcci¨®n. Quiz¨¢ lo menos destacado del domingo lo tuvieron los bilba¨ªnos en Ir¨ªbar que no estuvo tan seguro como habitualmente. Esta vez no fueron Ir¨ªbar y 10 m¨¢s sino un conjunto, que a¨²n sin cuajar, supo obtener rentabilidad a una estrategia que sorprendi¨® al Madrid.
Yo dir¨ªa que el empate no lleg¨® porque se produjera una mejor¨ªa sustancial en el juego, sino porque el conjunto de casa recupero parte de ese genio que tantos triunfos le ha proporcionado. No hay que rasgarse las vestidudas todav¨ªa y hay que dar tiempo al tiempo, pero ese Madrid horizontalista y reiterativo debe desaparecer pronto.
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