Andreotti consult¨® con los comunistas las medidas econ¨®micas
A prop¨®sito de las medidas econ¨®micas adoptadas el viernes por el Gobierno, el Partido Comunista Italiano le ha ense?ado al ?premier? Giulio Andreotti ?la zarpa de la oposici¨®n?, esa zarpa que Berlinguer, al prometer la abstenci¨®n o ?no-desconfianza? a su Gobierno, le hab¨ªa dicho que manten¨ªa escondida, al acecho.Al acentuarse repentinamente la crisis monetaria se perfil¨® d¨ªas pasados una crisis pol¨ªtica de graves consecuencias. Sin embargo, no ha sido as¨ª, el discurso de Andreotti al pa¨ªs y los comentarios que ha suscitado, no revelan m¨¢s que el salto de calidad que est¨¢ viviendo la democracia italiana se est¨¢ efectuando sin rupturas, poniendo en todo caso de relieve el papel central que en una democracia tiene que jugar el Parlamento.
La misma tarde del viernes, antes de dirigirse al pa¨ªs, Andreotti consult¨® con el presidente de la Rep¨²blica.
Tanto Andreotti como la Democracia Cristiana no quer¨ªan negociar con los comunistas directamente, pero la realidad demostr¨® que su consulta fue al menos necesaria. Finalmente, Andreotti habl¨® con los expertos del PCI, los diputados Luciano Barca y Giorgio Napolitano. La reuni¨®n ha sido producto, sin duda, de la gravitaci¨®n actual del PC en el Parlamento, y en muchas empresas paraestatales.
No se trata, seg¨²n dijo el mismo Andreotti, de condescender con los adversarios, sino de educar al pa¨ªs en la aut¨¦ntica democracia, ?salvaguard¨¢ndola del riesgo de f¨¢ciles usurpaciones dictatoriales de cualquier tipo?.
Esta es la ¨²nica y real lecci¨®n de la crisis pol¨ªtica, sin que cambie sustancialmente el cuadro general. Los partidos menores siguen despistados, o sin saber a qu¨¦ santo acogerse. Los socialdemocr¨¢ticos a duras penas han elegido secretario a Luigi Romita contra el veto del viejo l¨ªder fundador, Giuseppe Saragat. El republicano Ugo la Malfa amenaza con pasar a la oposici¨®n, pero luego lo desmiente, y promete juzgar caso por caso. Entre los socialistas, el secretario Bettino Craxi se defiende de la contraofensiva del derrotado Francesco de Martino y trata de buscarse un ?eurosocialismo? que s¨®lo las elecciones alemanas podr¨¢n acreditar.
Entretanto, los sindicatos duramente criticados por el l¨ªder comunista Giorgio Am¨¦ndola, est¨¢n preocupados por el crecimiento de la influencia de los sindicatos aut¨®nomos, y entre los comunistas Am¨¦ndola quiere ir enseguida al poder, mientras Berlinguer,que sabe que Italia tiene necesidad de la ayuda econ¨®mica que Ford acaba de prometer al ministro de Exteriores Forlani, no tiene prisa para el ?compromiso hist¨®rico?, ni tampoco para derrocar, directa o indirectamente, el Gabinete de Andreotti.
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