El proyecto de autonom¨ªa regional divide a los partidos brit¨¢nicos
Los escoceses y galeses votar¨¢n en el pr¨®ximo oto?o sobre su futuro constitucional. La ley de Devoluci¨®n que les afecta y que ya ha sido aprobada en su segunda fase en el Parlamento de Londres, no entrar¨¢ en vigor hasta que ambas regiones no decidan s¨ª la descentralizaci¨®n que se pretende es lo que sus habitantes desean. La intenci¨®n del Gobierno de convocar un doble refer¨¦ndum demuestra la divisi¨®n que existe entre los grupos pol¨ªticos que dominan el parlamento brit¨¢nico.
Ning¨²n partido quiere cargar con la responsabilidad de aprobar de una manera definitiva e inequ¨ªvoca una legislaci¨®n cuyas consecuencias pueden ser incalculables y, de acuerdo con los temores tory, pueden incluir la desuni¨®n futura del reino. En el camino, sin embargo, la ley ha sido ya lo suficientemente controvertida como para haber destrozado la aparente unidad de un partido, el conservador.En la votaci¨®n del jueves, en la que el Gobierno gan¨® por 292 votos contra 247, Margaret Thatcher no pudo poner de acuerdo a sus miembros pata que votaran en contra del proyecto de ley. La relativa rebeld¨ªa del ex l¨ªder Edward Heath, que simplemente se abstuvo en la votaci¨®n, ha vuelto a poner de manifiesto las diferencias que existen en el seno del conservadurismo brit¨¢nico. Heaht, que fue despose¨ªdo de su cargo hace algo m¨¢s de un a?o por la se?ora Thatcher, hab¨ªa prometido de manera cautelosa a su sucesora que seguir¨ªa su l¨ªnea siempre que esto ayudara a reforzar la posici¨®n del partido. En el tema de la devoluci¨®n Heath ha encontrado una posibilidad de se?alar que su lealtad no es total. Con Heath se abstuvieron siete conservadores escoceses, m¨¢s a la izquierda que ¨¦l, incluso. Otros tres diputados tories de Escocia votaron junto con los parlamentarios que apoyaron al Gobierno.
Los conservadores, que se han opuesto a seguir la postura de su l¨ªder, que se niega por principio a considerar la validez de la ley laborista, no se han limitado a desobedecer la estrategia de los responsables de su partido, sino que hasta el momento tres de los que ocuparon puestos de responsabilidad en la tarea de decidir esa l¨ªnea han presentado su dimisi¨®n ante la se?ora Thatcher.
La ley tiene que pasar ahora por el complicado procedimiento de los comit¨¦s legislativos de los Comunes. Finalmente ser¨¢n los lores, que en los ¨²ltimos meses se han opuesto con mucha frecuencia a varias legislaciones laboristas, los que censuren o aprueben. Los dos referendums, que se convocar¨¢n por separado, ser¨¢n los que indiquen las perspectivas que hay de ver a Escocia y a Gales en un futuro inmediato con sus propios parlamentos. El Gobierno quiere que eso sea un hecho a mediados de 1978.
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