Wenceslao Roces: otro exiliado que prepara su regreso
?El de la democracia es ya un camino irreversible?, dijo Wenceslao Roces en la rueda ofrecida, en la tarde de ayer, a los medios informativos. ?Y no lo es por acci¨®n milagrosa de fuerzas exteriores, sino por la lucha imparable del pueblo espa?ol.?Wenceslao Roces, catedr¨¢tico de Derecho Romano en Salamanca y, posteriormente, en Barcelona, abandon¨® su c¨¢tedra por solidaridad con Unamuno, cuando ¨¦ste fue separado de la docencia y desterrado. M¨¢s tarde, en el exilio, y tras desempe?ar la Subsecretar¨ªa de Instrucci¨®n P¨²blica en el Gobierno del 36, ha ejercido la ense?anza del derecho y la historia en universidades de Chile y M¨¦xico, donde vivi¨® la mayor parte de su exilio. Preguntado sobre su incorporaci¨®n a la c¨¢tedra en Espa?a, el se?or Roces dijo: ?Yo he sobrepasado la edad que la Administraci¨®n considera como para ejercer c¨¢tedras. Lo m¨¢s que podr¨ªa es pretenderla incorporaci¨®n cara a la jubilaci¨®n... Una triste pretensi¨®n, ?no? En cualquier caso, vuelvo a Espa?a y pretendo volver a hacer de Espa?a mi suelo.?
Efectivamente, Wenceslao Roces permanecer¨¢ en Madrid hasta el pr¨®ximo d¨ªa 21, ?preparando mi vuelta definitiva?. Entre sus proyectos est¨¢ continuar con su labor de traducci¨®n y edici¨®n de la obra de Marx y otros pensadores del marxismo cl¨¢sico. Respecto a las traducciones espa?olas, dijo que era positiva toda la labor de divulgaci¨®n que se estaba haciendo y que, a niveles de traducci¨®n, ?es bueno, por ejemplo, que circulen cuatro ediciones de El Capital. As¨ª se controlan unas a otras?.
A ?qu¨¦ se puede hacer como subsecretario de Instrucci¨®n P¨²blica durante una guerra?, respondi¨®: ?Esa fue nuestra pregunta torturante durante los primeros d¨ªas. Se trataba de instruir, llevar la cultura a un pueblo en armas. De hacerle ver que luchaba no por vanas entelequias, sino por su vida y su cultura. Y as¨ª surgieron las campa?as de divulgaci¨®n cultural, que llenaron de carteles las ciudades, y los institutos para obreros, una experiencia incre¨ªblemente positiva, que aceleraba a pocos meses los conocimientos que normalmente necesitan a?os, o las de alfabetizaci¨®n, que aprovechaban, para desarraigar esa lacra de la sociedad injusta, la misma movilizaci¨®n de la guerra, en el frente y en la retaguardia ... ?
Sobre la situaci¨®n actual de la cultura espa?ola consider¨® que, puesto que el trabajo intelectual no es fruto mec¨¢nico de una situaci¨®n social, aunque s¨ª se correspondan ambas realidades a largo plazo, puede ocurrir que en condiciones adversas se produzcan frutos intelectuales brillantes. Se?al¨® que los ritmos de cambio social y vida cultural son distintos y que la situaci¨®n espa?ola, en este sentido, era casi verdaderamente admirable, dadas las condiciones hostiles en que hab¨ªan vivido y trabajado en los ¨²ltimos cuarenta a?os los intelectuales.
Y respecto a la renovaci¨®n necesaria en los cuadros pol¨ªticos y culturales, dijo: ?Unamuno dec¨ªa que se tiene la edad que se ejerce. Yo ejerzo de joven. Y los j¨®venes cambian, aprecian lo nuevo.? A?adi¨® que los que estorban se van eliminando por la propia fuerza de los tiempos.
Estaba presente en el C¨ªrculo de Estudios de Investigaci¨®n Social su compa?era, Carmen Dorronsoro, y ambos fueron presentados por Federico Melchor.
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