Transkei ha dejado de ser parte de la Rep¨²blica Sudafricana
Transkei ha dejado de ser, a partir de la medianoche de ayer, parte integrante de la Rep¨²blica Sudafricana en un Estado soberano para el que no hubo mensajes de saludo de Organismos internacionales, ni estuvieron presentes delegaciones Oficiales de otros pa¨ªses, salvo Sud¨¢frica?sta independencia, decretada por Sud¨¢frica, no ha sido reconocida por la comunidad internacional y es repudiada por los distintos movimientos nacionalistas
Un Gobierno va a descolonizar a una regi¨®n que nunca ha sido su colonia, obligando a su pueblo a aceptar una independencia que nunca ha reclamado y una nacionalidad que no desea, todo ello a sabiendas que no va a ser reconocida por ning¨²n pa¨ªs del: mundo. Con el resultado final de que sus habitantes van a ser considerados como transkeianos por los sudafricanos y como sudafricanos por el resto del mundo, es decir, extranjeros en Sud¨¢frica y no existentes en el extranjero.La independencia del Transkei no es sino un paso m¨¢s dentro de la pol¨ªtica del apartheid desarrollada progresivamente por el Partido Nacionalista en el poder desde 1948. Una de las bases de esta pol¨ªtica ha sido el establecimiento de homelands o reservas para cada grupo ¨¦tnico africano. Con este fin se ha llevado a cabo un reparto del territorio sudafricano que ha consistido en la concesi¨®n graciosa, a los negros, que representan el 75 % de la poblaci¨®n, del 13 % del territorio, mientras que los blancos se han quedado con el 87 % restante. Pero esto no es todo, el 13 % se ha dividido a su vez en diez reservas. Esta balkanizaci¨®n se debe a dos motivos: de un lado ha sido imposible encontrar la suficiente cantidad de tierras erosionadas y pobres como para formar unitariamente cada reserva de acuerdo con la extensi¨®n requerida, por lo que ha sido necesario saltar de una llanura pelada, por encima de un valle f¨¦rtil (blanco), a una monta?a escarpada, para poder continuar la delimitaci¨®n de la reserva. De otro lado conven¨ªa que hubiera una reserva o un fragmento de ella cerca de cada zona industrial.
Esta pol¨ªtica tiene tres fines primordiales, interrelacionados entre s¨ª, uno econ¨®mico, otro pol¨ªtico y otro estrat¨¦gico.
Econom¨ªa, pol¨ªtica y estrategia
Desde el punto de vista econ¨®mico, se consigue una mayor explotaci¨®n de la mano de obra, al tiempo que se reducen los costos de vivienda, urbanizaci¨®n, servicios y seguridad social. Las reservas se convierten en despensas de mano de obra barata de las que se extraen j¨®venes fuertes para trabajar en las industrias blancas como emigrantes, a la que se devuelven una vez que no se necesitan, no sirven o son viejos. Estas reservas, totalmente inviables y dependientes, son mantenidas al nivel m¨ªnimo de subsistencia para que cumplan exclusivamente su tarea principal, la de reproducir la mano de obra barata necesaria. -El Gobierno sudafricano se ocupa de que, en las reservas, los j¨®venes adquieran la especializaci¨®n t¨¦cnica suficiente para que puedan trabajar productivamente en las zonas blancas.En el plano pol¨ªtico, se consigue que ning¨²n africano pueda tener derecho al voto, o ejercer cualquier actividad pol¨ªtica o sindical en la zona blanca, puesto que pertenece a otro pa¨ªs; as¨ª se soslaya el actual problema de representaci¨®n pol¨ªtica de los negros.
Por ¨²ltimo, desde el lado estrat¨¦gico, se evitan nuevos disturbios como los recientes de Alexandra o Soweto. Las grandes acumulaciones de proletariado negro cerca de las ciudades, aunque est¨¦n limitadas a ghetos lejanos y bien controlados, han resultado muy peligrosas. Es preferible que los negros no se asienten con sus familias en los ghetos de las zonas urbanas blancas, sino que acudan en r¨¦gimen de emigrantes, solos, y se les aloje en hostels (especie de c¨¢rceles-residencias supercontroladas) en las zonas urbanas, o en compounds (especie de campos de concentraci¨®n, con sus alambradas y todo) a bocamina o en las explotaciones agr¨ªcolas.
La renta nacional de Transkei si compone en un 70 % de remesas de emigrantes y la renta per c¨¢pita no ha alcanzado los 80 d¨®lares. El presupuesto, en un 80% consiste en subvenciones del Gobierno sudafricano que las dedica en buena parte a mantener su control pol¨ªtico sobre el territorio. Dado que s¨®lo el 2,6 de la poblaci¨®n es urbana, el control se ejerce a trav¨¦s de los jefes de las tribus. Estos reciben un sueldo del Estado sudafricano, y cuando no obedecen las directrices del Gob¨ªerno se les quita la jefatura y el sueldo.
Las elecciones, que siempre ha ganado Kaiser Matanzima, contra algunos de sus oponentes en la c¨¢rcel, aparte de estar manipuladas y afectar a un 50 % del Bunga, o parlamento (el resto se nombra directamente), han mostrado en su ¨²ltima edici¨®n, un 66 % de abstencinismo. El nuevo presidente se ha ganado como regalo: una residencia de tres millones de d¨®lares.
Matanzima y Vorster est¨¢n de acuerde, en casi todo. Ya se han firmado 49 tratados que aseguran la total dependencia del Transkei respecto de Pretoria en los campos militar, policial monetario, econ¨®mico y judicial.
Sin embargo, existe un punto importante de fricci¨®n que a¨²n no se sabe qu¨¦ soluci¨®n tendr¨¢. Matanzima se niega a aceptar que al casi mill¨®n y medio de xhosas que viven fuera de sus fronteras se les considere, como de nacional¨ªdad transke¨ªana.
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