El PC franc¨¦s intenta la consolidaci¨®n de la uni¨®n de la izquierda
Todo parece indicar que el Partido Comunista Franc¨¦s est¨¢ dispuesto a contrarrestar, a cualquier precio, la campa?a que el presidente Giscard d'Estaing ha iniciado para dividir a la Uni¨®n de la Izquierda. Seg¨²n el se?or Mitterrand, el plan de austeridad econ¨®mica que el premier Barre acaba de presentar a los sindicatos constituye el principal pivot de esa campa?a, pues con ella se tratar¨ªa, como lo se?al¨® hace cuatro d¨ªas el comit¨¦ directivo del Partido Socialista, de ?hacer pagar a los obreros industriales la indemnizaci¨®n que les corresponde a los agricultores?, gravemente afectados por la sequ¨ªa y el proceso inflacionario. Por esa v¨ªa, el presidente estar¨ªa intentando atraerse al electorado de provincias, incluso al izquierdista, entre, el que la influencia de los peque?os agricultores es determinante, y todo ello a costa del proletariado de las grandes ciudades industriales, mayoritariamente socialista y comunista, al que har¨ªa pagar las cuentas de la crisis. El razonamiento del PS resulta plausible, puesto que las divisiones electorales en Francia se dan m¨¢s entre campesinos y gentes de la ciudad, que entre derechas e izquierdas.Pero los grandes t¨¢cticos del Partido Comunista, como el se?or Leroy, o como el se?or Paul Laurent, consideran que la ?insidia divisionista? del El¨ªseo cuenta adem¨¢s con otro recurso de primer orden: las ?divergencias naturales? entre el PS y el PC, unidos por el ?programa com¨²n? del 28 de junio, al que el presidente llama ?el menos com¨²n de los programas?.
En ese sentido, las diferencias del PS con el PC, y viceversa, se presentaron ya a comienzos de este a?o en relaci¨®n, sobre todo, con las listas de candidatos de la Uni¨®n. El PC y algunos grup¨²sculos del PS quieren que la izquierda presente listas comunes a partir, por lo menos, de la primera fase del ballotage, se trate de elecciones cantonales, municipales, legislativas o presidenciales. Mitterrand y el comit¨¦ director del PS se oponen. En febrero Mitterrand lleg¨® a amenazar con la expulsi¨®n a los dirigentes socialistas que no siguiesen la ?l¨ªnea nacional? del partido en esa materia. El pasado viernes 10, el comit¨¦ expres¨® su ?asombro? ante el hecho, de que las federaciones del Hautes-Alpes y Meurthe y Mosela, donde la izquierda triunf¨® en las ¨²ltimas cantonales, hayan suplantado a las secciones de base, al decretar, a priori, la formaci¨®n de listas comunes desde la primera vuelta del escrutinio. Esto supone -dictaminaron los jefes socialistas- una interpretaci¨®n falsa del acuerdo nacional (con el PC), contraria a las pr¨¢cticas democr¨¢ticas del PS. El CERES, minor¨ªa del partido, no vot¨® ese texto, pero la plana mayor del PC encaj¨® el golpe sin rechistar. No obstante, al d¨ªa siguiente, Mitterrand volvi¨® a la carga al reafirmar ?el protagonismo del socialismo en la Uni¨®n?; a su vez, el comit¨¦ dio a conocer una resoluci¨®n sobre la acci¨®n conjunta con el PC en la que se recalc¨® que ?la noci¨®n de b¨²squeda del mejor convenio posible excluye el automatismo y prohibe toda decisi¨®n previa a la consulta de base?. En pocas palabras: el PS acepta la compa?¨ªa del PC en las elecciones, pero no en el poder o, si se quiere, no en todos los estamentos del poder.
Sin embargo, el domingo, durante la Fiesta de la Humanidad organizada en Par¨ªs por el Partido Comunista, el se?or Marchais sugiri¨® que de todas formas el PC es ahora, m¨¢s que nunca, el campe¨®n de la unidad, mientras el se?or Leroy recib¨ªa con una efusividad sin precedentes a los socialistas Bertgovog y Sainte-Marie, a quienes se les ofreci¨® una intervenci¨®n destacada en la ?fiesta?. La reacci¨®n del comit¨¦ comunista de Dordogne, que el 29 de agosto ?deplor¨®? -por instrucciones precisas de Leroy- el ?exclusivismo? de Mitterrand, ya hab¨ªa sido olvidada. Para corresponder a esos signos de amistad, el PS, preocupado tambi¨¦n -aunque no tanto como el PC- ante las ?maniobras? del se?or Giscard d'?staing, dio su visto bueno a la propuesta comunista de reunir pr¨®ximamente al comit¨¦ de coordinaci¨®n de la izquierda, y el mismo domingo, en la Courneuve, Beregovog y Piterman se entrevistaron para preparar la conferencia. Aparentemente, el ?principio de acci¨®n com¨²n?, establecido en el acuerdo del 28 de junio, ha cobrado nueva vida. Por algo el se?or Marchais dijo con satisfacci¨®n en la ¨²ltima reuni¨®n del comit¨¦ central del PC que ?ya no es cuesti¨®n de esperar de brazos cruzados las legislativas del 78?. La ?vieja cuesti¨®n?, a la que m¨¢s de una vez se refiri¨® con amargura el l¨ªder comunista, ya no es cuesti¨®n. .
La actitud conciliadora de Marchais y la ?dura amistad? de Mitterrand no deben sorprender. Si se observan algunos resultados de las cantonales, como los de Vauclause (Avignon Norte) -3.264 votos para la mayor¨ªa presidencial, 1.8 19 para el PS y, 877 para el PC- se comprende que la crisis de la derecha, que ahora busca ser centro izquierda, no es tan absoluta como asegura la izquierda. La Uni¨®n, pues, tiene que ?unir la desuni¨®n?, como piensa Marchais, o ?desunirse en la unidad?, como probablemente piensa Mitterrand; pero en cualquier caso ha de hacer algo m¨¢s y m¨¢s contundente -y eso es lo que hoy proyectan quiz¨¢s el PS y el PC- que esperar el paso del ?cad¨¢ver? de Giscard a la puerta del El¨ªseo.
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