Los laboristas a¨²n no consiguieron someter a los lores
Los laboristas brit¨¢nicos ganaron en la noche del lunes una batalla importante contra la oposici¨®n conservadora, pero todav¨ªa no han vencido a los lores, cuyo poder de veto puede retrasar indefinidamente la legislaci¨®n que se discute ahora en el Parlamento.
El Gobierno puede hacer uso de las atribuciones que tiene y retirarle a la alta c¨¢mara ese poder de veto que conserva, para evitar que esta situaci¨®n se prolongue. Pero el procedimiento a seguir es bastante complicado y arruinar¨ªa por completo las ya dif¨ªciles relaciones que existen entre los comunes laboristas y los lores, cuyo comportamiento es notoriamente conservador.Michael Foot, l¨ªder de la c¨¢mara baja y uno de los representantes de la izquierda gubernamental, no cree que los lores sigan impidiendo la tarea del gabinete de Callaghan. Si fuera as¨ª, el propio primer ministro advirti¨® hace dos semanas que podr¨ªa poner en marcha una tarea de reforma constitucional que acabar¨¢ de una vez con la presencia de la c¨¢mara de los lores en el mundo parlamentario brit¨¢nico.
El Gobierno ha logrado limitar el tiempo de discusi¨®n que se le concede a los Comunes para discutir cinco leyes, una de las cuales, la de nacionalizaci¨®n de las industrias de construcci¨®n naval y aeron¨¢utica, es considerada vital de cara al cumplimiento del programa electoral de la actual administraci¨®n. Una vez aprobadas esas leyes por los Comunes, sobre la base de las enmiendas introducidas por los lores, ¨¦stos se siguen reservando el derecho de veto. Si lo ejercen, Callaghan se encontrar¨ªa con que su a?o legislativo ha sido pr¨¢cticamente nulo, porque la nueva sesi¨®n parlamentaria se abre el 24 de noviembre.
El conflicto constitucional entre el Gobierno y los lores puede ser de primera magnitud, sobre todo si se tiene en cuenta que los representantes de la c¨¢mara alta, a los que se reprocha su car¨¢cter de parlamentarios nombrados ?a dedo?, no parecen demasiado perturbados por las amenazas de James Callaghan.
En estas circunstancias, el Gobierno no se muestra excesivamente preocupado por su exigua mayor¨ªa parlamentaria, disminuida despu¨¦s de las dos derrotas en las elecciones de la semana pasada. Callaghan tiene seguros los votos de los partidos que te¨®ricamente pertenecen a la oposici¨®n, como los liberales y los nacionalistas escoceses, que no est¨¢n dispuestos en este momento a seguir ning¨²n intento conservador para derrotar al Gobierno en una votaci¨®n de confianza y forzar as¨ª unas elecciones generales; los liberales, porque su imagen popular est¨¢ muy da?ada despu¨¦s de los esc¨¢ndalos de los que han sido protagonistas, y los nacionalistas escoceses, porque est¨¢n seguros de que una administraci¨®n conservadora no se esforzar¨ªa tanto como la laborista por introducir la ley de devoluci¨®n de poderes parlamentarios para Escocia y Gales, que va a debatirse en la sesi¨®n inmediata de los Comunes.
Lo que realmente le preocupa al Gobierno es la imposibilidad de legislar, a pesar de todas las estratagemas que ha usado hasta el momento, y entre las que se incluye el procedimiento de urgencia que ha conseguido aplicar a los debates que tienen lugar estos d¨ªas en el parlamento.
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