Cese de hostilidades provisional entre el Papa y monse?or Lef¨¨bvre
La audiencia que Pablo VI concedi¨® el s¨¢bado pasado al obispo rebelde, monse?or Lef¨¨bvre, no ha significado ni una rendici¨®n por parte de este ¨²ltimo, ni un simple acto de diplomacia por parte del primero.
En los ambientes de la Curia romana se tiene inter¨¦s en que queden bien claros los t¨¦rminos del problema. No en vano el Papa habr¨ªa puesto como condici¨®n para la audiencia que fuera testigo monse?or Giovanni Benelli, quien en la Secretar¨ªa de Estado es como una especie de ministro del Interior. Otra condici¨®n fue que monse?or Lef¨¨bvre diera testimonio expreso de su sometimiento al Papa.
Las dos condiciones han sido respetadas por Lef¨¨bvre. Monse?or Benelli asisti¨® a la audiencia tomando incluso apuntes y monse?or Lef¨¨bvre, por medio del sacerdote italiano Domenico La Bellarte, envi¨® una carta de fidelidad a Pablo VI. En dicha carta el obispo rebelde asegurar¨ªa al Papa que no ha tenido intenci¨®n de actuar contra la Iglesia de Cristo que es la de Roma, ni de ofender al Pont¨ªfice. Ni una palabra, sin embargo, que pudiera saber a retractaci¨®n formal, a la Canosa de que han hablado algunos diarios.
Tentativa extrema
Por parte del Vaticano no se considera cerrado el caso Lef¨¨bvre. La audiencia ha significado simplemente la extrema tentativa de recuperar a un grupo de fieles que amenazan un cisma por defender un credo en que a duras penas se logra distinguir la pol¨ªtica de extrema derecha de lo que es la fe religiosa. Se ha sabido que Pablo VI consult¨® previamente con el secretario de Estado Je¨¢n Villot y con el cardenal Baggio, prefecto de la Congregaci¨®n de los Obispos. Se habr¨ªa demostrado trist¨ªsimo y preocupado por el cisma, cuando el 31 de agosto pasado recibi¨® en audiencia al nuncio apost¨®lico en Francia, Righilambertini y al arzobispo de Chieti, monse?or Fagiolo.Este ¨²ltimo habr¨ªa procurado entonces la mediaci¨®n del sacerdote de Valen¨ªano, un pueblo de 8.000 habitantes al sur de Bari, donde tiene su sede la Hermandad de la obra al servicio de la Divina Misericordia.
Monse?or Fagiolo rog¨® a don Domenico que hiciera todo lo posible por acercar a monse?or Lef¨¨bvre al Papa. Don Domenico se puso inmediatamente en, viaje hacia Par¨ªs, donde por medio del escritor de derechas Michel de Saint Pierre habr¨ªa entrado enseguida en contacto con monse?or Lef¨¨bvre.
Perdura la gravedad de la situaci¨®n
Seg¨²n el padre jesuita Sorge, director de la Civilita Cattolica en unas declaraciones por televisi¨®n, ?perdura en modo objetivo la gravedad de la situaci¨®n: todas las tentativas de di¨¢logo van, de todos modos, alentadas?. ?La iniciativa no fue adoptada por la Santa Sede, sino que provino del mismo Lef¨¨bvre. Esto permite suponer que se ha dado alg¨²n sentimiento nuevo en Lef¨¨bvre, porque ¨¦sta era la condici¨®n que el Papa hab¨ªa puesto para un encuentro con ¨¦l?.Monse?or Lef¨¨bvre, por su parte, regres¨® el domingo a la sede del seminario de Econe (Suiza). A su llegada se reuni¨® inmediatamente con sus colaboradores, se supone que para deliberar en torno a la entrevista con Pablo VI celebrada el s¨¢bado en Castelgandolfo. La prensa suiza recoge la impresi¨®n de que la entrevista de Castelgandolfo fue un ¨¦xito para Lef¨¨bvre y para las corrientes tradicionalistas dentro del propio Vaticano. ?Evidentemente, se afirma, el Papa trata de evitar un cisma y de resolver pac¨ªficamente la disputa?. Por su parte, el corresponsal romano del diario Tribune de Geneve califica los resultados del encuentro de Castelgandolfo como cese de hostilidades, pero no la paz.
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