La alternativa constituyente de la izquierda
La izquierda espa?ola, desde la ilegalidad, la persecuci¨®n y las m¨¢s variadas limitaciones ha intentado explicar al pa¨ªs la falacia ?democr¨¢tica? del refer¨¦ndum si ¨¦ste no se interpretaba por el Gobierno comp un ?no? rotundo al autoritarismo. En cierto sentido, la abstenci¨®n activa pretend¨ªa obligar a los gobernantes a que, desde el d¨ªa 15, no pusieran m¨¢s trabas a las libertades p¨²blicas y a los partidos democr¨¢ticos.Coherentemente, la, izquierda extrae ahora la primera consecuencia de su testimonio democr¨¢tico: la creaci¨®n de un frente o de un pacto constituyente. Todas las limitaciones que a partir de hoy sufra la izquierda en su libre acci¨®n democr¨¢tica no tendr¨¢ otro fin objetivo que impedir en las fufutras Cortes de junio la presencia, no ya de la izquierda. sino de las ¨²nicas fuerzas partidarias de una constituci¨®n efectivamente democr¨¢tica. Veamos por qu¨¦ esto es as¨ª.
Los que han votado s¨ª a la reforma Su¨¢rez han sido -junto a la masa inerte, conformista y ?sensata?- una minor¨ªa de dem¨®cratas posibilistas (surgidos de los partidos de ?centro-izquierda? propugnadores de la inhibici¨®n) y una mayor¨ªa relativa de franquistas que han entendido el gui?o de complicidad lanzando desde las Cortes. Los del s¨ª quieren. indudablemente la reforma pol¨ªtica del franquismo no forzosamente la democracia. El mismo slog¨¢n oficial de que el pueblo deb¨ªa hablar en el refer¨¦ndum sin hacer caso de quienes pretenden ser sus intermediarios era una curiosa y contradictoria conden¨¢de los partidos pol¨ªticos democr¨¢ticos.
Los grupos de centro y de centro-izquierd¨¢ responden unos intereses sociales y econ¨®micos que les liga objetivamente aI sistema general que han defendido los franquistas. Por eso estar¨ªan bien dispuestos a pactar una serie de reformas constitucionales democratizadoras con ellos en vez de contracrun compromiso constituyente o formar un, frente, electoral democr¨¢tico con la izquierda para elaborar en las futuras Cortes una constituci¨®n nueva y decididamente democr¨¢tica. A lo m¨¢s buscar¨ªan cerrar la v¨ªa pac¨ªfica y constitucional al socialismo mediante un texto que imposibilitara un eficaz Gobierno de izquierda el d¨ªa de ma?ana.
Las veleidades reformistas y no constituyentes del centro tienen un gran margen de maniobra debido a lo muy factible que ser¨ªa -personalismos aparte- una alianza electoral de los dem¨®cratas cristianos (cuyo confesionalismo les priva de una imagen moderna), con el pragm¨¢tico conglomerado del Partido Popular (posible enlace con el victorioso Gobierno Su¨¢rez) y con la socialdemocracia espa?ola de nuevo cu?o. Este ¨²ltimo sector jugar¨¢, sin duda, un papel muy relevante, pues puede aglutinar bajo su ret¨®rica de ?izquierda? a la tecnocracia ex franquista m¨¢s prestigiosa,con el neocapitalismo catal¨¢n y otros din¨¢micos sectores de la derecha, ?civilizada? espa?ola.
Veo muy dif¨ªcil, por tanto,la propuesta de pacto constitucional del PSOE (sobre todo si ¨¦ste quiere ir solo a las urnas, dada su obsesi¨®n de oran partido socialista ¨²nico excluyente y absorbente) la de frente dem¨®cr¨¢tico del PCE, que aspira a formarlo con comunistas, socialistas. socialdem¨®cratas y democristianos. El espl¨¦ndido aislamiento del PSOE y la inviable f¨®rmula hoy por hoy de un ?frente popular?, hace del centro el eje de la futura contienda electora. Y este amplio sector no tiene otra estrategia natural que la de pactar con las Cortes, como he dicho antes con el franquismo del que. no en peque?a parte, surge.
La ¨²nica esperanza democr¨¢tica y constituyente reside, una vez.m¨¢s, en que la situaci¨®n social y econ¨®mica agudice los reflejos aut¨®ritarios del Gobierno y las expectativas de victoria de la alianza franquista. En ese caso, la posible colaboraci¨®n o el pacto entre esta ¨²ltima y el centrismo reformador se ver¨ªan muy comprometidos Y. tal vez, fuera dable un semi-frente dernocr¨¢tico y constituyente. Digo ?semi? porque no creo que el centro incluya en sus planes la uni¨®n coyuntural con los comunistas.
Que el refer¨¦ndum era un tr¨¢mite predemocr¨¢tico ya lo sab¨ªamos. Lo que a partir de ahora van a ir aprendiendo los espa?oles, a lo largo de un a?o tenso, conflictivo y complicado, es que, la democracia puede tardar a¨²n mucho, pero mucho, tiempo.
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