Aumenta la aplicaci¨®n de la "Iey de fugas" a los presos pol¨ªticos
Con la aplicaci¨®n de la ?ley de fugas?, la Junta militar que gobierna Argentina est¨¢ llevando a cabo la progresiva eliminaci¨®n de los presos pol¨ªticos. Al menos as¨ª lo se?ala un documento recientemente elaborado por la Uni¨®n de Familiares de Presos Pol¨ªticos de la ciudad de C¨®rdoba. El testimonio expone, a lo largo de nueve folios, m¨¢s de quince casos en los que se aplic¨® la ?ley de fugas?. Se trata de un simple fusilamiento, tras el cual los comunicados oficiales informan sobre un ?frustrado intento de evasi¨®n?.La ?ley de fugas?, aplicada en Argentina desde la d¨¦cada del 30, alcanz¨® su mayor notoriedad con la denominada ?masacre de TreIew? en 1972, cuando diecis¨¦is guerrilleros fueron ejecutados en la base naval Almirante Zar. Las explicaciones resultan ahora menos veros¨ªmiles que nunca, ya que a nadie se le ocurrir¨ªa fugarse de los superblindados camiones celulares en los que son trasladados los presos. En esos veh¨ªculos el detenido viaja esposado de pies y manos, y encerrado en una celdilla individual donde apenas puede mantenerse de pie. No obstante, los partes oficiales del Gobierno militar insisten en los ?intentos de fuga? de los presos pol¨ªticos, precisamente en el momento en que son trasladados en camiones celulares.
En el mes de mayo pasado un comunicado de la jefatura del III Cuerpo de Ej¨¦rcito con asiento en C¨®rdoba, bajo las ¨®rdenes del general Benjam¨ªn Men¨¦ndez, daba cuenta de la muerte de Miguel Angel Moss¨¦, Jos¨¦ Alberto Svagusa, Eduardo Alberto Hern¨¢ndez, Luis Ricardo Ver¨®n, Luis Alberto Young y Diana Beatriz Fidelman, todos ellos muertos tras un ?intento de fuga? mientras eran ?trasladados desde la c¨¢rcel penitenciaria al Departamento de Informaciones Policiales?. Con posterioridad a este hecho, los detenidos en la c¨¢rcel penitenciaria de C¨®rdoba enviaron una carta a monse?or Primatesta, m¨¢xima autoridad de la di¨®cesis de esa provincia. Uno de los p¨¢rrafos del texto indica: ?Son siete los presos de esta c¨¢rcel que han sido asesinados: Bartoli, Moss¨¦, Young, Svagusa, Hern¨¢ndez, Ver¨®n y Fidelman... Al primero de ellos lo trasladaron a la Divisi¨®n de Informaciones Policiales, en donde fue asesinado... De estos siete, los seis restantes fueron sacados del pabell¨®n bajo la promesa de que se los llevaban a la enfermer¨ªa, cuando en realidad fueron salvajemente fusilados.? En otra parte se indica: ?Las torturas a que fueron sometidos por personal militar a cargo de esta prisi¨®n, trajo como consecuencia que el detenido Balustra est¨¦ internado con hemiplej¨ªa, y Sgandurra con fracturas y numerosos hematomas. A otro detenido le fue atravesado el ri?¨®n de un bayonetazo ...?.
Conclusi¨®n: la carta de los presos a monse?or Primatesta agrega otro nombre a la lista de muertos que no figura en los comunicados oficiales, el de Bartoli, citado antes en primer lugar. Adem¨¢s contradice la informaci¨®n acerca del ardid montado para fusilar a los seis restantes. Tambi¨¦n aparece otro nombre, el de Sgandurra, que, como veremos, tendr¨¢ significativa importancia.
A fines de mayo un nuevo comunicado del III Cuerpo de Ej¨¦rcito insiste con el argumento de la ?evasi¨®n?. Esta vez son dos los ejecutados: Jos¨¦ Angel Pucheta y Carlos Alberto Sgandurra, este ¨²ltimo no es otro que el mismo que aparece citado en la carta de los presos a monse?or Primatesta. Resulta improbable que con fracturas y hematomas diversos, Sgandurra haya intentado la fuga.
En el mes de julio el esquema se repite. Los nombres de Marta Rossetti Arqueola y Jos¨¦ Cristi¨¢n Funes se incorporan a la lista de los ?fugados?. La informaci¨®n del Gobierno militar vuelve sobre el mismo argumento. El caso de la se?ora de Arqueola resulta llamativo: primero es torturada en la Divisi¨®n de Informaciones donde descubre una inscripci¨®n en la pared hecha con una u?a: ?Jorge Chabrol, me van a matar?. M¨¢s tarde denuncia el descubrimiento y al fin resulta muerta en un ?intento de fuga?. De Jorge Chabrol nada se sabe hasta el d¨ªa de hoy.
Aumentan los muertos
Tambi¨¦n en julio, seg¨²n informaciones militares, aumenta la n¨®mina de los sentenciados con la muerte de Ra¨²l Augusto Bauducco. Esta vez var¨ªa la excusa: Bauducco intent¨® arrebatarle el arma a un guardia y fue muerto en el forcejeo, es decir, fue muerto en el interior de la c¨¢rcel. Semejante hip¨®tesis resulta un tanto extra?a, ya que las ventanas del pabell¨®n de presos pol¨ªticos se hallan totalmente tapiadas y en su interior la oscuridad exige moverse a tientas.En agosto vuelven a repetirse las ?fugas? de otros tres presos pol¨ªticos: Gustavo Adolfo de Breuil, Higinio Arnaldo Toranzo y Hugo Vaca Narvaja.
El caso de Vaca Narvaja es significativo. Su familia est¨¢ exiliada en M¨¦xico, tras la detenci¨®n y posterior desaparici¨®n de Hugo Vaca Narvaja, (padre), ex ministro del Interior del Gobierno de Arturo Frondizi. La familia Vaca Narvaja, desde M¨¦xico, inici¨® gestiones ante Kurt Waldheim, secretario general de las Naciones Unidas, denunciando, precisamente, la aplicaci¨®n de la ?ley de fugas? en las c¨¢rceles argentinas. La carta enviada a la m¨¢xima autoridad de la ONU est¨¢ fechada el 3 de agosto, y la muerte de Hugo Vaca Narvaja (hijo) -por ?fuga?- se descubre en un parte militar del 13 de agosto, apena diez d¨ªas despu¨¦s.
El 22 de agosto las ?fugas? cobran dos nuevas v¨ªctimas: Daniel Tramontini y Liliana P¨¢ez de Rinaldi. En este caso existe una flagrante contradicci¨®n que los redactores de los comunicados oficiales a¨²n no han aclarado. Liliana P¨¢ez de Rinaldi -seg¨²n la informaci¨®n- parece que intent¨® ?fugarse? el 22 de agosto, y, claro, apareci¨® muerta. ?Pero c¨®mo es posible que el 24 de agosto, es decir, 48 horas m¨¢s tarde, figure en una lista de detenidos en ?prisi¨®n preventiva??
Mientras el preso Jos¨¦ Francisco P¨¢ez, ex candidato a vicepresidente de la Rep¨²blica argentina por el Partido Socialista de los Trabajadores, lograba enviar una nota al exterior de la c¨¢rcel en la que se?alaba la desaparici¨®n de diecinueve detenidos, las ¨²ltimas versiones arriesgaban una nueva hip¨®tesis: se tratar¨ªa ahora de organizar una ?fuga masiva? de la penitenciar¨ªa de C¨®rdoba.
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