Renau y la Bienal de Venecia

Acabo de leer el art¨ªculo aparecido ,en la edici¨®n del 15-9-76 y le agradezco el espacio que en ella me dedica; con el ruego de hacer extensiva mi gratitud al autor del art¨ªculo, Jaime Millas.Mas, dada la extensi¨®n y prolijidad que mi conversaci¨®n con ¨¦l tuvo, es natural que a la hora de sintetizarla para su publicaci¨®n se hayan producido ciertas imprecisiones por lo cual el objeto de estas l¨ªneas es el de aportar una rectificaci¨®n y dos aclaraciones a puntos que considero importantes.

En lo que se refiere a la rectificaci¨®n, a prop¨®sito de la Bienal de Venecia, la palabra ?Secuestro? aplicada a una parte de mi env¨ªo no ha salido jam¨¢s de mi boca, por la simple raz¨®n de que unas semanas antes de dicha exposici¨®n uno de los miembros del comit¨¦ organizador me propuso que, dada la carencia de espacio, convendr¨ªa exponer solamente mi ciclo de fotomontajes ?The American Way of Life?, a lo cual acced¨ª. Lo que s¨ª dije es que en Venecia s¨®lo hay expuestas la mitad de las obras (64 aproximadamente) de mi env¨ªo, quedando el resto debidamente guardado en los dep¨®sitos de la instituci¨®n.

En cuanto a las aclaraciones, la primera consiste en que, si bien es cierta la cantidad de 19.000 marcos que tuve de p¨¦rdidas, la cosa resulta incoherente sin a?adir que ni la direcci¨®n de la Bienal ni la comisi¨®n organizadora de la Mostra Spagnola tienen la menor responsabilidad en ello, que se debi¨®, por una parte, a un malentendido en cuanto al espacio disponible y, por otra, a mi falta de experiencia y preparaci¨®n en materia de exposiciones, puesto que en el transcurso de m¨¢s de siete meses tuve que buscar y reunir un conjunto de 126 obras desde el a?o de 1936 hasta la fecha, la inmensa mayor¨ªa de las cuales estaban en tal mal estado que me toc¨® restaurarlas y hasta rehacerlas.

Y, en fin, la segunda aclaraci¨®n se refiere al asunto de Morella: todo cuanto el se?or Millas dice es cierto, pero desgajado de sus cocorrespondientes contextos se presta a rnalentendidos, a saber: lo del ?mal gusto? lo dije con cierta iron¨ªa, refiri¨¦ndolo al punto de vista que ciertos estetas aplican a las cosas populares (y lo mismo hubiera podido ser con respecto a las Fallas de San Jos¨¦ a cualquier otro festej¨® popular). En cuanto a lo del ?surrealismo?, me interesa precisar que no hubo en ello el menor dejo despectivo, ya que yo mismo he cultivado y sigo practicando esta tendencia art¨ªstica.