Una explicaci¨®n vasca
No hace falta insistir, habida cuenta de la acuidad que ha adquirido el problema, en la importancia del estudio de los llamados nacionalismos perif¨¦ricos, aunque tambi¨¦n ser¨ªa hora de que se acometiese el estudio del nacionalismo espa?ol. El nacionalismo, por esencia, no cuestiona su propia existencia, pero aunque admitamos que los hechos diferenciales son realidades de muy larga duraci¨®n, no son realidades eternas, ni tampoco cabe asimilar hecho diferencial con naci¨®n, ni naci¨®n con unidad pol¨ªtica, aunque es notorio que la posesi¨®n del poder pol¨ªtico, a trav¨¦s de la utilizaci¨®n de los aparatos de Estado y en primer lugar de los ideol¨®gicos, es un instrumento indispensable para la consolidaci¨®n de una conciencia nacional. El problema radica en explicar c¨®mo, por qu¨¦ cu¨¢ndo, una comunidad se afirma como comunidad nacional. La explicaci¨®n es inseparable de la din¨¢mica de las clases que integran la comunidad, de sus tensiones, de sus frustraciones, de sus necesidades que miden sus solidaridades, etc.
El primer nacionalismo vasco,
Joseph Conrad.Alianza Editorial. El libro de bolsillo, n¨²m. 623. Madrid 1976.
de Juan Jos¨¦ Solazabal Echavarria Madrid, Tucar Ediciones, 1975
Coordenadas sociohist¨®ricas
Ciertamente no se puede aplicar ninguna receta, ning¨²n modelo fijo al estudio de los nacionalismos, pero s¨ª es posible afirmar que su an¨¢lisis debe abordarse desde unas coordenadas sociohist¨®ricas. Es lo que se ha hecho con el catal¨¢n, sobre todo a partir de las sugerencias de Pierre Vilar, lo que de forma sistem¨¢tica est¨¢ esperando el espa?ol acerca del que cabria apuntar que su realidad comunitaria es mucho m¨¢s moderna de lo que piensan no s¨®lo los sustentadores de la Espa?a eterna prefigurada ya en la Prehistoria, sino inclusive los que la remontan a los m¨ªticos Reyes Cat¨®licos, y lo que ha comenzado a hacerse con el vasco. A la mejor comprensi¨®n de este ¨²ltimo contribuir¨¢n, sin duda, los estudios de Historia del Pa¨ªs Vasco que han aparecido ¨²ltimamente: los de Otazu, Fern¨¢ndez de Pinedo, Fern¨¢ndez Albadalejo, etc¨¦tera.
El libro de Soloz¨¢bal tiene el m¨¦rito de abordar el estudio del primer nacionalismo vasco desde esas perspectivas sociohist¨®ricas. Por ello, acertadamente, no se ha limitado a la obra de Sabino de Arana Goiri, su primer formulador a partir de los a?os noventa del pasado siglo, sino que ha buscado explicar su g¨¦nesis en la crisis novecentista de las bases de existencia socioecon¨®micas y pol¨ªticas de la Euskalerr¨ªa tradicional, de la que el signo m¨¢s patente es la crisis foral, acelerada como consecuencia de los fen¨®menos que lleva aparejada la industrializaci¨®n vizca¨ªna del ¨²ltimo cuarto del siglo XIX. Se trata de una interpretaci¨®n que se mueve en la l¨ªnea de la expuesta por Antonio Elorza en su importante trabajo ?Sobre ideolog¨ªas y organizaci¨®n del primer nacionalismo vasco?, recogido en el volumen La crisis de fin de siglo: Ideolog¨ªa y literatura (Ariel. Barcelona, 1975). De acuerdo con ese esquema interpretativo. Soloz¨¢bal, despu¨¦s de un primer cap¨ªtulo en que se delimitan los conceptos de naci¨®n y nacionalismo, analizar¨¢ pormenorizadamente en los sucesivos el proceso de industrializaci¨®n vizca¨ªno del ¨²ltimo cuarto del siglo XIX y sus consecuencias demogr¨¢ficas, que estar en el eligen de lo que Arana denomin¨® invasi¨®n maketa: la condici¨®n del proletariado vizca¨ªno y sus orientaciones; el sistema foral tradicional, los elementos internos y externos que desencadenan su crisis, y las reacciones que suscita; para acabar los lineamientos esenciales de la obra de Sabino de Arana.
Aportaci¨®n material
Nos encontramos, en resumen, en presencia de una importante aportaci¨®n de materiales que ayudan a enmarcar debidamente el primer nacionalismo vasco, aun que dichos materiales no est¨¦n siempre depurados a efectos de su sistematizaci¨®n y se acompa?an de una interpretaci¨®n que, si correcta, en ocasiones roza el moralismo y peca de ambigua, como acontece con el recurso al socorrido t¨¦rmino de ?modernizaci¨®n?, puesto de moda por ciertas corrientes de la ciencia pol¨ªtica para rehuir el empleo de t¨¦rminos de resonancias marxistas. Por otro lado, puestos a contrastar la ideolog¨ªa nacionalista con la obrerista, hubiese debido aludirse a la ideolog¨ªa espa?olista de la burgues¨ªa monopolista vizca¨ªna, con lo que al mismo tiempo hubiese quedado m¨¢s clara la base social del primer nacionalismo vasco.
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