Los sindicatos alemanes critican el programa de Schmidt
En el ¨®rgano oficial, de la organizaci¨®n sindical alemana, "Welt der Arbeit" (?Mundo del Trabajo?), se publica en el ¨²ltimo n¨²mero un largo art¨ªculo del presidente de la Confederaci¨®n Alemana de Sindicatos (DGB), Heinz Oskar Vetter, en el que se indica que la reciente declaraci¨®n del canciller Schmidt sobre su programa de gobierno no puede satisfacer a los sindicatos, ya que revela una cierta preponderancia de postulados liberales, en absoluto compatibles con las necesidades de reforma en muchos campos. El Partido Liberal -se?ala Vetter- pone en entredicho a la organizaci¨®n sindical unitaria.Con ello alude Vetter al modelo de cogesti¨®n aprobado por la coalici¨®n social-liberal en el pasado per¨ªodo legislativo cuyo modo de elecci¨®n favorece claramente a los directivos de las empresas.
Otro cap¨ªtulo que merece la abierta condena por parte de los sindicat¨®s es el trato de favor que recibir¨¢n en el futuro las ganancias empresariales y la reducci¨®n fiscal de las cargas sobre el patrimonio y los beneficios en general.
De las declaraciones de Vetter se deduce a simple vista que todav¨ªa no se ha producido el deshielo entre la presidencia de los sindicatos alemanes y el Gobierno. La dimisi¨®n de Walter Arendt de su cargo de ministro federal de Trabajo ha ca¨ªdo p¨¦simamente en los medios sindicales. En la DGB se estima que algunos de los errores que se imputan a Arendt habr¨ªa que cargarlos en la cuenta de sus ex compa?eros de Gobierno, incluido el propio canciller. Arendt, seg¨²n el sentir general en la direcci¨®n de la DGB, ha sido la v¨ªctima, no el causante de concepciones err¨®neas en lo que ata?e al problema de la financiaci¨®n de las clases pasivas el tema que sigue dominando la atenci¨®n pol¨ªtica en Alemania occidental.
Por la importancia que para ¨¦l tendr¨¢ sin duda en el futuro, el sucesor de Arendt, Hebert Ehrenberg, se ha apresurado a entrevistarse con Vetter y la plana mayor de los sindicatos. Lo ha hecho pocos d¨ªas despu¨¦s de haber ocupado su cargo. Sin embargo, no parece f¨¢cil que un economista fr¨ªo y conciso como Ehrenberg pueda tener el mismo acceso que su antecesor a los l¨ªderes del sindicalismo germano. Arendt ten¨ªa, adem¨¢s de su historia sindical, un acusado carisme, am¨¦n de dominar hasta la perfecci¨®n los mecanismos reflexivos de los prohombres de los sindicatos. De ah¨ª que casi todos los comentaristas apunten la probabilidad de que la nueva coalici¨®n social-liberal, que es la vieja con s¨®lo algunas caras nuevas en puestos clave como la cartera de Trabajo, deber¨¢ enfrentarse con una pol¨ªtica sindical menos favorable a sus concepciones y deseos. Claro que todo depender¨¢, como en el pasado, de la evoluci¨®n de la econom¨ªa y de la coyuntura econ¨®mica. Los sindicatos alemanes se mantendr¨¢n, como en ellos es habitual, en una l¨ªnea de f¨¦rrea disciplina. Una disciplina que suele llevarles a ciertos excesos verbales, pero a nada m¨¢s.
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