El cielo azul
El ¨²ltimo maudit franc¨¦s titul¨® as¨ª una novela que ocurr¨ªa en Espa?a: El azul del cielo. Hasta los genios y los malditos incurren en el t¨®pico espa?ol. Por ejemplo, don Santiago Carrillo, seg¨²n ha contado este periodico:Lo que mas me ha impresionado en la vuelta a Madrid es el. azul del cielo. No comprendo c¨®mo me han privado de ¨¦l durante tanto tiempo.
Y eso que Carrillo mira el cielo con gafas negras, para no ser reconocido.
Estamos en mitad de la pol¨¦mica. Que si los comunistas son dem¨®cratas o totalitarios. Y de pronto sale un comunista -el baranda- y se emociona con el azul del cielo madrile?o, pese a la contaminaci¨®n ideol¨®gica que le ha echado Arespacochaga.
Va a resultar que los rojos tambi¨¦n son unos sentimentales -dice el parado, al cual le est¨¢ radicalizando mucho la lectura de don Cristino Martos. Aunque no s¨¦ exactamente qui¨¦n era don Cristino Martos ni si alguna vez escribi¨® algo. Pero algo escribir¨ªa, cuando le pusieron una plaza.
Un d¨ªa hice una cr¨®nica sobre la corbata de seda de Carrillo. No quiero mitificar a este s?or ni a ning¨²n se?or. Yo s¨®lo mitifico se?oritas, novias que he tenido y novias que no he tenido, como Nadiuska, ay. Pero uno, como es un l¨ªrico reprimido (L¨®pez Bravo que dec¨ªa que era un liberal reprimido, vi peor para ¨¦l), uno, digo, mas que con las declaraciones pol¨ªticas de Carrillo, se conmueve con este es canto sobrio al cielo azul de Madrid.
- Pero el marxismo es una cr¨ªtica del cielo -me recuerda el parado.
Esto no creo que lo haya le¨ªdo en rx don Cristino Martos. Siempre venimos a los exiliados pol¨ªticos e ideol¨®gicos como exiliados de la que tierra patria, c¨®mo desterrados, que ya la misma palabra lo dice, si te fijas. Pero yo ahora empiezo a mi verles como exiliados del cielo patrio, como descielados.
Osea, que los vencedores de todas las guerras civiles espa?olas, no de s¨®lo se han quedado con la tierra de es Espa?a, sino, lo que es m¨¢s grave, tambi¨¦n se han quedado con el cielo. Me lo dec¨ªa la otra noche Jes¨²s Izcaray:
La derecha se cree que Espa?a aes una finca de su propiedad.
Y el cielo deben creer que es un da balneario de su propiedad. Un de Palmar de Troya para ellos solos, con obispos videntes y cardenales Segura.
El s¨¢bado almorc¨¦ con Sandok¨¢n. aue es un actor hind¨², simp¨¢tico, bello e inteligente. Est¨¢ fisicanienteentre Jesucristo y Je sucristo Superstar. Me preguntaba el porqu¨¦ de las guerras civiles es pa?olas. Nos metimos en un rollo hist¨®rico- metaf¨ªsico. Menos mal que su novia, una bella actriz hind¨² que ten¨ªa cistitis, cambi¨® de conversaci¨®n. Pero yo s¨¦ que Sandok¨¢n se lleva en sus ojos azules y verdes el azul y el verde del cielo espa?ol, sin entender muy bien por qu¨¦ bajo este cielo ¨²nico y en paz los espa?oles se matan entre las arcadas de los siglos.
-Pues mira, Sandok¨¢n, macho, por lo mismo que t¨² luchaste contra-los ingleses en las riberas hind¨²es del siglo XVIII. Porque quieren hacer un imperialismo del cielo. Porque ese cielo no quieren repartirlo entre todos, eucar¨ªsticamente, sino privatizarlo para sus hijos, sus nietos y sus queridas.
Se va Sandok¨¢n y viene Carrillo. Entran y salen los revolucionarios de la historia bajo el azul del cielo espa?ol, cantado por Bataille y por Winston Churchill. Lo malo de perder una guerra civil no es perder la tierra de uno,sino el cielo de uno, que de todas maneras lo tienen amueblado los vencedores con santos de pueblo, beatas canonizadas, monjas de las llagas y m¨¢rtires de la virtud, a m¨¢s de alg¨²n monse?or de Barbastro.
Me lo tiene contado alguna vez Buero Vallejo:-Yo, desde la c¨¢rcel, miraba por la ventana el azul del cielo.
Al preso pol¨ªtico le queda un paralelep¨ªpedo de cielo ideol¨®gico Y democr¨¢tico. Al exiliado, al descielado, ni eso. Comprendo la emoci¨®n de Carrillo porque es una emoci¨®n de poeta. O, sencillamente, una emoci¨®n de espa?ol.
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