Las elecciones municipales, primer "test" democr¨¢tico en Marruecos
A diferencia de 1970, fecha de las anteriores elecciones municipales en Marruecos (que fueron boicoteadas por las principales organizaciones pol¨ªticas), todos los partidos, a excepci¨®n de la Uni¨®n Nacional de Fuerzas Populares (UNFP), de tendencia izquierda moderada, han aceptado la posibilidad democr¨¢tica de los comicios que se celebrar¨¢n el pr¨®ximo d¨ªa 12.
Despu¨¦s de la revisi¨®n minuciosa de los censos electorales, cinco millones de votantes elegir¨¢n ese d¨ªa 13.000 representantes en los distintos organismos comunales. Para cubrir estos puestos se presentan alrededor de 40.000 candidatos, de los que 20.000, lo hacen con la etiqueta pol¨ªtica de independientes, aunque los observadores se?alan que se trata de partidarios de la actual Administraci¨®n marroqu¨ª.A todos los niveles se destaca la especial importancia de estas elecciones. Y no porque supongan una oportunidad para los partidos de acaparar puestos en la Administraci¨®n local, sino por lo que significan de ?test? democr¨¢tico. Los l¨ªderes de las m¨¢s importantes agrupaciones de la oposici¨®n coinciden en que las elecciones del d¨ªa 12, si se desarrollan con limpieza, abrir¨¢n el camino definitivo hacia la democracia aut¨¦ntica y hacia reformas pol¨ªticas y sociales, que el pa¨ªs necesita desde hace tiempo.
Sahara
El rey Hassan II parece estar persuadido de que las libertades democr¨¢ticas no suponen un peligro para la monarqu¨ªa que representa. En esta convicci¨®n juega un importante papel el s¨®lido prestigio conseguido por el soberano marroqu¨ª hace ahora un a?o, con la soluci¨®n del problema del Sahara. En aquella ocasi¨®n todos sus s¨²bditos, sin distinci¨®n de ideolog¨ªas pol¨ªticas, acudieron a la llamada real de la marcha verde sobre el entonces Sahara espa?ol. El rey de Marruecos obtiene ahora una alta rentabilidad de aquella operaci¨®n pol¨ªtica, resuelta tan favorablemente para los intereses del trono. De tal manera que, aunque las cr¨ªticas contra el r¨¦gimen son duras y permanentes, hay una base inicial de acuerdo en el respeto hacia la monarqu¨ªa como forma de Estado, y de credibilidad hac¨ªa los deseos democr¨¢ticos de Hassan II.Sobre el resultado de estas elecciones nadie aventura pron¨®stico. Ninguna de las fuerzas pol¨ªticas del pa¨ªs ha basado su estrategia electoral, que estos d¨ªas llega a su climas, en el acaparamiento de puestos. Los programas de los partidos, desde el conservador Istiqlal, hasta el comunista PSP (Partido del Progreso y del Socialismo), tienen objetivos comunes: nacionalizaci¨®n de la banca y de los sectores b¨¢sicos de la producci¨®n, impulso de la reforma cultural, liberaci¨®n de la mujer, severidad contra la corrupci¨®n. Los partidos esperan a los dos siguientes pasos electorales para desarrollar todo su poder de convocatoria.
Estas elecciones municipales son, en efecto, el primer acto de una serie de tres que, de aqu¨ª a mediados de 1977, desembocar¨¢n en la elecci¨®n de una Asamblea legislativa a la que se conferir¨¢ el encargo de reformar la actual Constituci¨®n. Despu¨¦s de estos comicios comunales, que coincidir¨¢n con una serie de reformas administrativas, encaminadas a dotar de m¨¢s poderes a los municipios, habr¨¢ elecciones en colegios profesionales y entidades corporativas, de las que se pasar¨¢ a las legislativas para la Asamblea constituyente.
Una comisi¨®n nacional, que encabeza el propio rey Hassan II, preside el primer ministro Ossman y en la que forman parte todos los grupos pol¨ªticos del pa¨ªs, vigilar¨¢ el proceso electoral. La comisi¨®n se ha reunido todas las semanas desde la convocatoria de los comicios. Los partidos no pudieron conseguir, a trav¨¦s de esta comisi¨®n, que se rebajase la mayor¨ªa de edad legal de los votantes de veintiuno a dieciocho a?os; en contrapartida, el Gobierno se ha abstenido de utilizar los grandes medios oficiales de difusi¨®n, radio y televisi¨®n, como veh¨ªculos de propaganda electoral.
Los deseos de cambio son reales en el pueblo marroqu¨ª. La corona lo sabe. Con el permanente problema de Argelia al fondo, Hassan II necesita dar r¨¢pidos pasos para resolver los problemas sociales y pol¨ªticos que Marruecos padece y asegurar as¨ª la estabilidad del trono. En este sentido y resultados aparte, las elecciones municipales del pr¨®ximo d¨ªa 12 son un avance importante.
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