No estamos en el Oeste
UN MUCHACHO de diecinueve a?os lucha con la vida desde la madrugada del domingo despu¨¦s de que un sereno de su pueblo le disparara dos tiros. El delito por el que tan gravemente paga hoy el herido era hacer una pintada contra el alcalde de la localidad.Si tal abuso de autoridad nos parece en cualquier caso un hecho grave que debe ser denunciado, tanto m¨¢s ha de ponerse de relieve cuanto que desde hace semanas numerosos vecinos del pueblo vienen quej¨¢ndose del proceder municipal, y muy especialmente del de los serenos de Robledo, a los que acusan de haber implantado una especie de ley del terror entre la poblaci¨®n. Las denuncias se extienden hasta la responsabilidad por la muerte de un hombre, que sufri¨® una paliza por parte de los propios seerenos, hecho por el que se ha presentado una querella por homicidio que ha sido admitida a tr¨¢mite. Un informe forense obra tambi¨¦n en manos del juez de San Lorenzo del Escorial.
Cuando este peri¨®dico se hizo eco de lo que suced¨ªa en Robledo de Chavela (ver EL PA?S de 3, 6 y 20 de octubre) las consabidas acusaciones contra numerosos redactores de proferir calumnias y crear infundios fueron la ¨²nica respuesta de la autoridad. Pero los vecinos que protestaban contra el alcalde vinieron a nuestro peri¨®dico, dieron sus nombres y permitiron que se publicara su fotograf¨ªa. Ahora nos va a explicar el se?or alcalde de Robledo de Chavela qu¨¦ investigaciones sobre el proceder de sus serenos realiz¨® despu¨¦s de los de los reportajes que EL PAIS public¨®, qu¨¦ expedientes administrativos fueron abiertos, qu¨¦ beneficio de inter¨¦s (siquiera el de la duda) concedi¨® a las informaciones que la prensa hac¨ªa y cu¨¢nto de su tiempo malgastado en combatir a ¨¦sta lo ha usado en poner en su comundidad.
La vida de un hombre no es nunca an¨¦cdota. En el caso que nos ocupa un joven lucha contra una muerte est¨²pida. Hoy decimos que la pintada del s¨¢bado se pudo evitar si el pueblo hubiera visto antes atendidos sus derechos. Y se pudieron evitar, desde luego, los disparos si los serenos, acusados tan p¨²blicamente por los vecinos de la localidad, hubieran recibido alguna amonestaci¨®n siquiera sobre el modo de emplear las armas de fuego. Ahora s¨®lo nos queda solicitar que se haga justicia. Al fin y al cabo, no estamos en el Oeste.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.